Más poblanas son jefas de familias pero trabajan sin seguridad ni prestaciones: Inegi

Las mujeres en Puebla son las más pobres, las que menos ingresos perciben por su trabajo, las explotadas, las multitareas, las que no tienen contrato o prestaciones, las que sufren discriminación por estar embarazadas, ser madres solteras o divorciadas.

Pese a todos estos problemas, cada vez son más poblanas las que se hacen cargo de su hogar, las que además de cuidar hijos, padres y casa, salen a trabajar para llevar el gasto pese a estar casadas o contar con una pareja.

De acuerdo con datos del segundo trimestre de 2012 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 43.4 por ciento de las poblanas de 14 y más años forman parte de la población económicamente activa (PEA).

95.6 por ciento de las trabajadoras combina sus actividades extradomésticas (trabajo y estudio) con quehaceres domésticos, situación que resulta contrastante con la de los varones, entre los cuales sólo 85.8 por ciento cumple con esta condición.

La población femenina ocupada alcanzó al 95.9 por ciento del total de la PEA, mientras que 4.1 por ciento están desempleadas.

Mujeres trabajando

en la informalidad

Más de la mitad de las mujeres poblanas que trabajan, según las encuestas del Inegi, son empleadas, es decir que están subordinadas y reciben una remuneración por su laboral; no obstante laboran en total indefensión e inseguridad

Y es que las estadísticas muestran que seis de cada 10 empleadas no tienen seguridad social, lo cual, según la Encuesta Nacional de Ocupación es catalogado como “informalidad laboral”.

Además, 53.7 por ciento de las empleadas no cuenta con prestaciones y 57.4 por ciento labora sin tener un contrato escrito. Hay otro 16.7 por ciento de las féminas económicamente activas que no recibe remuneración por su trabajo.

La mayoría de las mujeres ocupadas desempeñan actividades en el sector terciario (71.0 por ciento), de las cuales sobresale que dos de cada cinco son comerciantes, 25.9 por ciento son trabajadoras en servicios personales y 8.6 por ciento oficinistas.

Pelear una “guerra”

por ascender

Puebla se ubica como el cuarto estado con las prevalencias más altas de discriminación laboral a la mujer, pues 26.6 por ciento de las mujeres asalariadas han sido discriminadas en sus trabajos a causa de su género.

En discriminación laboral, son las poblanas las que ocupan en el ámbito nacional el cuarto lugar. Se estima que tres de cada 10 trabajadoras han sido despedidas, acosadas o maltratadas por haberse embarazado, sufren disminución de salario, despido o no les renuevan el contrato.

Además, las oportunidades de mejora en el empleo para las mujeres cada vez se dificultan más, pues compite contra los hombres quienes acaparan puestos directivos.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh–2011) en 2006, 10 de cada 100 trabajadoras asalariadas tuvieron menos oportunidades de conseguir ascender en su trabajo que un hombre. Para 2011, esta índice aumento a 14 por cada 100.

Pobreza y jefatura del hogar

De acuerdo con la medición multidimensional de la pobreza en México realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se estima que en 2010 3.5 millones de Poblanos viven en condiciones de pobreza multidimensional, de los cuales 1.8 millones son mujeres, y de éstas últimas 459 mil viven en una situación de pobreza extrema.

En las últimas décadas se ha extendido el fenómeno de hogares encabezados por mujeres. De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2010, se estima que existen más de 1.4 millones de hogares en el estado, de los cuales 24.7 por ciento son dirigidos por una mujer.

Con base en la información de la ENIGH, un total de 55.5 por ciento de los jefes de hogar tenía algún nivel de pobreza, siendo mayor la proporción de jefes pobres (57.6 por ciento) que de jefas pobres (49.1 por ciento). Particularmente la pobreza extrema, se presenta en sólo 12.8 por ciento de hogares con jefatura femenina, en la jefatura femenina se encuentra asociada a las variantes del estatus marital de las mujeres. La proporción de jefas de hogares pobres es mayor cuando no se encuentra unida; 79 de cada 100 jefas pobres no tienen pareja, 62.8 por ciento mantiene una situación conyugal de viudez, divorcio o separación y 16.2 por ciento nunca ha estado unida.