En el estado de Puebla se encuentra una de las mejores cárceles del país, Ciudad Serdán, y al mismo tiempo dos de las peores: Tepaca y San Pedro Cholula en primero y en octavo lugar nacional; es por eso que la asociación civil Documenta considera que en la entidad se trabaja en un sistema penitenciario desarmonizado.
Documenta presentó este martes el Observatorio de Prisiones que es una herramienta digital que da cuenta de las estadísticas carcelarias a nivel nacional, allí se detalla que la cárcel de Ciudad Serdán es una de las mejor calificadas en el país y la de Tepeaca y Choulula se encuentran dentro de las peores a nivel nacional, sobre todo por las condiciones de hacinamiento que viven los reclusos.
En Tepeaca radican en un espacio para 46 personas 329 reclusos, lo que representa una sobrepoblación del 700 por ciento y en Cholula el hacinamiento es del 400 por ciento, de acuerdo a datos del más reciente Diagnostico Nacional de Supervisión Penitenciaria que realizó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y que ocupa como referencia la organización.
Al presentar la herramienta en la Universidad Iberoamericana, Marissa Huber coordinadora del Observatorio, cuestionó la política del sistema penitenciario en Puebla, pues exhibió que las estadísticas refieren que no existe una armonización en la reinserción social de los presos en las cárceles poblanas.
“La prisión preventiva es una medida cautelar con la que se priva a la persona de su libertad durante la investigación del delito. En principio, esta medida se utiliza únicamente al tratarse de delitos graves. Sin embargo, en la práctica se usa excesivamente, generando sobrepoblación en los centros de reclusión y, por ende, condiciones desfavorables dentro de los mismos”, eso es lo que podría estar pasando en el estado de Puebla, dijo la defensora de los derechos humanos de los presos.
Al abundar en el caso de Puebla, la directora del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Puebla, Galilea Cariño, señaló que en Puebla las prisiones se abandonan a la suerte de los municipios y no trabajan de forma coordinada con una línea que dicte la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Destacó que además del hacinamiento, existe una precaria seguridad física, condiciones de ingobernabilidad, lo que refleja una carente prevención de derechos humanos puesto que prevalece una falta de atención a las garantías individuales.
La especialista del sistema carcelario de la Ibero Puebla informó que gracias al Observatorio de Prisiones se pudo saber con certeza que en Puebla la tasa de personas privadas de la libertad por 100 mil habitantes aumentó 6.41 puntos de 2012 a 2016, así como también que 54.36 por ciento de las mujeres reclusas en el estado aún no tienen sentencia, mientras que el porcentaje de hombres sin ésta alcanza 45.91 por ciento.
Privatizar cárceles no resuelve crisis
“En medio de la situación del sistema penitenciario en México que atraviesa un momento crítico, se abre la posibilidad de la privatización de las prisiones, sin embargo se ha comprobado que la inversión privada no resuelve el problema”, aseguró Marissa Hubert.
Explicó que las asociaciones público privadas en el sistema penitenciario, lejos de ajustarse a una política pública sustentada en diagnósticos confiables y basados en evidencia, se han convertido en acciones poco transparentes que, además, se dan en un contexto de corrupción en el sector de la construcción, incluso originado desde la legislación.
Por consiguiente, dijo, la opción de privatización, sin profundizar en sus alcances, podría agravar la condición crítica del actual sistema penitenciario.
La especialista informó de un estudio reciente que analiza el crecimiento de las tendencias privatizadoras de prisiones en países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Sudáfrica, entre otros, llegando a la conclusión de que los servicios prestados en las prisiones privadas no han mejorado las condiciones que representaban un problema en las cárceles públicas.
“El fin preponderante de lucro provoca que los empresarios de la privación de libertad favorezcan las ganancias sobre la calidad de los servicios prestados. Por ejemplo, la atención médica y cuestiones de higiene son sacrificadas para ahorrar costos”, concluyó Hubert.