¿Las cuotas de género?

La celebración del Día Internacional de la Mujer no coincide con la inclusión de las féminas en la distribución de las candidaturas para diputados, presidentes municipales o de comunidad, pero a pesar de las resistencias los institutos políticos deberán cumplir con las cuotas de género que impone la ley electoral. El discurso de celebración dista mucho de la realidad política, a muchas mujeres les siguen dando atole con el dedo, que los hombres se resistan es una mala tradición, lo que es muy grave y vergonzoso es que las propias mujeres que se han colado en el mundo de la política y que por ende tienen alguna representación en el poder público, sean las primeras en cerrarle el paso a aquellas féminas que vienen luchando al interior de las bases en perjuicio de la equidad de género que exige un régimen democrático.

La lucha de las mujeres por su reivindicación histórica no ha sido sencilla, pues han tenido que remar contra corriente, siglos de subordinación, exclusión y explotación no se borran de la noche a la mañana, la batalla no sólo ha sido por el reconocimiento del papel que juegan en la sociedad al interior de la familia, también ha incluido los derechos individuales de la mujer en el espacio privado y público, la búsqueda del pleno ejercicio de su libertad les ha permitido aumentar su nivel educativo, incorporarse de manera importante en el mundo laboral y profesional y también les ha dado frutos en la participación política. Hay miles de historias que muestran el avance de las mujeres en muchos ámbitos: el derecho de decidir sobre su propio cuerpo, decidir sobre la maternidad, el derecho de acceder a una mejor preparación, hasta el derecho de administrar sus propios recursos, hoy en día hay mujeres en la literatura, en la ciencia y la tecnología, en las artes, en las empresas, en la burocracia pública, en las escuelas y prácticamente en todos los espacios del mundo social, estos derechos no han sido producto de concesiones de los hombres, todo lo contrario, son resultados de una lucha permanente de ellas para propiciar una verdadera igualdad de oportunidades.

Como todas las batallas no siempre han ganado todo, en más de una ocasión el movimiento por la libertad y la igualdad ha tenido éxitos, pero también fracasos, la múltiples posiciones sobre cómo lograr la equidad ha generado discusiones interminables sobre las expectativas del cambio, desde las feministas hasta las que hoy en día promueven la equidad de género, en ese proceso más de una vez las visiones extremas o absolutas han limitado los avances, las diferencias de cómo actuar, pensar y hacer no siempre encuentran respuestas en la mayoría de las mujeres, pese a ello el avance es notablemente visible, nadie con uso de razón puede minimizar que hoy la mujer ganó terrero en la sociedad, desde luego el ritmo de cambio no ha sido homogéneo, hay naciones donde los logros han sido extraordinariamente importantes en la igualdad y equidad, en cambio en otras aún se mantienen enormes desigualdades, los países de Medio Oriente son ejemplo de retroceso.

En el caso mexicano, si bien hay avances, aún hay deudas pendientes, si bien es cierto que la mujer tiene mayores oportunidades de las que tenía al menos hace medio siglo, aun con ello prevalecen muchas contradicciones que resolver, por citar algunos ejemplos: ellas participan de forma importante en la población económicamente activa ocupada, sin embargo los salarios de éstas son menores a los de un hombre en el mismo puesto, es menor el número de mujeres que participan en espacios de decisión en empresas o entidades pública, por lo regular los hombres mantienen hegemonía en los puestos directivos, pero quizá la deuda más importante es en el mundo de la política. Si bien se logró que la mujer vote y sea votada, y que incluso en las leyes electorales se acuñó la cuota de género, resulta lamentable que en casi todos los procesos electorales se incumpla la cuota de género, pues los partidos políticos han encontrado trapacerías para no cumplir con ésta, pero más lamentable es que las propias mujeres limiten la capacidad de las otras a participar.

Hay casos donde las propias mujeres demeritan a su propio género, construyen discursos de equidad, pero en el fondo han recuperado las mejores prácticas autoritarias de los viejos lobos de mar, mujeres que al llegar al poder se vuelven corruptas, nepotistas, que dicen defender las causas más íntimas de sus correligionarias, pero al mismo tiempo les pagan salarios miserables a sus asistentes, no les dan seguridad social y eso sí, las mandan a recorrer pisos de tierra para ampliar su influencia electoral, pero no es todo, el acceso al poder ha provocado en varias de ellas una transfiguración de la persona, hay estudios que muestran que al acceder al poder estas féminas actúan, piensan y hacen como si fueran hombres, atropellan los derechos de los otros y poco hacen en realidad por promover los derechos de las mujeres

A ello se añade la incapacidad de innovar en la agenda pública que permita reconocer los cambios que se han generado por una mayor participación de la mujer en el mundo social, su ignorancia las limita a decir una y otra vez que los roles han cambiado, cierto, pero no lo es todo, existen temas cuya importancia deberían ser atendidos por las mujeres en el espacio político, por ejemplo: la crisis y la nueva masculinidad, el nuevo tipo de familia, el impacto a futuro de las relaciones de pareja entre el mismo sexo, la ejecución de presupuestos por condición de género, el aseguramiento de los derechos humanos universales y quizás y más importante convencerse ellas mismas que hoy lo que se busca es lograr una mejor calidad y bienestar de vida de ambos géneros. 

Se requiere que haya cuota de género, pero se exige que deje ser sólo un reparto de posiciones para cumplir con la ley, necesitamos mujeres en el poder público, pero debemos poner freno a los atropellos que ellas mismas promueven, necesitamos mujeres que admitan que la equidad se logra con las misma inclusión de los que por siglos excluyeron su desarrollo, se requiere que ambos tengan orgasmos, empezando por ellas mismas. ¿Veamos cómo lo resuelven?