Después de 8 años de la fatídica explosión en el municipio de San Martín Texmelucan, provocado por una toma clandestina, los damnificados ganaron un amparo para obligar a las empresas aseguradoras a pagar los daños ocasionados.
La información fue dada a conocer por Juan Evaristo Vilchis, representante de los afectados y trabajador jubilado de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Vilchis informó que fueron 15 personas las que promovieron el juicio federal contras las seguradoras que se rehusaron a pagarles, pero el beneficio podría ser extensivo a 200 agraviados.
En una entrevista radiofónica dijo que algunos damnificados recibieron 400 mil pesos; sin embargo, dicha cifra era menor a todo el daño físico y material causado por la pérdida de familias y su patrimonio.
Este miércoles 19 de diciembre se cumplieron ocho años de la explosión ocurrida en 2010 que cimbró al municipio de Texmelucan.
Por esta razón la edil Norma Layón conmemoró en una ceremonia luctuosa a todas las personas fallecidas en la explosión.
Tras el pase de lista y la colocación de una ofrenda floral, la edil reveló que el Departamento de Bomberos continúa trabajando en malas condiciones, por lo que esperan que se apruebe el presupuesto para su fortalecimiento.
El saldo tras la tragedia fueron 30 muertos, entre los que había 13 menores, además de 52 lesionados, 34 viviendas con pérdidas totales, 140 casas con pérdidas parciales, 72 vehículos calcinados, dos escuelas y dos puentes vehiculares dañados y parte del río Atoyac contaminado y prendido en llamas.
Desde entonces, Evaristo Vilchis precisó que el gobierno federal, entonces presidida por Felipe Calderón Hinojosa, abrió una sola investigación sobre los hechos, a la cual le dieron carpetazo.
La solicitud fue presentada por Pemex; sin embargo, el expediente está clasificado como reservado y será público hasta el año 2020.
La Procuraduría General de la República (PGR) atrajo la investigación sobre la explosión ante indicios periciales que el origen del percance fue una toma clandestina al ducto de Pemex; además, en ese entonces los fiscales creen que los autores fueron criminales ligados a Los Zetas o al Cártel del Golfo.
Por esa razón, informó que buscarán un acercamiento con el presidente Andrés Manuel López Obrador, para que reabran las pesquisas y se castigue a los funcionarios de Pemex responsables.
Para el ex trabajador de Pemex la explosión y la pérdida de las 30 vidas pudo haberse evitado.
A su juicio, Vilchis consideró que si se hubiera puesto en operatividad la estación de rebombeo, ubicada en la comunidad de San Baltazar Temaxcalac, hoy las cosas serían diferentes.
La conflagración ocurrió alrededor de las 5:30 horas del 19 de diciembre de 2010, causando pánico entre miles de habitantes de la cabecera municipal, que huyeron hacia la capital poblana y localidades vecinas de Tlaxcala, Hidalgo y el estado de México.
Según las investigaciones iniciales, el primer estallido se suscitó en una toma clandestina del ducto de petróleo crudo ubicada en la Unidad Habitacional San Damián, mientras las explosiones posteriores obedecieron a que el hidrocarburo se derramó hacia el río Atoyac, donde halló un punto de ignición y extendió el fuego a casas, negocios y oficinas asentados a lo largo kilómetro y medio, aproximadamente.
Los lugareños relataron que el estallido inicial se oyó a cinco kilómetros de distancia, pero las llamaradas eran visibles desde más lejos, y el denso humo negro cubrió rápidamente la región, hasta abarcar Atlixco, Huejotzingo, San Juan Cuautlancingo, San Andrés Cholula y la capital poblana.
Por las explosiones en registros y atarjeas que produjo el petróleo filtrado al drenaje se temía un mayor desastre, pero los bomberos vertieron inhibidores de fuego y explosividad en la red de aguas negras para conjurar la amenaza.
A esa hora el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, se comunicó con el gobernador Mario Marín Torres para realizar una primera evaluación. Luego la presencia militar aumentó, y los efectivos desplegados bloquearon los accesos a la cabecera municipal.
La central camionera de Puebla suspendió las corridas a San Martín, pero el aeropuerto Hermanos Serdán mantuvo sus actividades a pesar de la nube negra en el cielo. El tráfico en la carretera federal Texmelucan–Huejotzingo se reanudó a las 9:30, y a esa hora empezó el retorno de quienes abandonaron sus hogares.
Entre llamaradas, árboles calcinados y casas destruidas el riesgo de más explosiones era latente, mientras los periodistas transitaban sin mayor problema por el área restringida, lo mismo que civiles en busca de familiares.
La radio local interrumpió su programación dominical para dar los primeros reportes del incendio –que fue controla a las 10 de la mañana–, y el secretario de Gobernación estatal, Valentín Meneses, dio a conocer que 10 de los muertos eran miembros de una familia.