A un año de absorber la demanda de atención del Hospital Regional 36 de San Alejandro dañado por el terremoto del 19 de septiembre de 2017, el Servicio de Urgencias del Hospital General de La Margarita presenta ya un problema de salud pública, el hacinamiento, la sobreocupación y la estancia de pacientes ha llegado a niveles que “revientan” las Normas Oficiales Mexicanas de salud.
De acuerdo con los indicadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el Hospital de La Margarita registra en promedio una estancia en Urgencias y Observación de cuatro a seis días, cuando la Norma Oficial Mexicana NOM–027–SSA3–2013 señala que la estancia en el área debe cumplir 12 horas como máximo.
Normas Internaciones y procedimientos de sistema de gestión de riesgos clínicos Triage y cualquier escala de medición de la demanda como Nedocs (National Emergency Department Overcrowding Study) o el Índice de Saturación Modificado (ISM) consideran incluso que el tiempo de espera debe atenderse entre cuatro y ocho horas.
El análisis de riesgo y las evaluaciones de la capacidad resolutiva en la atención del Servicio de Urgencias del Hospital General de Zona número 20 de “La Margarita” (HGZ 20) se agravan ante el retraso de la construcción del nuevo hospital –que sustituirá al edificio dañado– pero que a un año del sismo del 19 de septiembre de 2017 (19–S) no muestra algún avance.
El viernes 29 de curso, la señora Paula Vázquez Vélez de 94 años de edad ingresó al Servicio de Urgencias del HGZ 20 en estado de gravedad por un problema de trombosis venosa periférica y presentaba también una bronquitis incipiente.
Dada la sobresaturación del área de Urgencias, Paula Vázquez esperó cinco días en ser atendida. Su grave condición se deterioró aún más y empeoró por un problema renal que no fue advertido oportunamente.
Sus familiares desesperados ante el agravamiento del cuadro de salud y de que ya presentaba dolor en los huesos por ocupar una camilla y no en una cama, presionaron para que fuera llevada a “piso” donde tardaron otros tres días en atenderla y diagnosticarla. Dos días después murió en el Servicio de Hospitalización.
Para especialistas, el caso de Paula expone la falta de acceso a camas hospitalarias en las primeras ocho horas de estancia, el incremento de pacientes en espera de evaluación, tratamiento o alta, la merma de recursos disponibles, la reducción de la capacidad de respuesta para ingresar y tratar nuevos pacientes.
El sismo que no termina
Luego del sismo de 7.1 del 19 de septiembre de 2017 (19–S), el caótico escenario parecido al de guerra y posguerra se replica las instalaciones que desde ese día están detonadas. Pacientes de pie, largas filas de personas visiblemente angustiadas esperando atención, familiares que auxilian a los enfermos en rincones, pasillos intransitables saturados de camillas y la calle sirviendo como sala de espera, son imágenes cotidianas en el nosocomio.
Del otro lado, directivos, médicos y personal de base revelaron que las jornadas de atención se viven con “mucha tensión laboral” acusan sobrecarga de trabajo, jornadas que sobrepasan lo conocido como extenuante, miedo de demandas y frustración. Al cierre de esta edición se ha confirmado la presentación de varias renuncias, entre ellas la del entrañable –según calificaciones del personal médico– director del Hospital de La Margarita, Marco Antonio Villaseñor Díaz que se hizo efectiva el 1 de septiembre, aunque fue advertida y presentada muchos meses atrás.
Saturación de 300 por ciento en el Servicio de Urgencias, reconoce IMSS
Hasta la mañana del 19 de septiembre de 2017, el Hospital de La Margarita tenía asignadas las clínicas 7, 8 13, 21, la 42 de Tepeaca, además de las unidades 55 y 57, y no tenía área de ginecología, solo atendía servicios de medicina interna, cirugía interna, pediatría en un área muy pequeña y el servicio de urgencias.
La historia de terror para cualquier trabajador de la salud se cumplió. Literalmente de la noche a la mañana el Hospital de La Margarita con una población adscrita de 430 mil derechohabientes amaneció con la exigencia de dar servicio a 940 mil derechohabientes.
Según testimonios, la locura y exigencia de atención de ése día sigue con el mismo ritmo a la fecha, esto pese al “Acuerdo nacional de intercambio de prestación de servicios” firmado a principios de julio de este año entre el IMSS y la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) para derivar hasta 100 pacientes del Hospital de la Margarita Hospital Universitario de Puebla (HUP).
La respuesta a la solicitud por la Plataforma Nacional de Transparencia con el folio 0064101814518 revela que la saturación del área de urgencias luego del 19–S hasta hace 20 días, es de 300 por ciento.
Antes del sismo del 19 de septiembre de 2017 en el HGZ 20 se tenían 31 camillas en el servicio de urgencias en área de observación adultos y pediatría; y nunca se rebasó la ocupación de un 80 por ciento.
A la fecha, según el reporte de los primeros días del mes de agosto de 2018, ésa área registra 100 camillas y en todos los horarios el índice de ocupación se considera “sobreocupado”.
La solicitud de información pública con el folio número 0064101814718 el número de atención en el servicio de urgencias se ha incrementado a un promedio de mil 600 consultas al mes y de mil 500 egresos del área de observación.
El promedio es de 100 pacientes adultos diarios en el área de observación, en julio se registró un pico de 180 pacientes en un día.
La maestra en Ciencias de la Salud, María Magdalena Herrera Vázquez, y maestra en Salud Pública con área de concentración en Epidemiología, ex–jefa de los Departamentos de Atención Preventiva y Redes de Atención Integrada en el Primer Nivel del ISSSTE a nivel nacional, advirtió el problema de salud pública que ya presenta el Servicio de Urgencias del Hospital General de Zona del IMSS N° 20 “La Margarita”.
