A partir de la irrupción de las redes sociales toda la gente encontró en ellas un espacio abierto –e ideal– para exponer ideas. En otro momento histórico solo era posible difundir esas ideas por medio de publicaciones serias (si se quería llegar al grueso de la población).
Hoy cualquiera puede ser reportero, opinólogo o hasta una “persona de influencia” si cuenta con un buen número de seguidores. Hablemos de campañas, que es el tema que hoy me interesa. De campañas electorales y la información que se maneja en redes. De la información, pero sobre todo, de la desinformación…
Desde hace unos años las redes juegan un papel importante en la toma de decisiones. Para bien o para mal, los políticos utilizan twitter como método efectivo para auto promocionarse o lapidar a sus contrincantes. En el caso específico de la elección extraordinaria que se vivirá en nuestro estado, hay una necesidad imperiosa por parte de los adversarios de Luis Miguel Barbosa de lanzar a este mar virtual una serie de infundios y fake news, asimismo sucede con personajes que desde la primera persona del singular arremeten y difunden mentiras.
Uno de esos personajes, el más detestable acaso, es Javier Lozano Alarcón; pero de él ya he hablado mucho y no necesito recordarle al respetable lector que el exsenador es un mindundi, un pánfilo desesperado y urgido de reflectores que carece de influencia real. Sin embargo, existen hombres y mujeres a quienes respeto por su carrera política, pero han decidido subirse al ring portando unos guantes engañosos pues la guerra por la que están arriesgando sus respectivas reputaciones es una guerra (a todas luces) perdida.
Después de la conferencia de prensa que ofrecí el pasado viernes, cuando revelé que el gobernador de Jalisco está metido hasta el cogote en la operación de campañas negras contra Barbosa, Ana Tere Aranda lanzó un tuit arrobándome e intercediendo por el candidato del PAN, Enrique Cárdenas, y en ese mismo tuit hace mención de que un consejero nacional de Morena es quien denunció a nuestro candidato por enriquecimiento ilícito.
El personaje que alude Ana Tere (a quien siempre he considerado una de las pocas políticas de valía dentro de Acción Nacional, pero ante todo, una mujer avezada e inteligente) es Alejandro Rojas Díaz Durán, exsuplente del senador Ricardo Monreal, quien ha brillado siempre por su mediocridad y paranoia.
El señor Díaz Durán, que no es más que un “Mister Nobody” dentro de Morena, forma parte de esa viruta, de esa materia inservible que se suele colar siempre en los movimientos.
Nada nuevo bajo el sol, tomando en cuenta que Morena se convirtió en poquísimo tiempo no solo en un partido al que todo mundo intentó emigrar, sino en la primera fuerza política de nuestra nación, por lo tanto es natural que dentro de sus filas haya una que otra alimaña que seguramente irán desapareciendo de la escena con el tiempo, como sucede con todas las criaturas reptantes que actúan con sigilo y vileza desde las cloacas.
Aprovecho este espacio entonces para mandarle mi respetuosa réplica a Ana Tere Aranda: lo dicho por mí en la pasada conferencia es absolutamente cierto y tenemos pruebas de ello.
Ana Tere: antes que otra cosa eres una dama y como tal mereces todo mi reconocimiento. Te invito a reflexionar tus dichos y aseveraciones desde ese buen olfato que siempre te ha caracterizado. Luis Miguel Barbosa trabaja por la reconciliación y está llevando a cabo una campaña impecable a favor de los poblanos.
Tú, que tanta experiencia tienes en el terreno de la política, deberías saber discernir entre la realidad y la fantasía; entre los hechos y las especulaciones, entre lo que se avienta a las redes por desesperación y lo que se ve reflejado en las campañas; y lo que se ve reflejado en las campañas es que Enrique Cárdenas nada tiene qué hacer frente a Luis Miguel Barbosa, quien será (no nos cabe la menor duda) gobernador de Puebla por los próximos seis años.
Lo digo sin acritud, ¡pero lo digo!