La hipocresía exterior, siendo pecado en lo moral, es grande virtud política.
Francisco de Quevedo
En 1988 participé en lo que sería mi última patoaventura política al apoyar la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, convencido y motivado por mi carnalito Marcelino Perelló, puesto que para esas fechas ya estaba harto decepcionado de la izquierda, en la que...