Luego de un análisis, reveló que de acuerdo con lo documentado en la literatura médica internacional no cumple con los indicadores nacionales e internacionales de desempeño y la gestión y capacidad resolutiva del Servicio de Urgencias y del nosocomio en general está rebasada.
“Resulta urgente implementar soluciones precisas con los recursos disponibles, fijando metas claras a corto y mediano plazo, lo cual no debe involucrar únicamente al propio hospital, sino también a los servicios de urgencias y hospitalización de la ciudad de Puebla y áreas geográficas adyacentes estableciendo convenios que permitan mejorar la oferta y redistribuir la demanda mientras se construye el nuevo hospital, entre otras medidas”, advirtió.
Saturación y riesgos para pacientes
El propio IMSS reconoce en el folio 0064101814618 recibido vía Infomex, que el Servicio de Urgencia enfrenta serios riesgos para la seguridad del paciente: eventos adversos e infecciones asociadas a la atención de la salud debido a falta de barandales en las camas, uso inadecuado de la ropa, inoportunidad y retraso en la atención médica y quirúrgica, deficiente identificación del paciente por falta de pulseras, riesgos para infecciones debido a la deficiente desinfección del material para vía aérea, deficiente apego a la higiene de manos en los cinco momentos y consumos promedio mensuales insuficientes, presencia de fauna nociva, deficiente aplicación de las precauciones estándar y limpieza del área.
El seguimiento a los indicadores de análisis de riesgo de la sobresaturación del Servicio de Urgencias evidencia que antes del 19–S no existía como tal, pues aunque existen acciones concretas (Plan de Acción) no aparece su correspondiente Matriz de Priorización, porque en 2018 hubo mayor especificidad de criterios, lo que nos permite inferir que el año pasado no contaban con una “Matriz de Análisis de Riesgos” como tal, sino que la implementaron después del sismo de 2017 ante la problemática de sobresaturación que se les vino encima.
En la evaluación de la capacidad resolutiva de la demanda de atención a urgencias, el Hospital de La Margarita defiende contar con 72 médicos urgenciólogos y una enfermera por cada 6 pacientes ingresados.
En diversos informes, se da cuenta que existe prácticamente “un ejército de médicos” y se reconoce que el problema real, es la falta de camas censables en el área de hospitalización y el espacio físico.
En entrevista con personal de base que terminaba turno o iniciaba su jornada laboral, –quienes decidieron guardar el anonimato– denunciaron que “desde México” directivos han aplicado una imperiosa demanda para “eficientar la atención”, así que a la jornada laboral de médicos se le añade la elaboración de Planes de Mejora que incluya evidencias, en lugar de urgir a la construcción del nuevo hospital que desahogaría ese caos y del que no se tiene noticia.
“Los directivos solo vienen a patear a la burra, en lugar de construir rápidamente alternativas de atención. Nunca les cayó el 20 de que estamos viviendo una contingencia brutal, que el hospital está a reventar. Es como si al bombero que está apagando el fuego en lugar de darle otra bomba se le exige que explique su atención y uso de agua por metro cuadrado”, señalaron testimonios.
“La presión de la atención del sismo la absorbió por completo el Hospital de La Margarita, los directivos de San Alejandro por ejemplo, se quedaron en sus oficinas y desde sus escritorios esperando que se resuelva la situación: se la llevan suavecitomientras que aquí es todos los días la fila de tortillas, personas pidiendo atención, papeleos y atención nos rebasan. No hay camas, no hay espacios a un año del 19–S, la forma que encontraron es chicotear las líneas de atención”, dijo un administrador médico.
Impacto en las áreas
En la evaluación de la capacidad de gestión hospitalaria, según los indicadores del IMSS, destaca el servicio de Obstetricia cuya ocupación promedio a la fecha “es de 100 por ciento, pues el HGZ 20 de La Margarita, no tenía este servicio”.
Antes del 19 de septiembre La Margarita contaba con cinco salas de cirugía en quirófano central, una en el sótano y dos salas de procedimientos. La demanda de ginecología detona el HGZ 20 y la atención a pacientes obstétricas es la prioridad en el hospital bajo la premisa: “ellas no pueden esperar para mañana”.
El hospital que no tenía salas de expulsión cede los quirófanos centrales a mujeres que dan a luz, cuya atención ahora mismo se ve rebasado (con 58 gíneco–obstetras, los egresos hospitalarios promedio al mes de junio de 2018 fueron de 687 casos y con mil 589 días–paciente, solo en el mes de junio 2018).
Hasta el mes pasado, la ocupación del Área de Cirugía con 68 camas censables, Pediatría con 63 camas censables cumple el promedio de 100 por ciento derivado del incremento de demanda de ingresos por parte del servicio de urgencias derivado del cierre de San Alejandro.
Para el servicio de Medicina Interna es la misma proporción, el número de días cama en el mes de junio es de 2 mil 430 en el servicio y el número de días–paciente promedio de 2018 ya cumple los 2 mil 954.
Especialistas acusaron el abandono histórico en el que Puebla está sumido en cuanto a Hospitales de Zona, el déficit de camas desde 1999 y la crisis hospitalaria no nació el 19–S, el temblor solo agudizó la situación que ya se vivía hace muchos años.
En fatídicas proyecciones, los médicos advierten que en este momento Puebla no podría soportar una epidemia de Influenza, que se presenta de manera bianual. “Ahora se espera brote el próximo febrero ¿qué pasará si llega una epidemia o un brote, a dónde se va a meter a la gente? Estamos conteniendo, si algo se presenta que detone el equilibrio bizarro que tenemos esto va a explotar, a quién se le echa la culpa?”.