Viernes, marzo 29, 2024

Chantaje panista y “cañonazos”, las estrategias para lograr la alianza PAN–PRD en Puebla

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La posibilidad de una alianza entre el PAN y el PRD en Puebla no está cerrada, solamente ha entrado en una nueva fase de negociación. Ante el primer fracaso que representó una mayoría de secretarios del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) perredista votando en contra de ese proyecto, ahora los morenovallistas usarán dos nuevas estrategias: el chantaje de un rompimiento total del albiazul con el partido del sol azteca y el aumento de los llamados “cañonazos”.

Atrás del intento de pactar una alianza entre ambos partidos en Puebla no están en juego solamente los muchos o pocos votos que puede aportar al PRD al frente electoral morenovallista, sino que se pone en riesgo la capacidad de interlocución que Rafael Moreno Valle Rosas había vendido a las dirigencias nacionales del albiazul y del instituto del sol azteca.

Moreno Valle, desde el año 2010, se ha ostentado como el principal político que ha logrado unir electoralmente, por encima de las grandes diferencias ideológicas, al PAN con el PRD, pues hace seis años fue el artífice no solamente para que ambas fuerzas se unieran en Puebla, sino también en Oaxaca y Sinaloa.

Y desde 2010, Moreno Valle ha vendido la idea de que puede lograr que ambos partidos se presenten juntos a una elección presidencial.

Por tanto, si no logra cuajar una coalición en su propio estado, entonces Moreno Valle perderá su mal logrado prestigio de ser un político aliancista.

De ahí deriva la obsesión de lograr sacar un frente común en Puebla entre el PAN y el PRD, por encima de las posibilidades de coaliciones en otros estados y del rechazo que existe entre líderes de corrientes y militantes perredistas de la entidad poblana.

Dicho de otra manera, Moreno Valle tiene la obsesión de aliar al PRD con el PAN aunque no lo quieran los perredistas. Al final al gobernador de Puebla no le interesa lo que opinan las bases del partido del sol azteca.

Frente al primer fracaso que significó que en tres sesiones del CEN perredista dominara el rechazo al caso Puebla, cuya definición se ha prolongado hasta el próximo mes, los morenovallistas van a usar las siguientes dos estrategias para torcerles el cuello a los dirigentes del PRD:

  1. Ricardo Anaya, el presidente nacional del PAN, en los próximos días se sentará con Agustín Basave, la cabeza del CEN del PRD, para acabar de negociar todas las posibles alianzas electorales en el país.

Y se dice que por influencia de Moreno Valle, el dirigente del PAN va a plantear que si no hay alianza en Puebla, entonces no podrá haber coaliciones en otros estados.

El condicionamiento de Anaya podrá tener éxito si es que él mismo logra destrabar el caso de Tlaxcala, en donde el PAN local no quiso la alianza y el PRD ya contaba con que si habría coalición y cuyo candidato a la gubernatura sería la senadora perredista Lorena Cuéllar.

Para ello, tanto Anaya como Moreno Valle tendrían que romper el cerco que ha puesto el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y su esposa Margarita Zavala, quienes han influido de manera decisiva para que, hasta ahora, no avance la formación de un bloque electoral de izquierda y la derecha en la entidad vecina.

  1. Se especula que entre los miembros del CEN perredista han llegado ofrecimientos de grandes beneficios económicos para que acepten las alianzas con el PAN, en especial en Puebla.

Parecería que algunos miembros de la cúpula perredista por ahora han rechazado el caso Puebla no porque tengan la convicción de lo negativo que ha resultado el gobierno de Moreno Valle, sobre todo en el tema de su falta de respeto a los derechos humanos, sino porque saben que si se complican las negociaciones se pueden mejorar las propuestas de orden económico.

Y todo indica que si hay disposición a aumentar los ceros a las cantidades que se están ofreciendo.

Habrá que ver cuántos miembros del CEN del perredista de un día para otro cambian de opinión para el asunto de Puebla.

Esos cambios abruptos tendrán su explicación en el dinero que ha empezado a circular por “debajo de la mesa”.

Por ejemplo, se dice que un destacado líder de una de las principales corrientes del PRD se vio beneficiado con la elaboración de placas para autos en el estado de Puebla, luego de que su tribu aprobó en 2013 una alianza del PRD con el PAN en los comicios locales de ese año en la entidad poblana.

Un importante dirigente del PRD ha comentado que en las negociaciones entre morenovallistas y dirigentes perredistas, los temas a discusión no son los presos políticos o el proyecto de gobierno para los próximos años, sino que los primeros reclaman a los segundos de que les han dado mucho dinero en los últimos cinco años. Por tanto, los morenovallistas están exigiendo que esa “inversión” se vea reflejada en no oponerse a la alianza electoral.

Es decir, la alianza se podría definir por los “cañonazos” que algunos líderes del PRD esperan recibir.

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