Pre-premios y polémicas

Resulta que ya ni los premios son lo que eran. Aunque para que haya un premiado siempre tiene que haber un montón de descartados y por lo mismo, muchas razones para que el premio recayera en otro y no en el ganador; parece que la última oleada de galardones no ha caído bien a muchos.

Primero, el premio que la Feria Internacional del Libro concedió al escritor peruano Bryce Echenique, fue empañado por graves acusaciones de plagio. El jurado se negó a revocar su decisión y respondió que ese asunto correspondía al ámbito de lo penal y que ellos calificaban la relevancia de su obra narrativa. Se posicionaron bandos de escritores a favor y en contra de la concesión del premio a Echenique. Como sea, y a pesar de que se lo darán, la nube de la duda y del desencanto queda ahí.

Después, el Nobel de Literatura concedido al chino Mo Yan, autor que no sonaba entre los favoritos para ser laureado y que, por cierto, su obra ha sido editada en español por la editorial Kailas, una editorial más bien modesta: así de inesperado era el nuevo Premio Nobel. Los detractores del premiado son los disidentes chinos, sobre todo artistas en el exilio quienes lamentan que se haya otorgado a un escritor del régimen chino.

Incluso el Nobel de la Paz, ese premio tan prestigioso que ha reconocido a personas emblemáticas como Nelson Mandela o Teresa de Calculta, este año fue otorgado a la Unión Europea.  Con la entrega del Nobel a Obama la polémica estaba servida. El argumento entonces fue que se buscaba que sirviera como estímulo para alentar políticas pacifistas, sin embargo la prisión de Guantánamo sigue abierta y la captura de Bin Laden no fue ni pacífica ni conciliadora. 

A la Unión Europea se le reconoce por los esfuerzos que ha hecho por mantener la paz. Es decir, se les premia por no desencadenar una tercera guerra mundial, pero las crisis que afectan a diferentes países, la cada vez más evidente separación económica entre los estados que la conforman, los terribles recortes en políticas sociales y la brutalidad policiaca en España y Grecia contradicen a la paz. ¿Qué otra vez es un aliciente como en el caso de Obama?, pues veremos si esta vez el pre–premio da resultado.