Jueves, abril 25, 2024

Gusano intestinal frecuente

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En 1759 Karl von Linneaus, conocido como el padre de la clasificación taxonómica de los seres vivos, reportó la existencia de un gusano parásito del ano de los humanos, muy común en los niños de todo el mundo, en especial de los menores de edad que se contagian al rascarse el periné; se trata del Enterobius vermicularis, un gusano que habita en el periné, nombre con el que se conoce médicamente a la periférica alrededor del ano, sitio en el que ese gusano deposita sus huevos infectantes; por ello, al rascarse, con las uñas acarrean los huevos del parásito, que posteriormente de manera directa o indirecta son depositados en la boca aún frescos, para que al ingerirlos se inicie un nuevo ciclo biológico; lo increíble es que este proceso de rascarse el ano y llevarse a la boca los dedos, es muy común siendo una gran cantidad de humanos los que deben hacerlo cotidianamente, lo practica aunque no lo reconozca y por tanto la infección es común en todo el mundo, por supuesto que es esa actividad infectiva es común entre niños menores de 12 años, siendo los que adquieren el mal hábito de ingerir alimentos contaminados o rascarse la periferia del recto o ano; así, debido a la comezón que produce la presencia de los huevos del parásito que han sido dejados en los pliegues del ano ya maduros con una larva en su interior, así son sus mismos dedos los que acarrean a la boca las formas infectantes, ingiriéndolas.

Puede haber otros mecanismos de contagio a partir de objetos de la cama: ropa interior abandonada al medio ambiente, pijamas, ropa de cama, sábanas, cortinas, alfombras, a cuyo través es que llegan los huevos a la boca y reinician su desarrollo tras ser ingeridos, pasando al intestino, donde se transforman en larvas 1, 2 y 3, hasta madurar al estado adulto en más o menos 30 días, tiempo después del que los adultos ya formados se ubican en la mucosa de la primera porción del intestino grueso o colon ciego, donde los gusanos adultos establecen su sitio de hábitat y las hembras maduras y grávidas viajan por la noche por las porciones ascendente, transversa y descendente del intestino grueso, para ser llevados a la piel del periné o peri–ano, donde los hembras adultas depositarán los huevos en la piel de los pliegues del peri–ano, para que los parásitos inicien los síntomas o el cuadro clínico del paciente, entre los que destaca la comezón anal o prurito, como decimos los médicos, que acompaña los datos clínicos, así como otros inexplicables; tal es el rechinido de dientes o bruxismo, o la ansiedad, además de que pueden causar apendicitis si los gusanos penetran equivocadamente al apéndice; incluso es posible que ocurra obstrucción de la vía ovárica, impidiendo la fecundidad de los óvulos de la mujer o esterilidad.

Esta parasitosis y sus datos clínicos son ocasionados al humano por un parásito muy simple, pero cuya frecuencia asombra en nuestro medio, ya que se torna increíble el considerar la manera como ocurre el proceso infectivo, que debe ser de orificio anal a orificio oral o boca, de manera pronta, rápida y directa, en un lapso no mayor de 30 minutos. Acto que nos coloca en un dilema difícil de imaginar y concebir, pero que está vigente, en especial cuando reconocemos que la frecuencia con que esta parasitosis ocurre en nuestro medio llega a 40 por ciento de los niños existentes.

 

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