Lunes, marzo 18, 2024

Bancos: el cascabel al gato

Ricardo Monreal se anotó un jonrón al tratar de  reducir las comisiones de los bancos. Lástima que en su equipo y en las esferas financieras dijeron que se había volado la barda sin autorización oficial. Lo que, tal vez, invalide el esfuerzo del zacatecano. Pero de que supo poner el dedo en la llaga, ni hablar, ya que las críticas no fueron por lo que planteó sino cómo hacerlo, algo que seguramente viviremos en este polémico y controvertido inicio de nuevo gobierno, aunque López Obrador llegue hasta  el primero de diciembre a Palacio Nacional.


                  Que los abusos bancarios son el pan de cada día, es lo sabido: ricos, pobres, clase  media en extinción. Nadie nos salvamos de una serie infinita de trámites y cuando asistimos a una sucursal, para cualquier aclaración, la tardanza y la mala atención es lo frecuente.

                  Muchos, es cierto, se endeudan a lo loco. Olvidan  que las tarjetas de crédito no son un salario extra; al excederse,   tienen que pagar cantidades importantes cada mes;  si se adquieren bienes a meses aparentemente sin intereses, la bola crece sin parar.

                  Pero otros que son los “totaleros”, como les llaman a los que cubren sus deudas mensualmente, en ocasiones no visualizan bien lo que necesitan erogar. En otras,  no desean ni más tarjetas con altas anualidades, ni quieren créditos con abonos pequeños que son una eternidad y el porcentaje de lo cobrado será enorme, pero siempre los cajeros, a quienes se les obliga a insistir en el servicio, quieren engatusarlos.

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                  Hay, incluso, quienes hemos recibido durante meses llamadas buscando a otra persona por parte de los bancos, a horarios que van de las 7 de la mañana a las 22 horas. Nuestra queja se archiva no sabemos dónde. Pero el acoso, aunque uno no sea el responsable es peor que en cualquier antro. Así pues, los bancos están alterando toda la vida humana y social y no hay una institución gubernamental que los sancione.

                  Personajes como Ángel Gurría, hoy en la OCDE y antes en la secretaría de Hacienda, y Agustín Carstens, quien está en el FMI y fue director del Banco de México, no hicieron nada por defender a los ciudadanos en sus puestos y sabemos que son jubilados de lujo de nuestro presupuesto, con bonos de fin de año superiores a los dos millones de pesos. Ambos trabajan para organismos internacionales que están más del lado de los consorcios del dinero que de los mexicanos. ¿No sería hora que les quitaran esos emolumentos a los dos citados  como afortunadamente hicieron  con  los ex presidentes   debido a la afortunada  iniciativa del diputado morenista Pablo Gómez?

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                  Es cierto, no se puede todo de un plumazo. Aunque es hora de ir recortando a quienes son unos vividores de los impuestos que pagamos. No sólo mirar al poder judicial, el cual, según un funcionario de la PGR, está en entredicho por el juicio de Javier Duarte. Hay mucha tela, pues, donde cortar.

                  Ya se ha dicho pero vale la pena repetirlo. Mientras BBVA Bancomer obtiene de comisiones  en España por los servicio bancarios el 19 por ciento, en México logra el 36 por ciento. Citibanamex va del 18 por ciento en EU al 33 por ciento acá. Santander 20 en España y 39 en nuestro sufrido país. Y HSBC 25 en Gran Bretaña y 33 aquí. Los cuatro son los más importantes. Quienes ganaron  la mayor parte  de los 108 mil millones de pesos en  2017, ocho por ciento más que el año anterior.

                  BBVA Bancomer, por cierto, quien amasó 45, 603 millones de pesos en utilidades, en 2017 (11.8 por ciento más que en 2016), logra en nuestro país la tercer parte de sus beneficios mundiales, algo que pareciera increíble. Pero ya sabíamos de dichos esquilmos quienes  leímos: El cartel español. Historia crítica de la reconquista económica de México y América Latina (1898-2008) del maestro Oriol Malló. En el texto viene detallado lo que hicieron  las diferentes administraciones, de  Zedillo a Peña Nieto pasando por  Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes  abrieron las puertas a los gachupines para   hacer negocios mil, sin riesgos y cuantiosos rendimientos.

                  Dice bien Oriol,  dicho grupo lo componen: Iberdrola, Endesa YPF, Telefónica, BBVA, La Caixa o el Grupo Santander. Por cierto, Telefónica tiene un litigio contra el estado mexicano por 10 mil millones de pesos, que de ganarlo pondrá  en aprietos al gobierno de López Obrador.


                   Oriol recuerda en las citas que preceden al texto, una de Valle Inclán contendida en  la novela Tirano Banderas: “entiendo que la actuación del capital español es antagónica con el espíritu revolucionario”.

                  Se abrirán foros, en la Cámara de Diputados, para ver cómo disminuir  las comisiones bancarias. Ricardo Monreal ha insistido que su propuesta seguirá adelante. Los financieros mexicanos tiemblan ante la especulación y la fuga de  capitales. Pero la gente sabe que los bancos, quienes financian únicamente el 37 por ciento del crédito del PIB, son un lugar insano para la nación en las  condiciones actuales, pues son insaciables ante una autoridad omisa.

                  Bien decía Carlos Max hace muchos años: es más ladrón quien funda un banco que el ciudadano hambriento que roba por necesidad.


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@jamelendez44

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