Sin reforma constitucional electoral

El tiempo se acota a los legisladores si en verdad tienen el compromiso por impulsar una nueva reforma constitucional en materia electoral, a fin de garantizar un mejor esquema jurídico y práctico que nos acerque a la real y verdadera democracia en Tlaxcala.

Si bien el estado ha tenido reformas constitucionales y legales que han posibilitado la alternancia en el poder, es un hecho que las últimas adecuaciones han significado un retroceso, como es la desaparición de las candidaturas ciudadanas que competían por las presidencias de comunidad.

Y aunque hemos escuchado discursos trillados de parte de los diputados locales a favor de una reforma constitucional en materia electoral, en los hechos este tema ha sido dejado de lado y los plazos legales para que cualquier adecuación constitucional tenga vigencia en los comicios de 2013 se acotan.

En este escenario, es común que existan tres grupos de diputados: la oposición, que busca impulsar reformas que permitan a los partidos a los que pertenecen una competencia que les posibilite acceder al poder o a espacios de poder.

Un segundo grupo, el oficial, que históricamente se opondrá a las adecuaciones normativas que pongan en riesgo el statu quo y en el caso de Tlaxcala más, sobre todo cuando tuvieron que pasar 4 mil 380 días para volver a vivir del erario.

Y un tercer grupo, el que ve en estos temas una forma muy redituable de lograr jugosas ganancias que les permitan gozar de la nueva riqueza a la que han accedido a través del voto popular. A este último grupo poco o nada le importa el tema electoral, sólo busca llegar a acuerdos con el mejor postor.

Con esta realidad, lo que es un hecho es que no quedan más de dos meses para que en Tlaxcala pueda concretarse una reforma constitucional en el rubro electoral, lo cual cada vez se aleja más de una realidad.

De ser así, los comicios intermedios del próximo año se realizarán bajo el mismo esquema que en 2010, con el cual el que seguramente saldrá ganador será el partido del señor que despacha en el edificio erigido en el zócalo.