En el arranque de la sesión de seguimiento a la elección extraordinaria de gobernador y de cinco presidentes municipales, el presidente del Consejo Local del Instituto Nacional Electoral (INE), Joaquín Rubio Sánchez, descartó que el voto pueda ser “alterado”.
La elección de Puebla, expuso, será la más vigilada de su historia y de esta jornada electoral que se celebra en seis entidades federativas del país, puesto que se registraron 80 mil representantes de partido, 21 vigilantes extranjeros y reporteros de 890 medios de comunicación.
Ante los antecedentes de los comicios de 2018, que se judicializaron por hechos de violencia y posible manipulación del voto, Rubio señaló que podrá haber “errores” en las casillas, pero estos serán corregidos de inmediato de tal manera que no impacte en la voluntad ciudadana.
En esa lógica, hizo un llamado a los partidos políticos a respetar la decisión que tomen los electores en las urnas instaladas en 7 mil 671 casillas, porque ya pasaron las campañas electorales.
Refirió que en todo el proceso comicial se presentaron 265 quejas, lo que lo convirtió en uno de alta “litigiosidad”, la mayoría de las veces por causas “banales” que intentaron “empañar” la elección, sin lograrlo.