Jueves, abril 18, 2024

En el estado de México, priistas y panistas por igual ya ven con rechazo a Moreno Valle

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El ex titular del Poder Ejecutivo de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, se encuentra metido en un brete por su actuación en el estado de México, pues ha participado como un aliado de facto del PRI –en particular con el mandatario Eruviel Ávila–, pero esa labor que ha desplegado en contra de la candidata del PAN a la gubernatura, Josefina Vázquez Mota, ahora se percibe por los estrategas priistas como un trabajo que en lugar de beneficiar, daña las posibilidades del tricolor de ganar la elección más reñida e importante de este año.

A finales del año pasado en el PRI se tenía la visión de que si se impedía la candidatura de Josefina Vázquez Mota y se ponía en el PAN un aspirante de bajo perfil, el tricolor iba a incrementar su índice de intención del votos al capitalizar a todos los sectores del electorado que se creen la propaganda negra de que el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que encabeza Andrés Manuel López Obrador, es signo de inestabilidad social.

Se tenía la idea de que el PRI se quedaría con la mayor parte del voto anti–López Obrador, a través de la candidatura de Alfredo del Mazo.

Por esa razón se hizo una alianza secreta del priismo mexiquense con figuras importantes del PAN, entre ellos Rafael Moreno Valle Rosas y el ex senador Ulises Ramírez, para que impidieran la postulación de Josefina Vázquez Nava o en todo caso se debilitara a la aspirante, al provocar una división interna en Acción Nacional con militantes que no están de acuerdo con la candidatura de la ex funcionaria de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Durante los meses de enero y febrero pasados las encuestas mostraron que hay un empate entre el PRI y Morena, que lleva de candidata a Delfina Gómez, una profesora de clase media, con la diferencia de que el tricolor tiene un rechazo superior al 40 por ciento y el partido de López Obrador no rebasa el 15 por ciento en su calificación negativa.

Tales números reflejan que Morena, la figura de Andrés Manuel López Obrador y de la candidata Delfina Gómez están absorbiendo al grueso de los electores anti–priistas.

Es más fuerte el clamor ciudadano de que surja una alternancia de poder en el estado de México, que en hacer caso a la campaña negra contra Morena.

En ese esquema, se dice que en el PRI se ha cambiado radicalmente de estrategia. Ahora al tricolor le conviene lo siguiente:

Se debe fortalecer la candidatura de Josefina Vázquez Mota y sobre todo el índice de votación del PRD, que ha postulado a Juan Zepeda como su aspirante a la gubernatura, como una manera de fraccionar a todo el voto anti–priista.

Lo que se buscaría es que se llegue al final de la campaña con una disputa cerrada entre Alfredo del Mazo, Josefina Vázquez Mota y Delfina Gómez, más un PRD con un índice de votación de entre el 8 y el 12 por ciento.

De esa forma se fraccionaría el voto anti–priista y el tricolor jugaría a ganar con un pequeño margen de sufragios frente al PAN o Morena.

O en todo caso, en el PRI se ve que es preferible que gane el PAN a que triunfe Morena, por la siguiente razón de imagen:

Si Morena le gana al PRI en el estado de México se va a interpretar por la opinión pública nacional como una derrota brutal del presidente Enrique Peña Nieto frente a Andrés Manuel López Obrador, algo inadmisible para el titular del Poder Ejecutivo federal.

En todo ese esquema ahora el trabajo, de guerra sucia que había desplegado Moreno Valle contra Josefina Vázquez Mota se aprecia como un factor desfavorable para el PRI, por lo que el priismo ve con malos ojos la labor que realizó el ex gobernador de Puebla.

Al mismo tiempo, en varios sectores del PAN ven a Moreno Valle como un traidor de la causa panista.

Es decir, el ex mandatario poblano en el estado de México está siendo mal visto por priistas y panistas por igual.

Y es que Rafael Moreno Valle jugó a la contra de Vázquez Mota de la siguiente manera:

Evitó que se diera una alianza entre el PRD y el PAN para el estado de México.

Estuvo atrás de los panistas que habían impugnado el método de elección del candidato del PAN.

Fue un factor para que no se cohesionara al PAN en torno a la postulación de Vázquez Mota. O por lo menos, hasta ahora no se logra la unidad plena. El mejor ejemplo es que el propio Moreno Valle se ausentó del acto en que la candidata rindió protesta como abanderada.

Por si fuera poco, se ha dedicado a hostigar, a perseguir, al ex alcalde de Puebla Eduardo Rivera Pérez, con la posibilidad de que el Congreso lo inhabilite por el tema de sus cuentas públicas, sin importarle que el ex edil es uno de los principales estrategas electorales de Vázquez Mota.

No cabe duda que a Rafael Moreno Valle no le salen sus cálculos políticos, pues creía que luego de dejar la gubernatura se convertiría en el estratega electoral más importante del país o por lo menos del PAN. Nada de eso ha sucedido.

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