Balance de fin de temporada

El otoño–invierno en la Plaza México no solamente nos deparó la pequeña historia de 19 festejos taurinos. Puestos a repasar lo ocurrido, es posible encontrar temas para el análisis y el comentario, señal de que la campaña tuvo suficientes ángulos de interés, aunque no todos especialmente halagüeñas, según veremos ahora.

Cartelería anticipada. Una idea inédita y aparentemente feliz consistió en lanzar, junto con el anuncio del derecho de apartado, los 12 primeros carteles de la temporada. Lo que antes era un simple proporcionar a los aficionados el elenco de diestros y ganaderías contratados –especie de vaga promesa que rara vez se cumplía a cabalidad–, dio paso al anuncio formal de doce combinaciones completas, al estilo de las ferias europeas y americanas de siempre, pero en rotunda oposición a la costumbre mexicana de ir dándole forma a cada cartel dominical en el transcurso de la semana.

A tan audaz ruptura el público respondió positivamente, pues las entradas mejoraron notoriamente en comparación con temporadas grandes anteriores para bien de la economía empresarial, cosa siempre deseable cuando premia esfuerzos por satisfacer a la afición. Pero éste mediano éxito podría aun ganar enteros si los carteles preanunciados fueran menos –con seis o siete tendríamos suficiente–, y en las restantes combinaciones se diese cabida a todos los triunfadores de esas corridas iniciales. No hacerlo así dio lugar a la decepción de no ver más, en el resto de la campaña, a Saldívar, Juan Pablo, Luque y Castella –orejeados todos en su única presentación–; a cambio, se persistió en la dañina costumbre de hacernos invertir tiempo y dinero en diestros sin categoría ni merecimientos para comparecer en la primera arena del país.

Triunfadores: unos legítimos y otros no tanto. Analizada desde la pura estadística, estamos ante una temporada de cariz marcadamente triunfal. En 19 corridas se cortaron en total 45 orejas y hasta un rabo, todo lo discutible que se quiera pero útil, en cualquier caso, para elevar a 128 la cifra de los otorgados en la Monumental. De esos apéndices, cuatro los pasearon los rejoneadores Leonardo Hernández y Pablo Hermoso de Mendoza, lo que reduce a 41 los que se concedieron a la gente de coleta. De 36 matadores que hicieron el paseíllo –24 nacionales, 11 españoles y un francés–, nada menos que 21 se alzaron con al menos una peluda. El correspondiente recuento muestra lo siguiente:

Alejandro Talavante (en 3 corridas 4 orejas y un rabo que rechazó), El Juli (2 y 4 apéndices), Juan José Padilla (2 y 4), Fermín Rivera (2 y 3), Diego Silveti (3 y 3), Morante de la Puebla (2 y 2), El Zotoluco (3 y 2), José Mauricio (3 y 2), Arturo Macías (3 y 2), El Zapata (2 y 2), Daniel Luque (1 y 2) Arturo Saldívar (1 y 2); con una oreja cortada y dos festejos toreados figuran Joselito Adame, Fermín Spínola, El Payo, Mario Aguilar, y con una corrida y una oreja Sebastián Castella, Juan Pablo Sánchez, Manolo Mejía, Alfredo Gutiérrez y El Capea.

Capítulo ganadero. Para no abundar en lo consabido –la debilidad extrema del actual toro mexicano–, hagamos un simple recuento de los encierros corridos esta temporada, sin olvidar astados de alguna manera destacados (ninguno por exceso de casta y bravura).

Fue Barralva la divisa que más toros lidió: dos corridas y media, más algún astado extra hasta totalizar 17 (dos de rejones para Leonardo Hernández, uno bueno y uno aquerenciado y mansurrón). Sobresalió por su clase “Cardicito”, al que cortó una oreja Mario Aguilar (10.02.13), aunque el arrastre lento haya sido para “Cachetón” (04.11.12), noble pero rajadito. Aunque desiguales de tipo, la presentación de sus encierros fue bastante buena.

La mejor corrida vino de Los Encinos (25.11.12), con dos toros notables –el berrendo “Garambullo” y el cárdeno nevado “Ocote”– y uno de sobresaliente y enclasada nobleza –el abreplaza “Huizache”–, todos ellos desorejados; se ordenó improcedente vuelta al ruedo para “Ocote” y arrastre lento a los restos de “Huizache”. Mismo galardón que merecería “Quijote”, cuya fijeza y alegría posibilitó el triunfo del rejoneador Hermoso de Mendoza (17.02.13).

Hubo asimismo arrastre lento para “Luna Brava”, de La Estancia, de gran docilidad y con muchos pases dentro, aunque terminara notoriamente rajado (18.11.12); el resto del encierro, bajito de casta. El mismo premio se llevó al destazadero “Gente Buena”, de San Isidro, primero de la corrida de aniversario (05.02.13) cuya virtud más destacada fue la alegre suavidad con que embistió a la muleta de El Zotoluco, delante de un público insólitamente frío. Esa noche, San Isidro lidió solamente media corrida (los otros dos no embistieron), como lo había hecho ya anteriormente (19.11.13), aportando un sexto toro muy pastueño, el castaño “Rojo Atardecer”. Y otro buen toro –suave, alegre y repetidor– fue también el primero de Julián Hamdan (27.01.13), así como “Centinela”, el único que San Diego de los Padres lidió (17.02.13).

