En la competencia por la Presidencia de la República en 2018, están en juego dos proyectos el cambio verdadero y el de la continuidad, el primero representando por AMLO–Morena y el segundo por el PRI y en Frente Ciudadano por México. De ahí que la elección de 2018 tenga solo dos proyectos, aunque haya más de tres competidores.
De hecho, los votos que reciba el Frente o el PRI serán para dar continuidad al modelo económico neoliberal, a continuar con las prácticas de corrupción que tanto han dañado al país y, sobre todo, a mantener un régimen de privilegios y desigualdad en la distribución del ingreso; en cambio, si se vota por AMLO, se estaría abriendo una nueva posibilidad para establecer una economía mixta, que favorezca la participación activa del Estado en la economía, recuperando, por ejemplo, el control de las áreas estratégicas del país, se podría combatir la corrupción de manera frontal y seguramente se modificaría sustantivamente el régimen de privilegios, mejorando la distribución de ingreso en el país.
En los próximos días vendrá una nueva edición de la guerra sucia de 2006 y se buscará por todos los medios posibles bajar a AMLO del primer lugar de las preferencias electorales, la declarada guerra no solo será del PRI, sino se habrán de sumar las del Frente Ciudadano, pero ¿por qué el interés compartido del tricolor y del PAN de evitar a toda costa que el próximo presidente sea el tabasqueño?, en realidad ¿es un peligro para México? o por el contrario es un peligro para el régimen de privilegios que se ha enquistado por mucho años en el país, una vez más el duopolio PRIAN hará lo impensable, lamentablemente lo que queda del PRD y Movimiento Ciudadano se aliaran y se harán cómplices de la guerra sucia, aun con ello la posibilidad de que AMLO gané la Presidencia sigue vigente, muchos de los analistas coinciden que el líder de Morena es el rival a vencer y en este momento es altamente competitivo.
En ese sentido lo que está en juego es el proyecto de nación, uno que ha sumido al país en el descrédito nacional e internacional y otro que pueda enderezar el barco, pues el descrédito no solo se vincula a los actos de corrupción que siguen creciendo, basta ver la lista de ex gobernadores priistas y panistas que han saqueado al país, sino a los índices de violencia, el crecimiento del crimen organizado y los miles de homicidios y desaparecidos. También el descrédito se viriliza ya sea por los paraísos fiscales, los moches para la petroleras o los contratos con empresas fantasma y pese a los discursos triunfalistas de Peña Nieto y su séquito, lo cierto es que no pasa ni un día que no haya una fuente internacional que desmienta los supuestos logros, véase el informe de la OCDE en materia de salud, los resultados dan muestra del abandono en que se encuentra la salud pública en México o léanse los resultados de las pruebas en materia educativa, en general el sistema educativo nacional está reprobado, incluido sindicatos, maestros, directivos y demás.
De nada sirve que haya nuevos yacimientos petroleros, si éstos no se acompañan de una nueva política energética que favorezca los precios de los energéticos, la gasolina que se vende en México es carísima y la mitad de ella es importada de otros países, el diésel sigue subiendo y el gas natural está por las nubes, habría que preguntarle a los jefes y jefas de familia cómo ha subido el gas doméstico tal sólo en los últimos tres meses y habría que preguntarle a los ministros de la Suprema Corte si no les da un poquito de vergüenza ganar más de 6 millones de pesos anuales, mientras el grueso de la población que trabaja en Tlaxcala gana en promedio 80 mil pesos anuales, de eso se trata la elección presidencial de cambiar el rumbo o de mantener los privilegios de la clase política, de la alta burocracia, de los empresarios mexicanos que han hecho del país su mejor botín.
La disputa nada tiene que ver con el entorno internacional, pues el capital ha mostrado tener la capacidad de mantener o incrementar su inversión ya sea con partidos de derecha, de centro o de izquierda, tal como ha ocurrido en España, Francia, Rusia, China, Canadá o el propio Estados Unidos. Tampoco es cierto que si llega AMLO habrá nuevamente subsidios, éstos nunca se han ido, por ejemplo, los países ricos siguen manteniendo subsidios millonarios en áreas estratégicas, véase las políticas subsidiarias de Japón, Alemania, Inglaterra y nuevamente los Estados Unidos, con Barak Obama o con Donald Trump, es decir los gobiernos del PRI y del PAN le han dado al pueblo de México atole con el dedo, el tema central es que el gobierno, el partido tricolor y el Frente lo que buscan es seguir sirviéndose con la cuchara grande de la inmensa riqueza nacional, saquear al país a costa de los millones de mexicanos que apenas sobreviven. ¿Usted por cuál proyecto votará?, será cómplice del saqueo o será partícipe de un cambio posiblemente histórico.
Entre tanto, ante la oleada de malas noticias, empiezan a emerger las buenas, la cosecha apenas inicia cuando se ha sembrado bien, es tiempo de recoger los frutos. Curioso, no ha llovido. Ver para creer.