Logo de La Jornada de Oriente
Cargando...

La educación como inversión

Por: Guillermo Aragón Loranca

2012-01-17 04:00:00

Guillermo Aragón Loranca

El programa nacional de financiamiento a la educación superior, con el que el gobierno federal pretende destinar 2 mil 500 millones de pesos, salidos de nuestros impuestos, para otorgar créditos educativos para licenciatura o posgrado en “universidades privadas”, demuestra claramente cuáles son los verdaderos intereses que Felipe Calderón defiende: los de las empresas privadas de educación, financiadas con dinero público.

Esta medida engañosa anunciada con bombo y platillo, cuando aún la sangre de los dos estudiantes normalistas de Ayotzimpa está fresca, no puede ser sino una ofensa a la memoria de los muertos y a la inteligencia de la ciudadanía, pues desde hace varios años, la ofensiva en contra de la educación pública ha venido subiendo de tono para eliminarla y convertirla en privada y confesional, como lo demuestran el creciente recorte del presupuesto educativo, a las universidades públicas, el combate y sometimiento ideológico de las normales rurales, como la del Mexe, la idea de la Gordillo de transformarlas en escuelas técnicas, la insistencia de que la calidad de la educación pública es de mala calidad por la desidia de los maestros, la idea de operar las escuelas de jornada completa, de mantener a líderes corruptos y cómplices del sistema al mando del sindicato de maestros, y ahora los “créditos educativos”, son otras caras de la misma moneda: llevar la educación hacia lo privado, hacia la libre demanda del mercado.

Las fórmulas no son nuevas, algunas ya se aplican en Chile y en Colombia, con los resultados que ya conocemos, por lo menos en el caso de Chile, cuya huelga estudiantil ha durado más de ocho meses. Y la estrategia ha sido aprovechar los momentos coyunturales (la represión de los normalistas de Guerrero) para apretar más las tuercas de la privatización sacándose de la manga falsos programas con los que se pretende engañar a la opinión ciudadana en el sentido de que se buscan mecanismos para promover la educación, ocultando que se trata de la educación privada que no es sino un negocio más dentro del mercado neoliberal.

Resulta evidente que proponer “créditos educativos” en universidades de élite, conlleva un triple mensaje: primero,  menospreciar y descartar la educación pública, considerada de mala calidad por los mismos responsables de proporcionarla; segundo, se trata de una invitación abierta a los jóvenes para que “se integren al sistema”, estudiando las carreras y los valores que le interesan introyectar en los jóvenes estudiantes a los dueños del dinero, dueños también de varias instituciones educativas, pero además orientadas a lo individual, al “éxito personal”, condenando de antemano, lo social, lo comunitario. Finalmente, tener un estudiante endeudado por varios años (como en la década de los sesenta se endeudaron a los obreros con créditos para vivienda), significa tener estudiantes dóciles y más preocupados por insertarse “competitivamente” en el mercado laboral, antes que preocupados por su entorno social. La sociedad civil no puede seguir como espectadora, entregando sus instituciones y sus valores en manos de testaferros y prestanombres de los consorcios transnacionales, tiene que recuperar su capacidad autogestiva para proporcionarse a sí misma la educación que ella requiera en función de sus necesidades, creando sus propias instituciones.

Share
La Jornada
Nacional Michoacan
Aguascalientes Guerrero
San Luis Veracruz
Jalisco Morelos
Zacatecas  
Tematicas
Defraudados Izquierda
AMLO Precandidatos 2012
Servicios Generales
Publicidad
Contacto
© Derechos Reservados, 2013. Sierra Nevada Comunicaciones S.A. de C.V.