Jueves, abril 25, 2024

Priva exclusión de los candidatos a ediles en actos de MEAH

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Los bien organizados mítines de Martha Erika Alonso Hidalgo, la candidata a la gubernatura de la coalición Por Puebla al Frente, han entrado en cierta crisis por una muy mala decisión: excluir de los actos a los aspirantes a presidentes municipales del PAN, del PRD, del Movimiento Ciudadano y de las otras dos agrupaciones que son parte de la unión de fuerzas políticas del morenovallismo.

En varios actos públicos de Alonso Hidalgo se ha perdido el control, en los momentos más importantes, que es cuando la candidata pronuncia sus discursos porque es precisamente en la etapa en que los aspirantes a presidentes municipales, junto con sus seguidores, quieren exhibir su presencia, su fuerza, su empeño. En resumen, quieren ser vistos, darse a notar frente a la esposa del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.

Resulta que alguien en la coalición Por Puebla al Frente tuvo la genial, o mejor dicho desastrosa,  decisión de que en los mítines de Martha Erika Alonso solo pueden subir al entarimado oficial los candidatos a la gubernatura, al Senado de la República, a diputados federales y en algunos casos a los abanderados que compiten por las diputaciones locales.

Y a los que no se deja subir es a los candidatos a presidentes municipales, a quienes literalmente se le da la categoría de simples espectadores de los actos de la coalición morenovallista.

Por esa razón, en varios de esos actos ha ocurrido lo mismo: cuando Martha Erika Alonso toma la palabra, brota de manera espontánea el deseo de los seguidores de los candidatos a alcaldes de lanzar porras y aplausos a favor de los aspirantes a ediles, que deriva en que esos vítores acaban en rivalidad entre los grupos para ver quiénes gritan más fuerte, quiénes llaman más la atención, quiénes se exhiben más.

La gente se desborda y no importa que no dejen hablar a Martha Erika Alonso o no dejen que se escuche su mensaje.

Se ha llegado al extremo, de que en algunos mítines de 10 porras, solo dos son para Martha Erika Alonso y el resto son para los aspirantes a alcaldes.

En Coronango, la candidata Alonso mostró cierta impotencia de no poder parar las porras que no la dejaban hablar. De manera sarcástica la aspirante dijo: “Están fuertes las porras ¿no?”, como haciendo un llamado a que alguien parara las expresiones desmedidas de promoción.

Mientras que en Huejotzingo, la candidata no pudo ocultar su enojo, su exasperación, de que quería hablar y no lo podía hacer por el desborde de las porras.

Los mítines de Alonso han sido muy cuidados en su organización. Se busca que estén llenos. Que no duren más de una hora. Que los discursos sean breves y contundentes. Que el actor central sea Martha Erika Alonso.

Lo que ha fallado, son las porras que en mucho es consecuencia de no permitir que los candidatos a alcaldes sean actores centrales de los mítines.

Este asunto no se reduce a un simple problema de organización, sino que refleja un problema grave de fondo: persiste la exclusión del morenovallismo.

Se ve –dentro del morenovallismo– como actores menores a los aspirantes a alcaldes y no se les deja ser personajes relevantes en los actos de campaña.

Con ello se pone de manifiesto que sigue viva la visión del morenovallismo de no querer ver a los alcaldes en su estatus de autoridades municipales, como líderes sociales.

A lo largo del sexenio de Rafael Moreno Valle Rosas se le trató a los presidentes municipales como simples gerentes, como directivos inferiores de la burocracia oficial.

Por eso a los alcaldes no se les dejaba planear, desarrollar sus propios proyectos de gobierno, y desde el Poder Ejecutivo se les ordenaba que obras públicas se debían hacer, con que proyectistas, con que costos, con que empresas constructoras y en que plazos.

Al final, los ediles eran simples espectadores de la ejecución de proyectos de obra y de sus propios gobiernos.

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