Grecia en la cuerda floja

La Comisión Europea (CE) presiona a Grecia para que avance en sus negociaciones con los acreedores para poder recibir el nuevo paquete financiero por 130 mil millones de euros, que serían entregados en marzo para que pueda cubrir sus adeudos y evitar así caer en suspensión de pagos.

Los tres principales partidos de Grecia están negociando con el equipo llamado ‘troika’, compuesto por la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estos exigen a Grecia la instrumentación de mayores reformas, a cambio de otorgarles el nuevo paquete financiero. La ‘troika’ exige más austeridad de la ya establecida, situación que el pueblo de Grecia no puede soportar, pues implica mayores recortes fiscales, como mayores impuestos y menores prestaciones laborales.

Cabe recordar que Grecia recibió en mayo de 2010 un préstamo por 110 mil millones de euros, los cuales no sacaron a dicho país de la crisis. Dicho préstamo vino condicionado a instrumentar políticas de austeridad fiscal y laboral que han restringido la actividad económica, y han deteriorado el nivel de vida de la población, por lo que prosiguen los problemas de insolvencia, y la crisis bancaria, lo que exige más recursos  para evitar el colapso de dicho sector y de la economía.

La Comisión Europea, junto a la Canciller de Alemania, la señora Merkel, han afirmado que de no llegar Grecia a un acuerdo con la ‘troika’, no recibirán el nuevo paquete crediticio. El problema es que de nada servirá el nuevo paquete financiero, pues es solo para cubrir los adeudos existentes, y la problemática económica de Grecia seguirá, ya que le obligan a instrumentar mayores políticas de austeridad, que contraerán demanda, como el empleo y el nivel de ingresos de empresas, individuos y del propio gobierno, ya que seguirá restringida la actividad económica. En tal entrono ni las empresas, individuos y gobierno tendrán condiciones de pagar la mayor deuda contraída.

La Comisión Europea y la canciller alemana desean que Grecia “permanezca en el euro”, pero no será a través de las políticas de ajuste que le imponen, como se configurarán las condiciones macroeconómicas a través de las cuales se asegure el crecimiento económico y la generación de empleo, como el reembolso de la deuda contraída, que permitan que dicho país continúe en la zona euro.

Merkel quería poner un comisariado que regulara la política fiscal en Grecia, y dicho país se negó, pues implicaba más perdida de soberanía de la que ya ha tenido. Ahora la Merkel y Sarkozy propusieron que de los recursos que le otorguen a Grecia, se bloquen en una cuenta los intereses correspondientes al pago de la deuda, a fin de evitar que se utilicen para satisfacer las demandas de empleo que reclama la población, evidenciando que los rescates son a favor de la banca, y no de los pueblos.

Reiteran que “no hay otra opción”, que los griegos tienen que cumplir los compromisos asumidos a favor de los acreedores, sin importar que implique mayores sacrificios para la población. Para los dirigentes europeos, no importa la gente. Lo importante para ellos es que la banca no pierda, y de ahí que obligan a los gobiernos deudores a que instrumenten políticas de disminución del gasto público, incremento de impuestos, disminución de salarios y prestaciones laborales, así como reducción de la prestación de servicios públicos de salud, educación, y otros, con la consecuente mayor privatización de los mismos. El FMI, el BCE, y la CE los obligan además a impulsar las llamadas reformas estructurales, encaminadas a ampliar el proceso de privatización de las empresas públicas, como la prestación de servicios públicos, todo ello encaminado a ampliar la participación de la cúpula empresarial en dichas economías, y así los niveles de explotación a la fuerza de trabajo para generar ahorros forzosos para cubrir el pago de las obligaciones financieras internacionales. Los países superavitarios y acreedores como Alemania, así como China con sus grandes reservas internacionales, están adquiriendo empresas públicas y privadas de los países europeos con alta deuda. Con la venta de tales empresas, los gobiernos y el sector privado están cubriendo el pago de sus adeudos. Se achica el tamaño y participación de los gobiernos en tales países, así como el de la burguesía nacional de los mismos, dando pie a la mayor extranjerización de sus economías. Alemania, como es la gran acreedora en la zona euro, se está apropiando de sectores estratégicos y principales, y demás activos de sus socios vecinos que no le pueden pagar. Se está cumpliendo el sueño de Hitler de apropiarse de Europa, a diferencia de que ahora es sin ningún tiro. La Unión Monetaria Europea (UME) ha beneficiado a Alemania y ha afectado al resto de los países de la zona euro, los cuales son deficitarios y tienen altos niveles de endeudamiento, y no tienen condiciones endógenas de pago, por lo que tienen que pagar con empresas y activos, por lo que el país acreedor ve incrementada su presencia y participación en dicha zona, tanto por los mayores activos y empresas que pasa a controlar, como porque les impone políticas económicas de ajuste, que actúan en detrimento de los países, pero a favor del país acreedor. Ello es insostenible económica y políticamente. No se puede seguir con la UME, que ha llevado a la pérdida de manejo soberano de la política económica en la mayoría de los países miembros, por lo que no pueden generar condiciones de acumulación y crecimiento y de empleo, y han pasado a depender de la deuda, sin que dicha política asegure condiciones de reembolso. Ello está comprometiendo además sus activos nacionales, como la satisfacción de las demandas de su población, la cual se manifiesta cada vez más en las calles, como en huelgas generales.