Organizaciones oaxaqueñas que mantienen un plantón permanente desde hace cinco meses en la capital de ese estado incluyeron en las demandas al gobierno federal la liberación inmediata de Rubén Sarabia Sánchez, alias Simitrio, y de su hijo Atltonatihu Rubén Sarabia Reyna, detenidos por el gobierno de Puebla.
La consigna la hicieron pública con una mantael zócalo de la ciudad de Oaxaca, en la que se imprimió una fotografía del líder moral de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UVPA) 28 de Octubre.
En la imagen se observa a Simitrio en una manifestación con el puño izquierdo en el aire y bajo la misma se incluyeron las leyendas “Libertad a todos los presos políticos y de conciencia”, así como “Alto a la criminalización de la lucha social”.
En el plantón participan maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), así como integrantes de la Organización Nacional del Poder Popular (ONPP).
Los docentes iniciaron la protesta el 21 de julio para exigir a los diputados locales la aprobación de una iniciativa de ley en materia educativa que presentaron al Congreso tras someterla a consulta en 37 foros ciudadanos.
Los hechos de Iguala, Guerrero, provocaron que las consignas se ampliaran y alcanzaran una talla nacional al demandar la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, cuyas fotografías se imprimieron en hojas tamaño tabloide que son exhibidas en el zócalo oaxaqueño.
La manta que exige la liberación de Simitrio, y que se colgó en uno de los accesos principales al quiosco a partir de la última semana de diciembre, incluso realiza una mención a la desaparición de los normalistas pues se le incluyeron las frases “No estamos todos, nos faltan 43” y “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.
Otra de las demandas en el plantón es la liberación de Mario Olivera Osorio, Lauro Atilano Grijalva, Sara Altamirano Ramos, Leonel Manzano Sosa y Demian Gallardo Jiménez, integrantes de la sección 22 del SNTE y del Frente Amplio de Comunidades Marginadas del Estado de Oaxaca (FACMEO).
“Un año de su ilegal detención. Detenidos arbitrariamente, incomunicados, torturados. Alto al terrorismo de Estado”, se puede leer en la manta que cuelga de uno de los costados del quiosco con los rostros de los cinco oaxaqueños presos.