Hubo petición de indulto para un mansurrón noble y rajado de Campo Real (“Queretano”, obsequiado por Castella y premiado al fin con arrastre lento el 11.11.12), indulto que el juez hizo efectivo para “Revolucionario” de Jorge María (23.11.12), animal suavote y que repetía como un bendito sin encontrar adecuada correspondencia en el espada en turno (23.12.12). Esta vacada, propiedad del gerente de la empresa, lidió media corrida de casta indefinida y cambiante (19.11.12), y un morlaco más tan rematadamente manso que, luego de huir con descaro de capotes y caballos, recibió el baldón de las banderillas negras (13.01.13).

Sin apartarse mayormente del mismo tono de debilidad y ausencia de bravura que carateriuzó a la mayoría de los encierros, San Mateo (06.01.13) tuvo trapío y clase, y Julián Hamdan se salvó gracias al suavísimo –aunque anémico– “As de Corazones”, al que mucho ayudó el desborde de imaginación prodigado por Talavante (27.01.13), que repetiría el número, corregido y aumentado, con “Rebocero” de Campo Hermoso, burel de características muy similares (17.02.13). Al soso encierro de San José lo salva la encastada pelea de “Brinca Cercas”, que desbordó a su matador, y la emoción emanada de “Nenito”, reforzada por una lidia aparatosa y efectista (03.02.13). Y dentro d eun sexteto dispar de Marco Garfias merecen citarse el abreplaza “Miel en Penca” por su nobleza, y el enrazado y picoso “Alicoche” por las razones opuestas.

Xajay inauguró temporada con petardo al canto y ya no repitió; ese día (28.10.12) pasó posó por la ignominia de un becerrote de obsequio con el que Ponce no pudo, bajo una lluvia de almohadillas.  Entre las ganaderías que, por su extrema debilidad y falta de sangre, no deberían retornar a la México cuente usted a Bernaldo de Quirós (11.11.12), Marrón (09.12.12), Carranco (23.12.12), Vistahermosa (30.12.12) y Lebrija (sólo lidió cuatro, 13.01.13). No les fueron muy a la zaga los de Fernando de la Mora (los tres del mano a mano Juli–Silveti, 20.01.13).

Si bien el número de obsequios se redujo a ocho, lo ideal sería suprimirlos por reglamento. Menos mal que gracias al socorrido subterfugio consiguieron tocar pelo Castella, Macías, Juan Pablo, Rivera y dos veces José Mauricio, merecidamente los tres últimos. Como se dice lo primero, se reconoce lo segundo.    

Sucesos varios. Hubo un indultador que dio vuelta por su cuenta (Angelino De Arriaga); en su adiós definitivo, Manolo Mejía se comportó como todo un torero, y en reconocimiento a su trayectoria se le concedió la oreja de “Alicoche”, su último toro, misma tarde (02.12.12), en que le confirmó alternativa al hispano David Mora (con “Miel en Penca” de Marco Garfias.) También Roberto Galán, madrileño como Mora, confirmó su doctorado (30.12.12), con “Son Cubano” de Vistahermosa y apadrinado por Israel Téllez.

Entre los subalternos sobresalió, según es ya usual, el arte banderillero de Christian Sánchez, y el capotero de Sergio González y Juan José Trujillo. Y pese a la virtual supresión de la suerte de picar, con la gente aplaudiendo agradecida a quienes aflojan presto la vara o de plano evitan todo castigo, no dejó de haber algún puyazo en buena regla, por cuenta de Nacho Meléndez.

Por último, aunque se registraron algunos sustos –incluso para los monosabios levemente lesionados por el salto al callejón del primer toro de Hermoso de Mendoza– no hubo que lamentar ninguna cornada. Hay quienes lo achacan, y puede que no anden muy errados, a la visible merma del toro. 

Nominaciones. Luego de rememorar lo visto en los 19 festejos, me atrevo a destacar lo siguiente:

Lances de recibo: Daniel Luque a “Luna Brava” de La Estancia; y menciono además seis faroles de perfectamente rodillas ligados por El Zapata con “Honda Huella” de Hamdan.

Quite: Morante, por verónicas a “Cuchupeto II” de Barralva.

Pares de banderillas: El Zapata a “Caudillo” de San Isidro y Fermín Spínola a “Centinela” de San Diego de los Padres.

Faenas: Morante de la Puebla con “Chatote” de San Isidro, Fermín Rivera con “Gavioto” de San Mateo, El Juli con “Huizache” de Los Encinos y Talavante con “Rebocero” de Campo Hermoso.

Estocadas: Alfredo Gutiérrez al cuarto de Carranco y José Mauricio a “Farolero” de Barralva.

Toros: “Huizache” de Los Encinos, “Brinca Cercas” de San José y “Cardicito” de Barralva.

Encierro: Los Encinos (25.11.12) y ninguno más.