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Ni Pepe ni María

Por: Manuel De Santiago

2012-03-08 04:00:00

Mientras esperaba mi turno en uno de estos lugares denominados “autolavados”, donde a partir del significado de la palabrita tengo la fantasía de que se active en el automóvil un mecanismo que haga que él mismo se dé un baño, por lo menos de asiento; ahí, sobre las sillas y mesas de plástico ubicadas para el confort de la estimable clientela, se encontraban a disposición de la misma esas revistas que gustan tanto a la clase media, aquellas que a través de fotografías dan cuenta de las fiestas y demás actividades sociales de integrantes de un grupo social poblano, frívolo y soso.

Lamentando no haber llevado una lectura decorosa tomé con enfado una de esas revistas y me encontré con el número dedicado a las criaturas debutantes de 2011, el cual iniciaba con una sección de fotos añosas de criaturas de otros tiempos, integrantes de algunas familias del rastacuerismo social poblano de 2 o 3 generaciones anteriores. De ahí en adelante seguía el desfile de las criaturas contemporáneas y leí con atención sus nombres… los nombres actuales de la chamacada en la que ya no existen los Pepes, las Marías, las Conchitas ni los Fernandos.

Hoy los nombres preferidos con los que bautizan a las niñas son: Verona, Isabella, Ivanna, Casandra, Desireé, Lucienne, Stephy, Circe, Giulianna Antonelle o Fiona; la mayor parte de los cuales llevan dobles consonantes o vocales intermedias con el propósito de evitar que suene al español que se habla en México, porque el castellano de aires castizos sí es apreciado y utilizado para nombrar a los críos del “medio pelo” poblano de estos días. Los niños se llaman Iñaqui, Óskar, Iker, Johann, Iñigo, Tahiel, Sammy, Autun, Lautaro, Jimmy.

Pero no crea usted que los nombres de estos infantes corresponden a apellidos extranjeros que son los apropiados. No, los apellidos de estas criaturas son los ordinarios de esta región de México: Hernández, Pérez, Sánchez, González, Gómez, García, etcétera.

Creo que las fuentes de inspiración de estos nombres en México son la televisión y la internet, que proveen de un número infinito de información, en este caso la relacionada con los nombres de actrices, actores, cantantes, jugadores de futbol, modelos, locutores, animadores, empresarios, ejecutivos, ejecutivas y demás personas de éxito, gente bonita, puro ganador.

Que nos sirva de consuelo que este fenómeno no es exclusivo de México; ya hace algunos años en Cuba a las pobres criaturas les ponían nombres como Leonid, Myrurgia, Yunimeymi, Zahalov, Calonnia.

Qué decir de los nombres que les ponían a los niños correspondientes al santo del día que nacían, como el famoso beisbolista de los años 30, Sandalio Consuegra o el Herculano de Chava Flores. Pero el nombre más extravagante que he visto en una tarjeta de presentación corresponde a una persona llamada Engelshakespeare Gutenberg Lincoln más sus apellidos ordinarios.

Bueno, creo que la conclusión a la que podemos llegar al respecto es “que en nombres se rompen géneros”.

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