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¿Antorcha Campesina en Olintla?

Por: Susana Rappo

2013-02-01 05:26:57

Aspectos del entorno estatal me permiten hoy plantear dos interrogantes, tratando de aportar algunos elementos para el análisis. El primero tiene que ver con los sucesos recientes del municipio de Olintla y los actores sociales involucrados, y el segundo la desaparición de la Secretaría de Desarrollo Rural a fines de 2012.

1) En el primer caso y como ha sido difundido por este medio, durante casi 24 horas integrantes del Frente Cívico a Favor de la Construcción de la Hidroeléctrica de Olintla mantuvieron retenidos con violencia a 69 integrantes del Consejo Tiyat Tlali y vecinos de Ignacio Zaragoza y otras comunidades de ese municipio de la Sierra Norte de Puebla, quienes acudieron el sábado pasado a una asamblea informativa sobre las consecuencias nocivas que atraerá la presa que el Grupo México pretende edificar en la ribera del río Ajajalpan.

En este caso la figura del presidente municipal y el Frente Cívico a favor de la Construcción de la Hidroeléctrica son actores centrales de la agresión, y entonces es necesario preguntarse ¿donde se ubica Antorcha Campesina? Indudablemente es un actor político central del municipio, que tiene más de 22 años en el mismo y que a lo largo de ese tiempo se ha visto involucrada en situaciones de violencia.

En un boletín de prensa de la organización antorchista, fechado el 21 de diciembre de 2012 y situado en Olintla, se rescatan los logros del pueblo olintleco, en el marco de la celebración del XXII aniversario del trabajo antorchista, donde Dánae Córdova Morán, dirigente del movimiento en la Sierra Nororiental, expresó que“no se luchó por defender un pedazo de tierra, sino porque sus condiciones de vida vayan mejorando”: sostiene que “los antorchistas se mantienen organizados y unidos, una muestra clara de que el antorchismo cuenta con personas firmes a los ideales de progreso y desarrollo”.

El aniversario, refiere el boletín citado, tuvo sede en la cabecera municipal, en la junta auxiliar de Vicente Guerrero y en Chipahuatlán, donde los estudiantes de la escuelas antorchistas se unieron al festejo presentando varios números culturales para amenizar el acto.

El Consejo Tiyat Tlali se autodefine como “una red conformada por organizaciones de la sociedad civil y grupos ciudadanos de la Sierra Norte de Puebla, quienes trabajamos por una vida digna de los pueblos desde la pastoral social, la producción alternativa, la educación comunitaria, la procuración de salud, las empresas ecoturísticas, la economía social y la vivienda digna, entre otras actividades que procuran el bienestar y una mejor calidad de vida de los pueblos nahuas, totonakus y mestizos. Nuestros principales objetivos giran en torno a la defensa, promoción y difusión de los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales que favorecen al desarrollo humano”; así lo señalan en un documento dirigido al gobernador y entregado en la Secretaría Particular del Ejecutivo del estado.

En ese mismo documento señalan que “el 11 de enero de 2013 los integrantes del Consejo Tiyat Tlali fuimos invitados por un grupo de habitantes de Olintla que está a favor del proyecto hidroeléctrico para explicar la postura de este consejo, donde también se contó con la presencia de autoridades municipales y representantes de la empresa, quienes dieron su postura con respecto al proyecto. A esa reunión asistimos con algunos habitantes del municipio de Olintla afectados, quienes también expusieron sus testimonios. Uno de los acuerdos de este encuentro fue realizar una reunión de información en la comunidad de Ignacio Zaragoza, acordada para el 26 de enero del presente año”.

Ese día los habitantes del municipio de Olintla inconformes con el proyecto hidroeléctrico ratificaron su demanda del cese inmediato de los trabajos de exploración y el retiro de la maquina bulldozer, postrada desde el 5 de diciembre de 2012, y del personal que se encuentra laborando en los predios particulares, de los cuales no han tenido permisos de los propietarios para hacer las obras”.

La  intimidación y violencia sufrida el 26 y 27 de enero por los integrantes del Consejo Tiyat Tlali, con los que nos solidarizamos y que fue denunciada en este medio informativo, nos recuerda tiempos y acciones de anteriores disputas y muestra la conflictividad de los procesos que hoy buscan imponerse en la Sierra Norte, basados en nuevos despojos bajo un discurso de progreso y el desarrollo. Ante una organización de nuevo tipo como el Consejo Tiyat Tlali, resulta pertinente la pregunta ¿y Antorcha en Olintla y en este conflicto qué papel juega?

 

¿Dónde quedó el

Desarrollo Rural?

 

2) A finales de 2012 el Congreso local aprobó una serie de reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública, con lo que se fusionaría varias dependencias del gobierno estatal a partir del inicio de 2013. La Secretaría de  Desarrollo Rural se fusionaría con la de Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial, quedando una única dependencia, ahora denominada  Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial, que concentraría las funciones de las anteriores.

Habría que aclarar que las dos dependencias fusionadas estaban acéfalas de dirección a la hora de su transformación y hasta el último día del mes de enero no sabemos ni los planteamientos que estarán en la base de la nueva dependencia, quien la encabezará y lo más  preocupante que políticas dirigirán sus acciones.

Uno podría  pensar que desde la administración pública estatal hay una visión integral que supera las dicotomías rural–urbana, bajo un enfoque territorial y de sustentabilidad, que permite generar nuevas dinámicas desde la gestión estatal.

Si bien todavía no hay elementos para evaluar, la reorganización parece no ir por ese camino. Tal suposición está fundamentada en que la propia Secretaría de Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial es la suma de partes, donde la gestión de lo urbano se desarticuló y por consiguiente nunca logró presentarse como integral en esos ámbitos de la gestión gubernamental.

Si eso fue así con el desarrollo urbano, no es difícil imaginar donde quedará el desarrollo rural, cuando el discurso a la fecha, que se desprende del  Plan Estatal de Desarrollo 2011–2017, que propone por ejemplo, impulsar la producción agrícola, de los cuales se derivan proyectos estratégicos de abasto de insumos, integradora comercial Puebla, Fideicomiso Abonando al Futuro del campo poblano, Centros regionales de maquinaria agrícola y Regularización territorial y fortalecimiento de los derechos de propiedad, contrasta con las acciones que se han reducido a la entrega de mototractores, en muchos casos inapropiados para las condiciones productivas existentes.

Desde hace tiempo los pequeños productores rurales han estado desamparado por las políticas oficiales, sin embargo han persistido, todo indica que hoy se busca con la fusión redirigir el presupuesto a los proyectos que el Ejecutivo considera prioritarios y que no pasan por la reactivación del campo. Al contrario se trata de abonar al despoblamiento de ciertos territorios que hoy son codiciados para la explotación minera o ambiental.

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