Exhibe el Museo Universitario el mundo lúdico de Didier Mayés

“Pintar es jugar” es el mensaje del pintor oaxaqueño Didier Mayés que se refleja en la serie de 27 pinturas al óleo que se exhiben en el Museo Universitario Casa de los Muñecos, de la Universidad Autónoma de Puebla. En ellas, el artista juega con el color y plasma las vivencias espacios y situaciones de su niñez, a través de manchones, líneas y garabatos elocuentes.

“Pintar es soñar y volar, sufrir y sentir, quebrarse y morir. El juego del avión y la rayuela” se escribe en las paredes del recinto en donde se exhibe la exposición Jugando en mi casa, que estará expuesta hasta el próximo 19 de agosto en la 2 Norte número 2.

En sus obras el artista oaxaqueño utiliza su pincel para jugar con el color, sus sentimientos, los espacios y los momentos claves de su niñez. Series como Rayando las paredes A, en el que se reúnen una serie de cuadros de pequeño formato, refieren a ese sentido infantil y lúdico de su pintura.

Los dibujos echan mano de líneas torcidas, manchones policromáticos, garabatos y formas que aluden a los objetos que hay en espacios como la cocina o el patio, en los que se adivina habita el pintor.

“Muchos de los cuadros hacen remembranza a mi infancia; por ejemplo, bucear en el tinaco metiendo solamente la cabeza, imaginando que estoy en el mar. La niñez es el eje temático de mi obra”, expresó Didier Mayés.

Los argumentos tienen que ver con una temática personal que ha identificado al pintor desde hace 20 años: escaleras, sujetos cónicos y fálicos, ruedas, triángulos, clavos y hasta constelaciones. En ellos, el autor ha invertido su trabajo y oficio para superar el lúdico acto de rayar paredes buscando producir la caligrafía de un árbol, una hoja, una escalera o un barco de papel.

Didier Mayés se ha presentado de forma individual en salas de México, Estados Unidos, Venezuela y Colombia y, de forma colectiva en Japón y Suiza. Se caracteriza por su arte abstracto y lúdico, ya que utiliza figuras geométricas y rompecabezas, con una preferencia por los colores azul, violeta, rosa, ocre y rojo.

Ejemplo de ello son las piezas De picnic, Magia violeta, El desayuno, Neblina en el jardín, Pasteles de lodo, El taller de costura, El frutero, Mi pasión es, Mi pelota, el módulo compuesto por las piezas El charco del patio, La puerta de mi cuarto, El jardín del juego, Navegando en el baño y Los muebles; o El jardín de nuestra casa, un amplío óleo de color rosa mexicano que cierra la exposición.