El revés

En el pueblo de no pasaba nada ha pasado mucho. Lo único cierto es que las cosas comienzan a cambiar y ahora nos toca afianzar nuestra memoria histórica, nuestro derecho a exigir a las autoridades rendición de cuentas, transparencia y el respeto al derecho de los pueblos a la autodeterminación: entiéndanlo bien señoras y señores políticos, se deben a nosotros y están para servirnos y no para servirse del cargo.

No, aquí no hay hacienda que administrar ni peones que humillar y ni descalificar, aquí hay un Estado y ciudadanas y ciudadanos que ejercemos derechos y que, como lo hemos venido haciendo, continuaremos observando, fiscalizando, denunciando y exigiendo, pero sobre todo proponiendo, porque dicho sea de paso nuestras iniciativas han impulsado e impulsan avances sustanciales en materia social; así que si tienen visión política, deben empezar a dejar atrás sus imposiciones y ocurrencias domingueras.

Quienes pretendan que el viejo PRI y sus dinosaurios van a hacer y deshacer, y todas y todos nos quedemos callados están en un gran desacierto, porque hasta con nuestro silencio sabremos cimbrar al poder porque nunca más toleraremos un Atenco, mucho menos que intimiden y lastimen a integrantes del #YoSoy132 ni a defensores y defensoras de derechos humanos ni periodistas.

Quienes suspiren porque los partidos políticos continúen siendo comparsas del saqueo y la corruptela, es mejor que lo piensen dos veces, porque vamos a luchar por la reforma política y la vamos a sacar adelante; porque las y los ciudadanos buscaremos que la revocación de mandato sea una realidad, nuestra realidad.

Quienes crean que vamos a permitir que el IFE continúe siendo ese ente legitimador de la manipulación y la compra de conciencias de un pueblo con hambre, debemos pararlos en seco y gritarles ¡se acabó! Ahora es el momento de comenzar a informarnos, organizarnos y participar, estamos en resistencia y estamos en nuestro derecho de protestar y no permitiremos la imposición, la represión y mucho menos la simulación.

No, ahora no podemos darle paso al desaliento, porque nos quieren hacer creer que no hemos triunfado y que estamos derrotados, quieren que bajemos la guardia y dejemos de cuestionarlos, de exigirles y de soñar; y eso, sencillamente, no vamos a dejar que suceda ¿o sí?