–Nací en la familia equivocada –aseveró el joven.
–Estás diciendo algo muy grave. Tu familia, quizá, es disfuncional, pero es tu familia, dijo la coach.
–Tienes razón. Es mi familia… pero siempre me he sentido ajeno, extraño.
–La exclusión es lo más difícil en las relaciones humanas.
–Sí, no pertenezco. Nunca he pertenecido. Siempre he sentido que no soy parte de…
–¿Desde cuándo te sientes así?
–Desde la muerte de mi hermanita. Tenía 10 años y ella era todo para mí. Con su muerte se desintegró todo.
–¡Cuando murió tu hermanita, murió tu familia!
—No murió… empezaron a vivir sin alma. Son como fantasmas: cuerpos sin alma… Y es peor porque cuando alguien se muere, está muerto, como mi hermanita, ¡ya no está! Pero ellos, ahí están haciendo daño todo el tiempo. Llenos de veneno, resentimiento. Odio.
–¿Sabes cuál es el problema?
–¿Cuál?
–El problema no es lo que piensas de ellos o lo que ellos piensan de ti. Sino lo que tú piensas de ti mismo… a través de la mirada de ellos.
–¿Cómo?
–Tú tienes una imagen de ti mismo a través de tus experiencias con ellos. Ese es el problema. Ellos te han reflejado quién eres tú… pero a través de lo que ellos ven.
–Por eso me alejé de ellos. De todos. Ahora siento que pertenezco a algo que es más grande, ¡mejor! Con los amigos que he elegido. Dicen que somos familia añadida, y eso me gusta porque ahora sé que sí pertenezco.
–Está bien, pero tienes que integrar tu ser interior.
–¿Cómo es eso?
–Tú tienes una familia de origen, sea como haya sido; son parte de tu historia y de tu vida. No quiere decir que tengas que irlos a buscar y hacer las paces. No. Solo integrarlos a tu ser.
–¿Qué vamos a hacer?
–Recuperar tus recuerdos e integrarlos.
–¿Cómo?
–Tú sientes que naciste en una familia equivocada…
–Sí…
–Entonces tú sientes que eres un ser equivocado…
–Mmm…
–¿El manzanar da manzanas?
–Sí.
–Lo semejante atrae lo semejante…
–Explícame.
–El problema está en lo que tú piensas de ti a través de la mirada de tu familia. Y entonces si tú piensas que tu familia es equivocada, es porque tú te sientes un ser equivocado… y eso lo podemos arreglar.