Viernes, abril 19, 2024

Con el uso de una huella, notaria permitió despojo de bienes a una heredera de Martin Josephi

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Una vez que un primer notario de Puebla –Juan Carlos Salazar Cajica– ya piso la cárcel, ya existe un segundo aspirante con fuertes posibilidades de que lo ocurra lo mismo, se trata de la fedetaria número 18 de la capital Martha Elena Aguilar González, quien con el empleo únicamente de una huella digital y violando los principios elementales de la fe pública permitió que, en agravio de una menor de edad, se adjudicaran unos particulares un conjunto de bienes que eran propiedad de Martin Josephi Wellmann, quien dirigió al consorcio Volkswagen de México entre los años de 1986 y 1993.
Contra la notaria y su auxiliar Mariana Castro Cué Aguilar, quien además es su hija, ya existe una queja administrativa y un proceso para que sean sancionadas por presuntamente haber cometido varios ilícitos y haber violado nueve artículos de la Ley del Notariado para el Estado de Puebla.
Esa situación coloca a la notaria Aguilar González con muchas posibilidades de ser la segunda integrante del gremio de notarios en pisar la cárcel, una vez que se ha despejado en Puebla la brecha –por primera vez en por lo menos las tres últimas décadas– para poder enjuiciar a los fedatarios abusivo; es decir, se está abriendo la caja de Pandora de muchos abusos cometidos por los responsables de dar fe pública y supuestamente cuidar que se de conforme al Estado de Derecho.
El señor Heinz Martin Teo Wedigo Josephi Wellmann nació en México y era de padres alemanes. Luego de dirigir a la Volkswagen de México, en una de las etapas de mayor expansión de esta empresa, se dedicó a la cafeticultura y a ser importador de autos de lujo, entre los que se encontraban las marcas de Ferrari, Masserati, Alfa Romeo y Lamborghini.
Josephi Wellmann murió el 18 de noviembre de 2011 –a la edad de 69 años– y una de sus hijas, de apellidos Josephi Camacho, quedó dentro de la línea de herencia del padre, pero esa situación se trastocó hasta que aparecieron unos parientes del extinto empresario y la actuación de la notaria número 18.
Entre los abusos cometidos se encuentran los siguientes: Josephi muere un día 18 y resulta que luego del deceso aparecieron dos actos notariales que supuestamente se realizaron dos días antes de la muerte del empresario, con los cuales unos parientes del ex presidente de VW se adjudicaron un par de predios mediante un proceso de compra–venta que a todas luces está amañado, por la siguiente circunstancia:
Resulta que bajo el argumento –plasmado en el contenido de las escrituras– de que Martin Josephi padecía de debilidad en el brazo derecho, como consecuencia de la leucemia que sufría, las operaciones de compra–venta de los bienes en cuestión se hicieron solamente plasmando en los documentos una huella del pulgar derecho del ex presidente de VW, lo cual no constituye un documento idóneo para que tenga validez.
Y al mismo tiempo aparece como único testigo el señor Faustino Flores Romero, quien era empleado de Martin Josephi y radicaba en la comunidad de San Antonio Juárez, en el municipio de Tzicatlacoyan.
Sin embargo cuando se hace la investigación nunca se encontró que algún parte médico establezca que el señor Josephi efectivamente tenía debilidad en el brazo derecho, razón por la cual no podía firmar y solamente imprimir una de sus huellas. Y lo más grave es que se descubrió que el único testigo, el señor Faustino Salazar Romero, firmó los documentos en una fecha posterior en la que supuestamente el ex presidente de VW accedió a vender los bienes en cuestión.
De esa forma la notaria permitió que mediante el instrumento notarial 72 mil 158 se estableciera que supuestamente Martin Josephi le vendió al ciudadano Martin Josephi Pacheco el área privativa número 86, del Conjunto Residencial Vista Real del Sur, ubicado en el número 6 mil 606 del bulevar de Los Reyes, de la junta auxiliar de San Bernardino Tlaxcalancingo; además, que esa operación hiciera a cambio de un pago de 943 mil 764 pesos con 43 centavos.
Y el mismo día 16 de noviembre de 2011, pero ahora con el instrumento notarial 72 mil 169, la notaria dio fe pública de la compra–venta del lote 64, de Granjas de San Cristobal La Calera, a favor de Susana Josephi Tiburcio, y a cambio de un supuesto pago de un millón 912 mil 520 pesos.
Llama la atención en que en ambos casos se establece que antes de suscribir la compra–venta los beneficiarios habían depositado con anterioridad el dinero que según los documentos de la notaria los convierte en propietarios.
Evidentemente estas operaciones son ilícitas, ya que la notaria al permitir que se hagan solamente con una huella digital y sin la firma del ex directivo de VW rompió el principio básico de dar certeza jurídica a los actos que estaba certificando. De acuerdo con lo que marca la Ley del Notariado, si efectivamente Martin Josephi estaba imposibilitado por problemas de salud para firmar la compra–venta de los terrenos, la fedataria tenía la obligación de excusarse y no dar validez a las operaciones.
Ahí no termina todo. Resulta que de manera inexplicable las operaciones no solamente las firmó la notaria pública 18, Martha Elena Aguilar González, sino también la notaria auxiliar, de nombre Mariana Castro Cué. ¿Qué es lo irregular de este detalle? Que la Ley del Notariado no lo permite.
Según el marco regulatorio de los fedatarios solamente puede intervenir un notario auxiliar en un operación cuando está ausente el titular, y por ende nunca lo pueden hacer los dos al mismo tiempo. Eso ha permitido a la parte agraviada reclamar que los procesos de la compra–venta carecen de pleno derecho y tienen que ser anulados.
A todo lo anterior se debe sumar una serie de irregularidades en el pago de impuestos por las operaciones de adquisición de los predios.
Dicho de otra manera, la notaria María Elena Aguilar González está metida en un callejón sin salida.

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