Miércoles, abril 24, 2024

Existe un crecimiento “modesto” de las enfermeras en México, indicó la OCDE

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La enfermería es la segunda profesión más valorada por los mexicanos; 39.3 por ciento de los mayores de 18 años aprecian su conocimiento y actitud de servicio; sin embargo, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) indica que en México el número de enfermeras ha aumentado de forma “modesta”, incrementándose de 2.2 por cada mil habitantes en el año 2000 a 2.6 en 2012.

La estadística sobre la salud, que abarca hasta 2014, apunta que el país se ubica en la posición 33 de 34 que integran el organismo internacional, cuyo promedio global es de 8.8 puntos. El primer lugar lo tiene Estados Unidos.

La delegación estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) contabiliza en su plantilla 3 mil 800 enfermeras, de éstas solo 500 son hombres, lo que significa que la profesión sigue siendo vista como un trabajo para mujeres. Algunas opinan que no depende del género, sino de la vocación y del deseo de servir.

Desde 1931 se ha celebrado el 6 de enero como el Día Nacional de la Enfermera. Para las que estudian en la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) esta fecha no es la importante, sino el 12 de mayo, natalicio de Florence Nightingale, considerada “la madre de la enfermería moderna”, que se festeja por el Consejo Internacional de Enfermería desde 1965.

Quienes sí consideran que hoy no solo es para los Reyes Magos son las enfermeras del IMSS y las de la Secretaría de Salud, que durante años ocupan este día para reconocer su labor, más humanista que técnica.

Elodia Ibarra Pérez, coordinadora delegacional de enfermería en atención médica, tiene más de 30 años trabajando en hospitales. Sus años le han costado ser ahora la instructora de las nuevas generaciones, ya que su profesión va más allá de la bondad en los pasillos de los hospitales.

Considera que su trabajo es para tomarse en serio, porque muchas veces las observaciones y detecciones prontas de las enfermeras han ayudado a salvar vidas.

Para ella el 6 de enero significa solamente una tradición, porque la labor diaria no cambia y más que festejo significa establecer compromisos en la importancia de ser enfermera, formación más vocación.

En sus tres décadas de experiencia, uno de los sucesos que marcó su trabajo fue en un terremoto, hace más de 25 años. Ella buscaba ayudar y sin querer entró a un anfiteatro: “Me impactó mucho porque era la primera vez que veía tanta gente muerta”. A partir de ese momento comenzó a preguntarse cómo evitar que la gente muriera y decidió que podía hacer algo: promover y prevenir.

Ser coordinadora de enfermeras no es tarea fácil. No solo hay que poner la cara cuando las cosas no salen conforme a lo planeado; hay que enseñar también, pero transmitir las experiencias es lo que mejor forma a las enfermeras, su compromiso es mayor: alcanzar los niveles de capacitación y experiencia pese a las largas jornadas de trabajo, a no ver a la familia como se quisiera.

Rosa María Ramírez Tenorio, coordinadora delegacional de enfermería en salud pública, cree que el Día nacional de la enfermera es solo mercadotecnia, porque para ser enfermera se necesitan todos los días del año.

No puede evitar emocionarse al recordar algunas cosas que la marcaron, experiencias de vida. Hace algunos años –narra– en el área materno–infantil yo supervisé el embarazo de una paciente. Cuando el niño nació su madre lo llevó a consulta; la capacité, le enseñé los primeros cuidados del bebé, cómo hacer los ejercicios motrices, cuidar que no se le infectara el ombliguito. Cuando terminó la consulta la señora me pidió cinco pesos para regresar a su casa, porque no tenía dinero. “No tengo para mi pasaje”, me dijo. Cómo no hacer bien el trabajo, eso me motivó más.

La atención a usuarios, su prioridad

De las 3 mil 800 enfermeras que existen dentro del IMSS estatal, 80 por ciento tiene estudios en licenciatura y el resto no son profesionales; se trata de enfermeras auxiliares que buscan una oportunidad para desarrollarse dentro del instituto, con el paso del tiempo y capacitación se volverán enfermeras generales (técnicas), después licenciadas. Tal vez se animen a estudiar una especialidad en línea.

Las coordinadoras esperan que para este 2016 la atención se mejore al derechohabiente, con profesionalización, que ya no se haga de forma empírica. Esperan que las futuras enfermeras tengan esa vocación y no lo hagan solo por recibir un salario.

En cuanto a la convocatoria de profesionalización lanzada por el gobierno federal el año pasado, opinan que la carrera de enfermería exige mucho, se necesita mucha aptitud, paciencia, amor por la ciencia y disposición a hacer bien el trabajo.

“Si se quiere buscar un problema para ejercer la enfermería sería entonces una cuestión personal, como enfermedades o indisposición. En nuestros tiempo si no había quién nos cubriera ni modo, había que trabajar. Por fortuna en estos 30 años han habido muchos avances, tanto tecnológicos como de oportunidades laborales”.

La presencia permanente de las enfermeras ha acompañado al desarrollo de la medicina en el país. Ellas son más valoradas incluso que los médicos, maestros, periodistas y deportistas.

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