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Dios salve a Palestina

Por: Juvenal González González

2012-11-22 04:00:00

 

La guerra es la obra de arte de los militares, la coronación de su formación, el broche dorado de su profesión. No han sido creados para brillar en la paz.

Isabel Allende

 

El gobierno de Israel ha vuelto a las andadas, ya no es noticia, por muy doloroso que sea. Una vez más el pueblo palestino es víctima de del feroz bombardeo judío. Las causas son lo de menos, a ellos nunca les falta pretexto para agredir y masacrar indiscriminadamente a los palestinos. “Casualmente” eso ocurre cada vez que las negociaciones por la paz amenazan con avanzar y consolidarse o cuando Palestina logra avances significativos en su lucha por constituir un Estado libre y soberano.

Y nuevamente los medios se encargan de enrarecer el ambiente con informaciones sesgadas, como si se tratara de una confrontación entre dos países y dos ejércitos equiparables en poderío económico y militar. Como si las razones históricas y actuales del conflicto fueran desconocidas e inexplicables y no hubiera resoluciones de la ONU al respecto, que Israel incumple reiteradamente.

La nueva escalada comenzó con el asesinato de Ahmed Jabari, jefe militar de Hamas, con un misil lanzado por la fuerza aérea de Israel. Una abierta provocación que los palestinos respondieron (como seguramente esperaba la inteligencia judía) lo que le sirvió de pretexto para desatar su furiosa ofensiva, con esa irracional desproporción acostumbrada por Israel.

La BBC publicó un breve reportaje respecto a la visión que las partes tienen del conflicto. Efraim Inbar, profesor de estudios políticos y director del centro de Estudios Estratégicos en la Universidad Bar Ilan de Tel Aviv, respecto al bloqueo declaró que “Somos bastante estúpidos al darles agua y electricidad. Les permitimos que entre comida y muchas cosas más en Gaza. No recuerdo que en la Segunda Guerra Mundial los estadounidenses permitieran el ingreso de agua o electricidad a Alemania”. Vaya comparación.

Cuando se le pregunta por qué la disparidad tan abismal entre las víctimas civiles de uno y otro país, tranquilamente afirma que “Somos mejores que ellos defendiendo a nuestros ciudadanos”. Y al mejor estilo calderonista (derechistas al fin y al cabo) sostiene que “Esto es una guerra y en una guerra hay daños colaterales. Esto es lo que ellos quieren. Juegan con las bajas civiles para intentar impresionar a la opinión pública”. Ajá.

Para este distinguido académico, los cientos de heridos por el incesante bombardeo a la empobrecida e indefensa población palestina de Gaza por aire, mar y tierra que ha costado la vida a un centenar de civiles, muchos de ellos mujeres y niños (a cambio de tres muertos judíos) todo es una comedia creada por los palestinos para “impresionar a la opinión pública”.

Lo que a mí me impresiona es el cinismo y la hipocresía de quien, seguramente, no se cansa de rezar a su dios por la paz y prosperidad del “pueblo elegido” y reclamar al mundo por el Holocausto.

La otra parte entrevistada, Mahdi Abdul Hadi, director de la Sociedad Académica Palestina para el Estudio de Asuntos Internacionales, afirma que el líder asesinado (Ahmed Jabari) “Era un hombre clave para la seguridad de los israelíes. Fue quien protegió a Gilad Shalit (soldado prisionero israelí) durante cinco años. Fue quien intercambió a los prisioneros y estaba por negociar una tregua a través de Egipto entre Gaza e Israel. La decisión de eliminarlo fue una provocación para probar y examinar la infraestructura militar de Hamas, la Yihad islámica y la resistencia en Gaza, como un ejercicio de prueba en lugar de ir directamente a Irán”.

Y acusa “La guerra con Israel en realidad se trata de Irán. Israel quiere poner a prueba su propia capacidad de defensa y la capacidad de Hezbolá, Gaza e Irán. A fin de cuentas la obsesión de Netanyahu es Irán”.

Para quienes observamos desde lejos, no acabamos de entender como el pueblo judío, que ha padecido en carne propia la persecución, la discriminación y el genocidio; un pueblo sin cuyos aportes científicos, éticos e intelectuales sería imposible explicar el mundo contemporáneo, puede soportar y apoyar a un régimen fanático que se comporta igual o peor que quienes durante siglos han manifestado su antisemitismo con crueldad y violencia.

El derecho a la existencia del Estado de Israel pasa hoy, inexcusablemente, por el derecho a la existencia del Estado Palestino. La existencia y reconocimiento de los dos Estados es la única garantía de una paz digna y duradera.

La eliminación de uno u otro es histórica y moralmente imposible. Eso lo entienden ambos pueblos, pero son los intereses del gran capital, el militarismo y el fanatismo religioso quienes se aferran a una guerra de ocupación y exterminio que, a final de cuentas, pone en riesgo la paz y la seguridad de todo el planeta.

Esa es la razón que une y convoca a las protestas mundiales contra la agresión sistemática de Israel y su pertinaz negativa a respetar los acuerdos de la ONU y continuar su política expansionista con el apoyo de Estados Unidos y las potencias europeas.

Frente a tan oscuro horizonte, que Dios salve a Palestina.

Cheiser:Según encuesta de El Universal, Felipe Calderón se despide con un apoyo de 64 por ciento a su gestión. Si como se reconoce universalmente las elecciones presidenciales son, en buena medida, un referéndum respecto al gobierno saliente y, como sabemos, las pasadas elecciones fueron un rotundo fracaso del partido gobernante, que cayó hasta un lejano tercer lugar, ¿cómo se explica la supuesta popularidad de Calderón? Por eso las encuestas han dejado de ser un instrumento confiable y creíble.

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