Martes, abril 23, 2024

Con el aprendizaje mutuo de jóvenes y adultos cerrará la Campaña de alfabetización

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Alfonso Esparza, rector de la UAP, durante la inauguración de la Biblioteca Comunitaria Jorge Pedrajo Hernández - Foto Comunicación de la UAP
Alfonso Esparza, rector de la UAP, durante la inauguración de la Biblioteca Comunitaria Jorge Pedrajo Hernández – Foto Comunicación de la UAP

 

Para el próximo sábado 10 de agosto los 55 preparatorianos que desde el 8 de junio vivieron, convivieron, enseñaron y aprendieron de las personas que este año participaron en la Campaña de alfabetización que coordina el Centro Universitario de Participación Social (CUPS), concluirán con este esfuerzo que para la mayoría se convierte en una valoración sobre la forma en que viven en la ciudad, que es comparada con la vida que existe en las comunidades.

En su edición 12, los jóvenes provenientes de varias preparatorias de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) trabajaron con los habitantes de las 25 comunidades ubicadas de la Sierra Norte que este año participaron: con las 421 personas que se graduarán, los más de 30 niños de primaria que fueron parte de un proyecto especial de regularización, que se suman a otro numeroso grupo que participó en las actividades lúdicas y recreativas que se hicieron cada fin de semana.

Como dijo Estefanía, una estudiante del Bachillerato 5 de Mayo que estuvo en el centro ubicado en Vista Hermosa, en la junta auxiliar de Xocoyolo, en Cuetzalan, la experiencia de ser alfabetizador es única y particular.

“Primero tus papás te dicen que no, que no podrás hacerlo; luego tus amigos te dicen que irás a un lugar donde no habrá internet ni WiFi, y cuando llegas a la primera semana te quieres regresar. Pero luego viene lo más gratificante: que las mujeres a las que alfabetizas te digan ‘pásele maestra’, te ofrezcan una taza de café y te digan que están dispuestas a aprender contigo”, dijo sonriente.

Por su parte, Mirta Figueroa Fernández, directora del Centro Universitario de Participación Social, señaló durante una entrevista que cada año al final de la estancia y del trabajo de alfabetización comunitario, los muchachos no quieren irse de la comunidad ni dejar el programa.

Dijo que los voluntarios, los cuales no reciben ningún beneficio académico o económico, llegan a la campaña de alfabetización por razones múltiples y al final se van convencidos de que “no es lo mismo escucharlo que vivirlo”.

“Todo comienza en enero, cuando visitamos las preparatorias de la UAP para invitarlos y los estudiantes responden con emoción y se anotan, pero poco a poco van desertando hasta formar un grupo final, que son los que están aquí. Después de la experiencia saben que son capaces de enseñar, de comprometerse, de desvelarse; también, saben ser de cierta forma alumnos que aprenden de las personas a las que alfabetizan, que es gente de campo, que no tiene que ver con la realidad que viven en la ciudad. Aquí son capaces de entrar a una casa que se convierte en un lugar familiar, en donde en muchas ocasiones hay hambre y frío, pero donde siempre se les recibe de manera sonriente”.

Figueroa Fernández  expresó que asumir la dirección del CUPS implica una gran responsabilidad, ya que Jorge Pedrajo Hernández (27 de junio de 1969–22 de febrero de 2013) dejó la ruta marcada de lo que debe ser el programa de alfabetización aunada a “una personalidad fuerte y carismática”.

“Jorge fue mi amigo y mi maestro, todo lo que hacemos él me lo contagió, todo ese entusiasmo y esa forma de trabajo. Ahora se trata de no quedarle mal y de buscar más, de seguir tomando decisiones en colectivo porque este es un programa horizontal”, señaló.

Como ejemplo de lo que vendrá para la Campaña de alfabetización del Centro Universitario de Participación Social, continuó Mirta Figueroa, será una nueva vertiente del programa que buscará alfabetizar, en su lengua materna, a grupos indígenas de Puebla, en especial a hablantes del náhuatl.

Al respecto, Elizabeth Vázquez, miembro del CUPS, recordó que fue desde 2011, la primera vez que llegaron a vivir a Xocoyolo, cuando surgió la idea de atender a los hablantes del náhuatl y alfabetizarlos en su misma lengua.

Dijo que debido al apoyo y la colaboración que el programa del CUPS ha establecido con la Cooperativa Tosepan Titataniske se acordó comenzar la alfabetización con algunos de sus miembros, ya que éstos tienen y han demostrado el interés de defender el uso de su lengua materna.

Los cooperativistas, explicó Vázquez, tienen el interés de participar en la campaña de alfabetización para que puedan utilizar su lengua como un medio para difundir su labor, además de la capacitación continúa entre sus integrantes.

La entrevistada señaló que actualmente se está diseñado el Curso de alfabeto, es decir, el programa curricular que integra temas como el código escrito y su consolidación, además de darle cierto perfil a la lengua para que pueda ser de provecho en el ámbito en que se desenvuelven los hablantes.

Ello, mencionó, refiere a que “la palabra generadora” sobre la cual funciona el modelo tendrá que ver con los conceptos que se usan en la cooperativa; un ejemplo, añadió, es la palabra “nechicolis”, que refiere a “discusión” en sentido del diálogo y las asambleas que suelen realizar estos grupos, para acordar y definir algún asunto comunitario.

En conclusión, expresó Elizabeth Vázquez, el proyecto busca que la gente escriba en su lengua lo que dicen sus tradiciones orales y también las nuevas “formas de decir”, en un proceso “que no sea en detrimento de las lenguas originales, sino en la búsqueda de su rescate, difusión y preservación”.

 

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