Numeralias de la historia. Tras cuarenta años al frente del régimen español, Francisco Franco rebasó los cuarenta años de muerto y pareciera que, ahora, se niega a desaparecer del todo. Una inmensa mayoría, dentro y fuera de España, recuerda aún aquel 20 de noviembre de 1975 y la noticia “Franco ha muerto”. A poco más de cuatro décadas, otros (entre mayorías y minorías) debaten la pertinencia de una propuesta, sacar sus restos de la cripta del Valle de los Caídos en la que se encuentran y trasladarlos a cualquier otro lugar.
No hay duda, Franco permanece en el imaginario de una colectividad, si bien muy distinta a la por él gobernada, aunque con rasgos de la de aquellas largas y ominosas décadas. Franco, Francisco Paulino Hermenegildo Franco Bahamonde (1892-1975), es tema de actualidad y para escudriñar sus acciones y proyecciones se han escrito una gran cantidad de libros, entre ellos las biografías. Una de ellas, Franco. Anatomía de un dictador, de Enrique Moradiellos, Premio Nacional de Historia 2017 en España, acaba de aparecer en forma de libro editado por Turner, y no hay duda que sirve mucho para el entendimiento cabal del fenómeno social e incide en la polémica más reciente.
Franco es pues a la fecha, escribe Moradiellos, “el nombre de un espectro del pasado o menos incómodo, pero muy real y hasta operativo”. Esto, entre otras cosas, debido a una especie de génesis en la que se convirtió la época histórica “por él presidida”. Época que se conforma por “la obsesión por la unanimidad en las decisiones políticas, la tendencia a la satanización del conflicto y la diferencia, la inclinación a identificar gobierno y nación, la hipertrofia del poder ejecutivo frente a otros poderes estatales, el gusto por el liderazgo carismático personalista, la mirada complaciente hacia la corrupción y la venalidad”.
Imposible negar a Franco, abunda el autor. En tanto “fantasma” del pasado, se le podría conjurar y exorcizar, pero nunca anularlo por completo. En tales menesteres se encuentra la tarea del historiador, como lo advierte Ian Buruma, citado por Moradiellos. “Solo cuando una sociedad llega a ser suficientemente libre y abierta para volver la vista atrás, pero no desde el punto de vista de la víctima ni del criminal, sino con una mirada crítica, únicamente entonces encuentran reposo los fantasmas”.
Con una profusa bibliografía citada, el autor de Franco… divide esta anatomía en tres grandes apartados, la biografía básica del hombre, el retrato del caudillo y dictador carismático y el análisis de las complejidades de la dictadura in situ. Estudio este último que se prolonga a la caracterización de un régimen, la posibilidad de un franquismo sin Franco, a la manera de la caracterización de los procesos de fascistización de determinados sistemas, antes aportados por el análisis marxista.
Personalismos
Aun con el rigor del historiador, Moradiellos no deja aparte en su recorrido los aspectos coyunturales y personalísimos del biografiado. De sus campañas africanas a sus últimos actos, característicos de cualquier régimen dictatorial, entre los que destacan los fusilamientos de septiembre y el discurso del primero de octubre (1975).
La desaparición del Franco, concluye el libro, y la inmediata proclamación de Juan Carlos, hicieron posible que “la alternativa política para el régimen (dejara) de consistir en la dialéctica entre el continuismo pretendido por los inmovilistas o la reforma alentada por los herederos del aperturismo”.
“Hasta tal punto estaba unido el franquismo a la vida de su fundador que no era posible prolongar su existencia más allá de la muerte del caudillo. Desde entonces, el crucial dilema político radicaría en la reforma interna desde el seno del posfranquismo en un sentido democrático o en la ruptura abierta con el mismo propiciada por las fuerzas de oposición”.
Lo anacrónico del régimen (de cuarenta años) hacía por demás necesaria una rápida transición. De ahí mismo “el rápido manto de silencio y olvido voluntario” de la figura de Franco durante los años posteriores a su muerte, “como parte integral del singular pacto de olvido que hizo posible la Transición pacífica y la consolidación democrática”.
Pacto y silencio ahora rotos, y con la pregunta en boca de la mayoría de la sociedad española, ¿saldrá Franco del Valle de los Caídos?
Parte de horror
(Quede el parte médico final, numeralia del cuerpo agonizante, como una más de las piezas de la anatomía del dictador. “Enfermedad de Parkinson. Cardiopatía isquémica con infarto de miocardio anteroseptal y de cara diafragmática. Úlceras digestivas agudas recividantes con hemorragias masivas reiteradas. Peritonitis bacteriana. Fracaso renal agudo. Tromboflebitis ileo-femoral izquierda. Bronconeumonía bilateral aspirativa. Choque endotóxico. Paro cardiaco,”).
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Enrique Moradiellos, Franco. Anatomía de un dictador, Turner, España, 2019, 344 pp.
@mauflos