Quisiera que sus plumíferos
replicaran esta sátira
en octosílabos burdos,
con datos y nimiedades
–catastróficas, quizás–,
en rechazo a mi ofensiva
duda, de lo que de arriba
como gloria viene, pena
es del empobrecido pueblo
que puebla este suelo yermo.
Gozaría sus sugestivos
raptos etílicos, raptos
como esos lavados
de corrupciones que hoy ponen
en un Escorial moderno
a ex líder de dinosáurico
nido de gobernadores
atiborrados de dientes.
Más me complacería leer
el titipuchal de objetados
sucesos represivos,
que reclaman con apelativos
en calles y plazoletas
nadies que resisten, codo
a codo levantado, ante
quien feo y mal los desgobierna.
¿Cómo replicantes, cómo,
negarán en octosílabos
que son lo que bien sabemos?
Los pericos tartamudos
de algún mandón que lanzamos
como bala a los infiernos.
*Sátira de la serie innumerable: Sátiras del allá arriba.