Día de las madres

Puede ser que el día de las madres resulte cursi o demasiado comercial. Puede ser que incluso represente una contradicción para aquellas madres que en su día no salen de la cocina para alimentar a toda su prole. También es probable que sea un día señalado en el calendario para que expíen sus culpas con un regalo aquellos que apenas se acuerdan de que tienen madre. Pese a todo lo anterior y aún con las disputas familiares ocasionales, suele ser un día feliz. Feliz para las madres que ven a sus hijos bailar coreografías con más o menos acierto. Feliz para los hermanos que se ponen de acuerdo para sorprender a mamá.  Feliz para las abuelas que festejan por partida doble.

Además de la alegría circundante, de los restaurantes repletos de familias, de las florerías que no dan abasto y de las muchas licuadoras que se venden este día, están las madres que convierten su dolor en lucha. Muchas de estas madres que no gozarán de los tradicionales festejos, han revalorado el significado de esta fecha y marcharán hoy en el centro del país. 

La movilización llamada “Marcha de la dignidad nacional: Madres buscando a sus hijos e hijas y buscando justicia” exige lo siguiente: 1. Búsqueda inmediata de todas las personas desaparecidas, 2. Conformación de una base de datos nacional de personas desaparecidas, 3. Atención estructural de la PGR  a todos los casos de desapariciones, 4. Creación de una Fiscalía Especial para Personas Desaparecidas, 5. Creación e implementación de protocolos de investigación para personas desaparecidas, 6. Implementación de un Programa Federal de Atención Integral a las familias de personas desaparecidas,  7. Aceptar las recomendaciones del Grupo de Trabajo para Desapariciones Forzadas e Involuntarias de la ONU.

Para todas las madres, felicidades. Para las madres cuya felicidad ha extinguido la guerra contra el narco, la crueldad ejercida contra sus hijas en Ciudad Juárez y la incertidumbre del paradero de sus hijos migrantes; para ellas el deseo de la justicia y la esperanza de que algún día el 10 de mayo tenga de nuevo ese halo superficial y alegre de las celebraciones cotidianas.