Cada vez se está más cerca del plazo fatal marcado para que el Congreso del estado designe a quien habrá de ser el gobernador o gobernadora interina y no se asoman ni siquiera señales de que los diputados tengan la intención de llevar a cabo un proceso tan importante para la entidad.
Algo que deben entender las fracciones parlamentarias representadas en el Poder Legislativo es que el nombramiento de quien será el titular del Ejecutivo no es una competencia, una contienda electoral, sino un proceso de la mayor urgencia para darle gobernabilidad a la entidad
En efecto, Puebla lleva mucho tiempo en la incertidumbre, porque desde el 2 de julio se padece un conflicto poselectoral que se agravó la tarde del 24 de diciembre con el trágico fallecimiento de la gobernadora Martha Érika Alonso Hidalgo, el coordinador de los senadores del Partido Acción Nacional (PAN), Rafael Moreno Valle Rosas y tres personas más.
Lejos de asumir la responsabilidad a la que están obligados, los representantes populares han optado por privilegiar intereses mezquinos o por esperar indicaciones de quién sabe quién para elegir al gobernador provisional, lo cual tiene en vilo a la sociedad poblana.
Por eso es necesario hacer un llamado enérgico a los legisladores a fin de que abandonen los pretextos que han esgrimido desde el 25 de diciembre y se aboquen inmediatamente a designar al titular del Poder Ejecutivo.