La cobertura, punto relevante de la agenda educativa

Cartas a Gracia

Gracia. Tu visita a Huajuapan de León, Oaxaca, tierra de don José de Jesús López Monroy, doctor en Derecho, maestro de maestros, amigo de muchos poblanos  –entre ellos Manuel Pérez Chalini–, hijo del ilustre compositor José López Alavez, autor de la Canción Mixteca, elevada a la categoría de Himno Mixteco en el municipio de Huajuapan, y que cuenta con traducción al mixteco gracias a la autoría de Porfirio López, su tío, otrora párroco de tu tierra, Santiago Juxtlahuaca, te permitió atestiguar, por un lado, la 21 edición de carrera a campo traviesa con la que se conmemora, según me cuentas, la epopeya del Indio de Nuyoo, José Porfirio Remigio Sarabia Rojas, quien por encomienda del sitiado en Huajuapan de León, Valerio Trujano, recorriera a pie un largo camino y entregara carta de auxilio en mano del Generalísimo José María Morelos y Pavón, quien lo auxiliara y tras 111 días rompiera un cerco que mantenía el ejercito realista (23 de julio de 1812) y por otro atestiguar el regreso de un gran número de estudiantes que el sábado 21 de julio presentaron el examen de admisión para cursar estudios de educación superior en la Universidad Autónoma de Puebla (UAP). Curioso que, si hubieras participado te hubieses levantado con el triunfo pues quien entró en la primer posición realizó el trayecto en 49 minutos, el que tu haces en esa distancia. Llama la atención, Gracia, tanto el origen de los atletas pues a los propios de la región de Huajuapan, se sumaron otros procedentes de las no tan cercanas ciudades de Oaxaca, Tehuacán, Putla, Villa de Guerrero, Tlaxcala, Tlaxiaco, Acatlán de Osorio, Puebla, Guerrero, a más de la triunfadora del Distrito Federal y que a pesar de las críticas al personal docente oaxaqueño afiliado a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), muchos de los sitios en disputa en la UAP, queden en manos de los oriundos de la tierra del sol como sucede con Hirigami, Alejandra y la mayoría de compañeras y compañeros de Víctor, mi hijo, en la Facultad de Comunicación de la citada institución.

Reto que la entrante administración federal, sean cueles fueren los designios que conoceremos el próximo 6 de septiembre, fecha en la que las autoridades electorales darán a conocer los resultados de las impugnaciones presentadas por los partidos integrados al Movimiento Progresista (MP) y por el Partido Acción Nacional (PAN), el del incremento sustancial de cobertura de los servicios de educación superior debe incorporarse como punto nodal en las cuestiones a tratar por la agenda educativa nacional. Varias cuestiones, entre las que se encuentran principios de gobernabilidad y seguridad pública, objetivos y metas planteadas por las administraciones de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, lo mismo que el crecimiento de el número de egresados y egresadas de educación media superior, y otras más la hacen prioritaria.

Así lo muestra Gracia, el número de estudiantes rechazados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Metropolitana, las Universidades estatales y por las instituciones públicas de educación superior a las que ingresa uno de cada cuatro suspirantes (Laura Poy Solano, La Jornada, página 34, 20/VII/2012) o uno de cada tres en las estatales, el creciente número de jóvenes que ni estudian ni trabajan (ninis) incorporados al desempleo, pues carecen de oportunidades para laborar, a la vagancia y a la delincuencia común y o al crimen organizado, cuyas bajas se integran en gran medida, por menores de edad, adolescentes y/o adultos jóvenes. 

México, Gracia, es un país con un promedio de 8.6 grados de escolaridad, con una población de 6 a 14 años en 2010, datos proporcionados por el Instituto Nacional de Geografía, Informática (Inegi), de 98 millones 246 mil 031 habitantes, de los que 94.6 y 94.5 por ciento asiste a la escuela básica (primaria y secundaria) y el resto 5 millones 305 mil 285 menores se encuentran ya, en condiciones de rezago educativo y se suman a los casi 7 millones de habitantes que tienen una condición de analfabetas (6.88 por ciento), agravando el panorama educativo, promoviendo la falta de capilaridad social, la desigualdad, la inequidad, la pobreza, la pobreza extrema y el fácil tránsito hacia la delincuencia. La situación se agrava, Gracia, señala la organización Mexicanos Primero (MPri), cuando tras realizar un análisis más detallado establece que de cada 100 niños y niñas que inician los estudios de primaria, 64 concluyen el sexto grado, sólo dos de cada tres, 51 de 60 que iniciaron la educación secundaria la concluyen y de estos cinco menos, 46, menos de uno de cada dos, tendría la posibilidad de iniciar su educación media. En una gráfica anterior, de construcción propia, Mexicanos Primero señala que sólo 27 de cada 100 que iniciaran la primaria con la edad requerida, cursará el tercer grado de educación media superior, uno de cada tres y de esos, sólo ingresará a una Institución de Educación Superior (IES) uno de cada tres, variable no integrada al análisis. Curiosa estadística que permite deducir que sólo 10 de cada 100 estudiantes que iniciaron su educación primaria ingresará, que no concluirá los estudios, Gracia, a una universidad o a una Institución de Educación Superior. El análisis de MPri. señala que “En el relato oficial se favorece una infundada tranquilidad de que todos van a la primaria y dos de cada tres jóvenes están en bachillerato.”, pero un estudio más a fondo de la organización lo desvirtúa.

Números más números menos por el año de referencia , los datos de Inegi señalan la existencia, incluida la participación del sector privado, de 14 mil 103 escuelas que atienden a 3 millones 923 mil 822 estudiantes de educación media superior con una planta docente integrada por 272 mil 817 profesoras y profesores, y de 4 mil 228 planteles en los que 283 mil profesionistas de atienden a 2 millones 705 mil 190 escolapios en el nivel medio superior, de los que a nivel nacional, uno de cada tres es atendido por el sector privado por uno de cada dos en la entidad. Valdría la pena, Gracia, que las autoridades educativas revisen las estadísticas oficiales cuando traten de instrumentar medidas de políticas públicas, pues la tarea resulta inconmensurable y el gobierno no puede con el paquete.