Jueves, abril 25, 2024

El PAN, con 5 aspirantes fuertes, pero hasta ahora ninguno quiere ser candidato a gobernador

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Una crisis inédita se ha generado en el PAN con el caso Puebla, pues hay cinco aspirantes fuertes a ser el candidato a gobernador, pero ninguno de ellos –hasta ahora– ha aceptado la nominación o por lo menos ha mostrado un interés mayor para ser el elegido. Es decir, en lugar de que exista una disputa por la postulación, tal como siempre ocurre, ahora lo que domina es el desinterés de los panistas que aparecen en la lista de que alguno de ellos sea el ungido para el ser el abanderado albiazul.

En la Comisión Permanente del PAN nacional –la cual es la instancia en que se elegirá al candidato– se enfrentan dos problemas básicos: el primero es que los integrantes de ese órgano, conocen poco a los aspirantes a la candidatura, en cuanto a sus ventajas y desventajas. Y en segundo lugar, no se sabe cómo y cuándo se podrá resolver el caso Puebla.

El comportamiento que han mostrado los cinco aspirantes a la nominación es el siguiente:

El ex edil de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, quien aparece como el panista con el mayor índice de popularidad y con capacidad de competir contra Morena, la fuerza política mejor posicionada, no ha querido definir ante el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) si tiene o no tiene el interés real de participar como candidato.

Se dice que se acercó a Marko Cortés, el presidente nacional del albiazul, para pedirle que definiera qué tipo de apoyo ofrece el CEN para el panista que sea el abanderado, pero fuera de ello se mantiene en una absoluta indefinición acerca de su participación en el actual proceso electoral.

Jorge Aguilar Chedraui, uno de los líderes del morenovallismo, que en su momento tuvo la estructura electoral más importante en la capital del estado –que construyó desde que fue secretario de Salud en el gobierno estatal de Puebla–, al igual que Rivera Pérez mantiene un absoluto silencio y no ha querido expresar ningún interés acerca de ser el contendiente albiazul para las votaciones del próximo 2 de junio.

Antonio Gali López, hijo del ex gobernador José Antonio Gali Fayad, tiene un fuerte apoyo de algunos grupos del PAN, pero en el CEN panista hay una especie de veto en su contra.

En primer lugar porque Gali López no es panista y en la cúpula nacional albiazul se ha decidido que, en esta ocasión, el PAN poblano no habrá alianzas con otras fuerzas políticas, como pudiera ser el PRD, partido al que pertenece el hijo de Gali Fayad.

Además, en el CEN panista se ve con mucha desconfianza a los miembros de la familia Gali Fayad, luego de que en la definición del gobernador interino de Puebla se les notó alejados de la directrices que desde el PAN se dictaron para que se apoyara a Jesús Rodríguez Almeida como aspirante a ese cargo.

Mario Riestra Piña no es mal visto en el CEN panista como un posible buen candidato. El problema que enfrenta esta propuesta es que su figura se ve muy desgastada luego de que el año pasado perdió la contienda por una senaduría.

Un quinto aspirante es el ex senador Humberto Aguilar Coronado, quien tiene una buena relación con la cúpula nacional del PAN, con el panismo tradicional de Puebla, pero se le ve como un personaje enfrentado con el morenovallismo y el mayor problema, es tampoco ha pedido la candidatura.

Los problemas de fondo que frenan a los cinco aspirantes antes mencionados, son los siguientes:

Primero: que se perdieron las estructuras de gobierno y los financiamientos que aportaba el morenovallismo, que se estima, eran la fuente de generación de poco más del 50 por ciento de los sufragios que el albiazul poblano ha tenido en los comicios de los últimos ocho años.

Segundo: el CEN del PAN enfrenta una severa crisis económica que no le permitiría aportar mucho capital económico para financiar la campaña de Puebla. En ese tenor, los 5 aspirantes le rehúyen salir al ring electoral sin dinero suficiente para enfrentar la popularidad de Morena.

Tercero: que todas las encuestas arrojan que con Luis Miguel Barbosa Huerta o Alejandro Armenta Mier como el candidato de Morena a la gubernatura, cualquier abanderado del albiazul tendría que remontar, por lo menos, unos 20 puntos para realmente luchar por la gubernatura. Una empresa que se antoja casi imposible, por el momento.

Cuarto: ninguno de los cinco aspirantes, es garantía de cohesión en el PAN. Cualquiera de ellos, de entrada, provocaría que los panistas tradicionales o los morenovallistas se hagan un lado de la campaña electoral blanquiazul.

Quinto: al Yunque, la organización secreta de la derecha, no le interesa ganar la contienda por la gubernatura de Puebla. Lo único que quiere es recuperar el control del PAN poblano, tal como ocurría antes de que se los arrebatara Rafael Moreno Valle Rosas.

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