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Epigenética

Por: José Gabriel Ávila Rivera

2012-04-13 04:00:00

Epigenética trata de aspectos reflejados en
nuestros patrones de sucesión biológica que van
más allá de las características impresas en
nuestro material biológico cuando se une un
óvulo con un espermatozoide; es decir que abarca
la forma en la que se manifestarán nuestras
características a lo largo de nuestra vida

 

La evolución de la medicina se genera a una velocidad inimaginablemente rápida. Por eso no es de sorprender que cotidianamente encontremos un lenguaje nuevo que nos obliga a establecer procesos de revisión que no necesariamente deben ser responsabilidad exclusiva del médico.

No se trata de intimidar a cualquiera proponiendo que sean conocidas las noticias de avanzada que implican conocimientos complejos. Comer un alimento exquisito no necesariamente requiere saber con precisión la forma de elaboración ni los componentes que lo integran para disfrutarlo (aunque este conocimiento podría definitivamente imprimirle un carácter placentero de mayor intensidad sensorial e intelectual). Lo que sí es importante gira en torno a estar al tanto, aunque sea de una forma superficial, de lo que se va generando en el proceso evolutivo del conocimiento.

Hablar de Epigenética es referirse a un término que va más allá de la noción que se tiene con respecto a las características que recibimos directamente de nuestros padres a través del material genético por sí mismo. De hecho, epi en griego significa “sobre o encima de”. Entonces esta nueva rama de la medicina trata de aspectos reflejados en nuestros patrones de sucesión biológica que van más allá de las características impresas en nuestro material biológico cuando se une un óvulo con un espermatozoide; es decir que abarca la forma en la que se manifestarán nuestras características a lo largo de nuestra vida, concluyendo con la muerte. Muchas cosas inimaginables se llevan a cabo en nuestras células, que antes ni siquiera se sospechaban.

Conrad Hal Waddington (19051975) fue un biólogo, paleontólogo, embriólogo, filósofo y genetista (quien dicho sea de paso, también tuvo inclinaciones a la poesía y pintura) quien en el año de 1942 planteó que la Epigenética era “la rama de la biología que estudia las interacciones causales entre los genes y sus productos que dan lugar al fenotipo”. Para poner un ejemplo un poco burdo, si uno toma a un ratón y le corta la cola para cruzarlo y a la progenie, se le vuelve a cortar la cola, repitiendo esto millones de veces, siempre vamos a obtener como resultado de esta intervención, ratones que nazcan con colas completas. Sin embargo, condiciones de presión ambiental que pueden estar representadas por exposición a ciertas sustancias, malos hábitos como fumar o ingerir alcohol, mala alimentación o incluso tensión emocional, pueden afectar el material genético de modo que se puede heredar una predisposición a ciertas condiciones que no necesariamente fueron una característica de los ancestros. Esto se debe a un fenómeno conocido como “metilación del material genético”. El radical metilo es un vil y vulgar átomo de carbono, unido a tres átomos de hidrógeno que al adherirse a una de las bases más simples de nuestro material genético, va a provocar lo que se ha denominado “silenciamiento” de un gen. En otras palabras, este mecanismo puede provocar una infinidad de fenómenos, has­ta ahora de un carácter impredecible pero tan determinantes, como predisponer a enfermedades como el cáncer, alteraciones metabólicas o inmunológicas. Lo increíble de todo esto es que se puede heredar o en otras palabras, traspasar a la descendencia. Supongamos que antes de mis padres no hubiese una predisposición al cáncer, pero si en mi conducta cotidiana me excedo en la exposición a sustancias nocivas y completo esto con tensión emocional y malos hábitos, además de estar predispuesto a sufrir cáncer u otras enfermedades metabólicas como diabetes, puedo “metilar” mi material genético y heredar esta predisposición de modo que mis descendientes ya no estarán en la invulnerabilidad genética de mis abuelos. De esto se pueden sacar varias conclusiones como por ejemplo, la terrible y creciente tendencia a la obesidad y diabetes en los mexicanos o la insensibilidad y arrogancia de los gringos, a quienes no les importa qué consecuencias puedan acarrear a las generaciones futuras, su postura de hegemonía económica pero de despilfarro demencial. Por lo pronto, puedo afirmar algo. Más allá de mi deber de cuidar la salud para poder aspirar a una buena calidad de vida en mi senectud, debemos ser particularmente cuidadosos en nuestros hábitos pues somos garantes de nuestro código genético y de la calidad de herencia que dejaremos a la posteridad, lo que nos genera un grado de responsabilidad social y humanista que va mucho más allá de lo que podamos en nuestra vida, imaginar.

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