Pilar de la pasión futbolística son los partidos llamados clásicos, cíclica repetición de un choque entre idénticos rivales que, sin embargo, nunca es el mismo. Ahí van por el mundo, levantando oleadas de apuestas y discusiones, soliviantando ánimos, quebrantando lealtades y dividiendo familias –en determinados países, no hay encono peor que el suscitado...