El PRI se juega todo en 2013

Las simulaciones, el desánimo y el pago de facturas cobraron al Partido Revolucionario Institucional (PRI) su primer descalabro electoral del presente sexenio estatal.

A pesar de los anuncios mediáticos que auguraban “carro completo” en las elecciones federales, lo cierto es que fueron relegados hasta la tercera posición en las preferencias electorales.

Lejos quedaron los compromisos de los aliados, beneficiados con espacios y empleo en el gobierno estatal, por aportar hasta 15 mil votos a la causa priista, porque poco o nada hicieron por ganar los adeptos suficientes.

Como también se quedaron muy lejos los apoyos y el respaldo requeridos de cientos de simpatizantes del tricolor que no han visto en esta administración estatal respaldo para sus proyectos personales.

También se hizo evidente el pragmatismo bisoño del equipo de comunicación social de la campaña priista, pues creyeron que con pertenecer “a una familia tradicional del tricolor” era suficiente para posicionar a sus candidatos en los medios de comunicación y, en especial, en el electorado.

Todos esos yerros sin razón deberán ser tomados en cuenta, porque las heridas de esta derrota tienen que ser sanadas a la brevedad, porque el proceso electoral intermedio local ya está en ciernes. El futuro del PRI ya está en juego. La continuidad de este partido se define en los comicios del próximo año, por lo que sus dirigentes y sus principales cuadros deben dejar el vedetismo y ponerse a trabajar si quieren seguir viviendo del erario por otro periodo más.

Nota al margen

Una lástima la actitud asumida por los integrantes del Congreso local, quienes piensan que no existe en Tlaxcala un periodista capaz de recibir el premio Miguel N. Lira. Pretextos podrán esgrimir muchos, pero en los hechos es que no tienen el menor respeto por los trabajadores de la prensa. Por cierto, el diputado que encabezó la comisión que declaró desierto el premio es el mismo que pretendió normar la actividad periodística en Tlaxcala.