Martes, abril 23, 2024

Alexandra Falla: al ver cine silente, los jóvenes resignifican las películas de hace un siglo

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Cuando las nuevas generaciones dan una nueva mirada a las producciones cinematográficas producidas hace más de un siglo, éstas resignifican y revitalizan un material fílmico que es parte de una memoria nacional, afirmó Alexandra Falla Zerrate, directora de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.

Lo anterior, estimó, es uno de los objetivos compartidos entre este proyecto gestado en Colombia y el Festival Internacional de Cine (FIC) Silente que se realiza en Puebla. Ambos, dijo, conforman “una alianza positiva” pues comparten metas y objetivos comunes con éste género “que está más vivo que nunca”.

Al inaugurar la exposición Cine silente colombiano que se expondrá hasta el 6 de diciembre en el auditorio de la Casa Presno –avenida Palafox 208, Centro– de la UAP, acotó que tras su segundo año de participar con el FIC Silente distingue en este festival la “camaradería y la solidaridad” entre sus instituciones participantes.

Incluso Falla Zerrate calificó como “una alianza natural” que la fundación participe en el proyecto mexicano dirigido por Enrique Ceballos.

Destacó que en Colombia casi la totalidad de su cine silente ha sido restaurado, a la par de que el contenido ya ha sido socializado desde 2007. Estimó que, si bien en su país no existe tanta bibliografía del tema como en México, existen varios investigadores rescatables.

La estudiosa y promotora señaló que, a través de la mirada actual, las cintas se revaloran y se colocan como parte “del escenario audiovisual contemporáneo” que, gracias a sus versiones restauradas en soportes distintos, permiten su circulación. “Se le ha dado impulso porque sentimos que hay un olvido a la historia de filmografía, que la memoria cinematográfica no va más allá de los años 80 del siglo anterior”, señaló Alexandra Falla.

En ese sentido, indicó que armada en 2009, la exposición Cine silente colombiano fue pensada para dar a conocer la importancia y trascendencia que tuvo el periodo del cine silente en ese país desde 1915, año de su inicio.

Señaló que, tras tres años de pausa, se retomó para visitar diversos espacios como los festivales de Cartagena y Santander, hasta llegar a Puebla, con una propuesta curatorial distinta a cargo del FIC Silente, el posgrado en Ciencias del lenguaje y la Escuela de Artes Plásticas (Arpa), ambos de la UAP.

En ella, aparecen los filmes Madre (1924), de Samuel Velásquez, La Tragedia del silencio (1924) y Bajo el cielo antioqueño (1925), de Arturo Acevedo; Aura o las violetas (1924), Como los muertos (1925) y El amor, el deber y el crimen (1926), filmadas por Pedro Moreno, entre otras.

De los filmes, de los cuales se muestra un fotograma, una ficha técnica, una sinopsis y fragmentos recuperados, destacó que dan cuenta de diversos momentos de la historia fílmica en su país la cual inició con una adaptación de la novela María, de Jorge Isaacs, del cual solo se conservan 20 segundos.

Otro más que no está completo es Aura y las violetas, que refiere al romanticismo colombiano y se inspira en el éxito de taquilla de María; o Bajo el cielo antioqueño, que hacer una venta del país y de su progreso y modernización; o Alma provinciana, un drama romántico con mujeres que emulan a las divas italianas, y al cine europeo italiano y francés; así como Garras de oro, que fue censurada por la forma en que satirizó sobre la pérdida de EU sobre Panamá.

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