Miércoles, abril 24, 2024

Hallazgos y contextos, resultados de la investigación sobre el acervo musical de la Catedral de Puebla

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Más que el hallazgo, la contextualización del documento llevó a la musicóloga María Luisa Vilar–Payá a estudiar, presentar y publicar la música de la consagración de la Catedral de Puebla, escrita por el reconocido y maestro de Capilla, Juan Gutiérrez de Padilla (1590–1664) en el siglo XVII.

Bajo el nombre de Lo histórico y lo cotidiano. Un juego de libretes de coro para la consagración de la Catedral de Puebla y la despedida del Obispo Palafox (1649), fue publicado –en España– este documento que resalta porque refiere a la consagración de una catedral, aspecto que en ninguna otra ciudad de América se conoce.

Desde hace más de dos años, Vilar–Payá es la encargada de coordinar este proyecto impulsado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y el arzobispado de Puebla; a su cargo, está el estudio del archivo concerniente a los siglos XIX y XX, que ha sido poco investigado y catalogado.

La catedrática de la UDLAP señaló que el archivo musical de la Catedral de Puebla es importante a nivel mundial por varias razones: por su tamaño, ya que contiene obras musicales que van del siglo XVI al siglo XX, sin contar el canto gregoriano copiado antes del XVI; además porque comenzó a ser estudiado apenas en la década de los años 50 del siglo anterior, cuando Robert Stevenson (1916–2012) y Thomas Stanford (1929) se dieron cuenta de la cantidad de obras que había.

“Se hicieron catálogos, además de que se ha ido poco a poco interpretando, y descubriendo su contexto. Otros musicólogos internacionales lo han estudiado como Juan Manuel Lara Cárdenas, Aurelio Tello, Ricardo Miranda, Omar Morales Abril y Bárbara Pérez del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez; Gustavo Mauleón y Montserrat Gali, de aquí de Puebla”, detalló la especialista.

Acotó la participación de Javier Marín y María Gembero–Ustárroz de España, Nelson Hurtado de Venezuela, John Koegel de California State University, Fullerton, e Ireri Chávez Bárcenas, egresada de música de la UDLAP, doctorada en Princeton y que actualmente imparte cursos en Yale dentro de un programa de posdoctorado.

Durante una entrevista, señaló que su trabajo comenzó en julio de 2016 como parte de un convenio firmado entre el arzobispado de Puebla y la UDLAP. Indicó que la investigación ha tenido distintas fases y vertientes de acuerdo con lo que ambas instituciones le han solicitado y como seguimiento de algunos hallazgos. En dicho proyecto, los objetivos han sido interpretar obras del archivo en concierto, inventariar el fondo de partituras antiguas en gran parte microfilmado por Stanford y, lo más laborioso, clasificar gran cantidad de impresos y manuscritos donados posteriormente, o que han ido apareciendo en otras partes de la catedral después del trabajo del citado investigador.

“Entre éstos se encuentran manuscritos y libros con los trabajaron los músicos de la catedral y de las iglesias de Puebla desde fines del siglo XIX. Hay repertorio internacional y local. Por ejemplo, hace un año reestrenamos un himno del compositor Poblano Aurelio Machorro. No tiene fecha, pero está dedicado al arzobispo Sánchez Paredes y seguro fue compuesto entre 1919, cuando fue designado arzobispo de Puebla y 1923, año de su prematuro fallecimiento”.

Expuso que, en ocasiones, el descubrimiento puede ser sobre música anónima sobre la cual se va haciendo la investigación. Dijo que en el caso de la música de la Consagración de la Catedral de Puebla “no es que se haya descubierto algo desconocido, sino que incluso es algo ya transcrito por musicólogos ingleses y grabado”.

No obstante, continuó Vilar–Payá, su labor consistió en que “al ver los manuscritos y ver el contexto había una consonancia con el orden de los eventos de la Crónica de Tamariz, de Carmona y los Libretes de la consagración de la Catedral de Puebla, con los credos de la misa Ego Flos Campi escrita por Juan Gutiérrez de Padilla para dicha ocasión…, en una época donde Juan de Palafox y Mendoza salía de la Nueva España”.

“Es obvio el simbolismo. Hay cosas que se van descubriendo y es más contextualización. Lo de la consagración es única, pues no se sabe de la existencia de alguna otra consagración en otra catedral de América. Eso sí fue un descubrimiento muy importante pues es la consagración y la despedida de Palafox, pues éste consagro la Catedral el 18 de abril y se fue el 6 de mayo de 1649”.

La investigadora ahondó que dichas conexiones son evidentes por varios aspectos: por la forma en que Palafox escogió un discurso de celebración y de su propio destierro, así como la decisión de comenzar las vísperas el día 21 y la manera en que habló del sacerdocio, entre otros.

Partituras sin nombre, músicos locales, redescubrimientos

Además de la nueva lectura contextual que la musicóloga María Luisa Vilar–Payá hizo sobre la obra de Juan Gutiérrez de Padilla, en el proyecto de indagación de la UDLAP ha habido otros hallazgos: partituras sin nombre ni firma del autor en donde es necesario hacer estudios de estilo y de comparación de repertorios; el descubrimiento de repertorios de compositores locales; el conocimiento sobre la música internacional que se estaba tocando, principalmente de Francia y Alemania; y la importancia de ciertos autores como el italiano Eduardo Gabrielli, establecido en México y autor de música de banda, de salón e iglesia, con obras que se tocaban mucho.

Particularmente, la especialista refirió al redescubrimiento de la Mirabilia testimonia tua, obra del compositor mexicano José María Garmendia, de quien no se tenía conocimiento que él la había escrito pese a que su obra se conoce y está catalogada. Dicha pieza, está fechada el 14 junio de 1846 y fue dedicada y donada a la Catedral de Puebla, un día después, el 15 de junio.

“La portada de la parte del contrabajo indica que la obra si se tocó ya estaba copiada de la mano de José Manuel Plata, quien fue maestro de capilla de Catedral cuando Garmendia donó su pieza. Una hoja con ese testimonio nos llevó también a tocar la obra de Plata –otra Mirabilia–, un compositor bueno, pero poco estudiado y escuchado”.

Vilar–Payá destacó que, en el proyecto, todos los alumnos que han participado se han beneficiado. Como ejemplo, dijo que los músicos se preguntan cómo los intérpretes como Garmendia tocaron su obra, a qué velocidad, lo que los lleva a participar en la experimentación.

Indicó que “con este tipo de compromisos los jóvenes músicos comienzan a formarse en el campo de la investigación”. Como ejemplo, expuso que alumnos como Juan Andrés Labra y Martín Shaker Camacho se han involucrado en la transcripción de las partituras; Carolina Reyes participa pasando en limpio ejemplos musicales de distintas obras; y Édgar Isaac Gómez me apoya con la clasificación.

Destacó que, si bien los primeros resultados de esta investigación se publicaron en 2017 en España, el próximo año aparecerá el análisis de otras obras de Gutiérrez de Padilla como el Dixit Domino, la Salve Regina y el Mirabilia más antiguo que se conserva en la catedral Poblana.

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