¿México va a cambiar?

¿En realidad las elecciones fueron ejemplares tal como lo anunció el IFE?, ¿será creíble que en México haya una verdadera y perdurable cultura política democrática?, ¿es posible esperar que se actúe en estricto apego a la ley, se ataque de forma frontal la corrupción e impunidad, se deshagan del lastre de los sindicatos corporativos y charros y, de paso, se ponga un alto a los monopolios de comunicación?, ¿será posible enterrar en definitiva la tentación autoritaria y, por ende, promover la libertad de expresión y la libertad política fomentando los valores de igualdad, libertad, respeto y justicia?, ¿será posible esperar un cambio de timón en la política económica de México, se atreverán a pintar su raya del neoliberalismo?, me temo que hay muchas dudas sobre si México va a cambiar.

Por lo pronto, la jornada electoral no fue lo limpia y transparente tal como lo afirmara el consejero–presidente del IFE, según los reportes existen diversas irregularidades que marcaron la contienda electoral, muchas de ellas fueron antes y durante la jornada; prácticas de acarreo, compra de voto y favoritismo de los medios de comunicación afines al candidato tricolor, las irregularidades seguramente serán reportadas en los próximos días y veremos la actuación del IFE, la Fepade y TEPJF, es de esperarse que el cúmulo de delitos electorales no sean sancionados y que se llegue a la conclusión que los mismos no sean lo suficientemente graves como para poner en riesgo los resultados de la elección, es decir, se validará la elección en la renovación del poder público en México, tendremos presidente electo y una nueva composición del Poder Legislativo en los próximos días.

Sin embargo, el árbitro electoral una vez más nos queda a deber, pues reduce su éxito a la emisión y cuenta del voto, dejando de lado aquellas situaciones que vulneran la limpieza del proceso en su conjunto. Los consejeros centraron sus mensajes en dar certeza sobre la instalación de casillas, la participación de los ciudadanos que fungieron como funcionarios de casilla, así como la participación de los representantes de los partidos políticos, sin dejar de mencionar los miles de observadores nacionales e internacionales, difundieron los mecanismos de información que según ellos garantizarían el éxito del proceso, dedicaron muchas horas para asegurarnos de la confiabilidad del PREP y del famoso conteo rápido, se apuraron para dar a conocer los resultados del conteo y a través del uso de la cadena nacional hicieron énfasis en la limpieza con que se llevaba a cabo la votación.

El problema no está ahí, el problema es que se siguen usando prácticas políticas que dejan serias dudas sobre el uso de los recursos públicos y privados para coaccionar el voto o para persuadir el voto de los electores, innegablemente los partidos políticos y muchos mexicanos estamos muy lejos de tener valores cívicos democráticos, se sigue usufructuando con la necesidad, la ignorancia y la pobreza de millones de ciudadanos.

Ejemplos sobran, las pruebas están a la vista de todos, empresas encuestadoras que acostumbradas a sacar ventaja económica y política hicieron creer a los ciudadanos que la elección estaba decidida, las más prestigiadas empresas demoscópicas mintieron sobre las diferencias entre el primero y segundo lugar, en su mayoría pronosticaron que el candidato del PRI obtendría una apabullante victoria, no fue así, nos deben un explicación a todos los mexicanos. Ni siquiera fueron capaces de ofrecer información cercana a la realidad, pues para la noche del domingo aseguraban que la diferencia entre el primero y el segundo era por encima de los 10 puntos porcentuales, los mismos conteos no coincidieron con lo anunciado por Leonardo Valdés, pero su hambre no se conformó con dar datos inflados, promovieron el éxito del PRI, a través de la radio y la televisión, así el conductor Pedro Ferriz de Con anunció emotivamente “se salvó México”, haciendo una clara alusión a los datos que Ulises Beltrán le presentaba. Esa es la aportación de la mayoría de los medios de comunicación a la incipiente democracia.

Por su parte, tanto la candidata de Acción Nacional como el abanderado de Nueva Alianza ni tardos ni perezosos salieron antes que el árbitro electoral a anunciar que las tendencias no les favorecían, no importó que no hubiera datos del PREP o del conteo del IFE, lo importante era consolidar la percepción del triunfo del PRI, ¿madurez política, civilidad democrática?, simple y llanamente se pasaron por el arco del triunfo al IFE, esos eran los candidatos demócratas que días antes juraban aceptar las reglas del juego electoral. Lo mismo hizo Calderón, abrir las puertas de palacio al nuevo inquilino de Los Pinos, sin que existiera documento oficial que dé certeza y legalidad, aún no hay constancia de mayoría.

De ahí la duda, ¿México va a cambiar?, por lo visto, las señales enviadas la noche del 1 de julio nos indican que cambiamos para seguir iguales, luego de la separación viene la reconciliación entre lo que queda del PAN y lo que regresó del PRI, el matrimonio persiste, ¿el PRIAN sacará adelante las reformas estructurales que el país tanto necesita?

En el caso de Tlaxcala, los datos del PREP anuncian que el Movimiento Progresista obtuvo sendas victorias, ganaría los distritos II y III, así como la primera fórmula para el Senado, de confirmarse de forma oficial,  hay dos grandes perdedores: el gobierno estatal y el Partido Acción Nacional, ¿algo va a cambiar?