2012-09-05 04:00:00
El artista multidisciplinario, quien además es
compositor musical e integrante de la banda de
rock progresivo Famélica Carcoma
Emeterio Valderrábano Garrido, quien llegó a esta ciudad procedente del municipio serrano de Xicotepec de Juárez hace 15 años en la búsqueda de un estilo propio en el oficio de escultor, señaló que en Puebla existe un público ávido en el consumo de arte; sin embargo, explicó que hacen falta espacio para exponer piezas escultóricas de talentos locales, pues criticó que la mayoría de los museos y espacios abren únicamente sus salas a artistas de renombre.
El artista multidisciplinario, quien además es compositor musical e integrante de la banda de rock progresivo Famélica Carcoma, expuso que formar parte de la comunidad cultural poblana, ha sido difícil.
Esto se debe, indicó, a que existe “círculos cerrados” de creadores que deciden quién tiene acceso a exponer o no su obra, en esta ciudad.
“El camino de la escultura es compleja; el fin de todo arte es ser exhibido y para ello existen personajes intermediarios, que salen más beneficiados que el propio autor”, manifestó, Valderrábano, quien actualmente trabaja en la elaboración de una escultura dedicada al persona histórico de José María Morelos y Pavón, la cual medirá 4.5 metros de altura y estará al centro de una glorieta de Tehuacán.
En entrevista, relató que su llegada a la escultura fue de manera fortuita y autodidacta, pues reconoció que es una habilidad artística con la que nació.
“Llevé clases de dibujo y estudié en la escuela de la Sogem (Sociedad General de Escritores de México), pero nunca supe de mi habilidad para la escultura hasta que una persona me retó a concursar en una convocatoria nacional, para la elaboración de estatuas a escala de personajes históricos”, reveló, durante la conversación.
En este concurso, recordó, obtuvo el segundo lugar en el país, resultado que lo sorprendió y animó para seguir puliendo su técnica.
En esa época, dijo, se producen sus primeras ventas, aunque también realizaba obras por encargo.
“La escultura fue una decisión inconsciente, que comencé a dedicarle más tiempo, a falta de un trabajo estable”, confió Emeterio Valderrábano, quien hoy trabaja con la empresa familiar de orfebres, Dinastía López, dedicada desde 1862 a la elaboración de esculturas y monumentos en bronce, para museos, ayuntamientos y coleccionistas.
Por lo que aseguró que, en su carrera, “las mismas piezas me han ido abriendo camino”.
Algunas obras de Emeterio Valderrábano están en las principales calles de algunos municipios del país, o como galardón a justas deportivas, como sucede con el reconocimiento que anualmente entrega el Club de Golf de Mayorazgo, en su torneo conmemorativo al 5 de mayo.
Sin embargo, el escultor admite que es momento de “pasar la hoja” en la realización de esas figuras, por lo que se encuentra en un proceso evolutivo de su técnica dentro de este oficio, como temáticas más urbanas.
En la actualidad, comentó que trabaja a la par en la gestión y promoción de sus creaciones que han tenido poca difusión en Puebla, situación que lamentó pues mientras en otras ciudades del país le encargan esculturas, en su tierra natal ha visto obstáculos para exponer sus piezas.
Por último, insistió en la idea de que hay pocos foros de exposición para escultura en Puebla y en México.
“En el mundo escultórico cabemos todos. Cada quien tiene su lenguaje, sus materiales y su forma de trabajar. La envidia, el miedo, nos paraliza, nos hace daño, no nos ayuda a trabajar. Es un error y nos distrae”, concluyó, en franca alusión a los artistas de trayectoria, a los que exhortó a respaldar a los talentos emergentes, como la labor que realiza Francisco Toledo con los creadores oaxaqueños.
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