El cine como una herramienta poderosa que ayuda a los seres humanos a entenderse, reflejarse y ponerse en los zapatos de los otros, vivir distintas vidas y aprender de las experiencias humanas. Así es como el realizador mexicano Alejandro Cortés Sánchez concibe a esta disciplina artística, en la cual se desenvuelve desde Nueva York.
El joven cineasta originario de Veracruz, formado en Puebla y graduado de la Escuela de Artes Visuales NYC (Visual Arts NYC) es cinematógrafo de unos 30 guiones, además de creador, productor y cinefotógrafo de Los desaparecidos, cinta que le valió el reconocimiento a mejor cortometraje en los premios Dusty’s Film & Animation Festival, que se celebró en Manhattan en mayo de 2017 y que espera ver su estreno en el Festival Internacional de Cine de Morelia de este año.
El cine, afirma Cortés Sánchez, conlleva una responsabilidad: la de saber que, como ente creador, se genera contenido para las masas, el cual debe estar cargado de conciencia y diálogo social. Durante una entrevista, agrega que ejemplo de su trabajo es precisamente Los desaparecidos, una historia que basa su discurso en lo social. Este, definió, fue un proyecto especial porque en él se entrecruzó una “línea delgada: la que cruza lo laboral y la que se hace desde el corazón”.
“Tenía una necesidad de hacer algo en México. Me alié con artistas y desarrollamos esta historia desde el punto de vista más puro, el de una madre, y le dimos un enfoque más personal sobre cómo las mujeres pasan por situaciones tan delicadas como las desapariciones”. Al lado del director y coproductor Justo Matías Valencia, dijo que el proceso de rodaje, grabación y producción de este filme, el cual se hizo buena parte en Puebla, significó algo “especial porque le metimos nuestra intención y corazón”.
Alejandro Cortés Sánchez señaló, incluso, que el llevar su labor hacia terrenos más comerciales como la producción de videos, comerciales y series televisivas no lo hace perder su principal objetivo: el conservar en sus historias las emociones que no existen y se hacen creer a través de la ficción, con el objetivo de reflexionar y provocar esa discusión social.
Expuso que ejemplo de ese quehacer multidisciplinario es el documental A la deriva filmado en República Dominicana bajo la dirección de Paula Cury, que retrata la problemática que enfrentan adolescentes de 11 a 14 años de edad quienes en medio de la desigualdad social, cursan sus embarazos y abortos clandestinos. “Los documentales son también mi plataforma para hablar de estos temas sociales, y este es en particular un tema que necesitaba ser cubierto así”.
El cineasta que aparece en la contraportada de la revista Filmmaker Magazine refirió que a “Nueva York llegó por destino”, porque estaba en la búsqueda de su pasión. “Llegué aquí por cuatro semanas a un curso de cine, me enamoré del proceso, del trabajo en equipo y los resultados que da. Decidí quedarme en esta ciudad que me abrió los ojos a un nuevo mundo pues aquí descubrí el cine”.
Acotó que estando en esa ciudad le permitió replantear su visión acerca de México, sobre todo porque Nueva York es una ciudad que le ha permitido desarrollar su carrera de manera gratificante, ya que existe una mezcla y un intercambio cultural que ayuda a eliminar sus propias fronteras en la búsqueda de un estilo cinematográfico propio.
“Me inspira ver el poder ser testigo y saberme parte de la sociedad de mexicanos que estamos en Estados Unidos. Esta ciudad tiene una gran diversidad y es de ahí donde agarro mi inspiración”, concluyó Alejandro Cortés, quien también trabaja en una serie episódica –al lado del actor John Pirkis– de 13 episodios que se propone como una sátira y una crítica al sistema burocrático estadounidense.