Comentarios Económicos al VI Informe de Gobierno

El informe, en la parte económica, empieza señalando que “la presente administración ha conducido la economía con responsabilidad”, y uno pregunta, ¿‘responsabilidad’ en beneficio de quién? Pues el único beneficiado de la política económica predominante es el sector financiero. De hecho el sector bancario muestra un aumento de ganancias de 49 por ciento en el primer semestre del año, y en cambio el país cada vez tiene menos industria, menos desarrollo agropecuario, más subempleo, mayor número de pobres y muertos por la violencia.

Nos dicen que “hoy tenemos una economía fuerte y estable, que es la base para el crecimiento sostenido de largo plazo”. Este discurso es el mismo que se ha venido pronunciando desde inicios de los años noventa, y por más ‘estabilidad’ macroeconómica no se ha conseguido el crecimiento sostenido, sino la economía ha estado en crisis económicas recurrentes y cada vez más profundas. Están la de 1995, la recesión de 2001–03, como la de 2009. Se enfatiza que en “los últimos 13 trimestres se tiene una expansión acumulada de 15.7 por ciento”, pero no se dice que ello parte de una caída de 6.8 por ciento del trimestre previo, por lo que el crecimiento acumulado es de 8.9 por ciento, que es equivalente a un crecimiento simple de sólo 0.7 por ciento por trimestre, que está por debajo al crecimiento poblacional, por lo que no “se han amortiguado los efectos de la crisis” ni se ha “sorteado la peor crisis” ni “la economía muestra fortaleza” alguna. La fortaleza de una economía lo da su capacidad productiva para satisfacer la demanda nacional, y la generación de empleos que requieren los que lo buscan, y ello no se da en nuestro país. El que se hayan creado 2 millones de empleos formales registrados en el IMSS, sólo evidencia la incapacidad de generación de empleos que tiene la economía nacional, pues se incorporan anualmente más de un millón de jóvenes al mercado laboral, y se debieron haber generado más de 6 millones de empleos formales para satisfacer tal demanda de empleo, y aparte hay que generar más empleo para absorber el desempleo acumulado.

Se nos informa que “una parte importante del blindaje de nuestra economía ante riesgos externos es el nivel de nuestras reservas internacionales, que acumulan 159 mil 800 millones de dólares, y la línea de Crédito Flexible contratada con el FMI por 73 mil millones de dólares. Esto protege al sistema financiero de nuestro país ante cualquier acto negativo en el entorno internacional”. Tales reservas no reflejan blindaje alguno. Son resultado de la entrada de inversión extranjera a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), como aquella que adquiere deuda pública, que suma más de lo que se encuentra en las reservas. De ahí que se haya solicitado el Crédito al FMI, justo para que haya recursos suficientes para saciar la demanda de dólares que los especuladores ejerzan para sacar su dinero, cuando se desestabilicen más los mercados financieros internacionales. No hay blindaje alguno para preservar la planta productiva y el empleo, y mejorar el bienestar de la población. Esos recursos son a favor de los dueños del dinero. Y cuando se dé salida de capitales se acabarán las reservas internacionales, y la economía se hundirá nuevamente, pues no tenemos bases productivas internas para hacer frente a los embates internacionales, y a las acciones especulativas.

El informe señala que “esta administración atrajo inversión extranjera directa (IED) por más de 126 mil millones de dólares, lo que refleja el creciente dinamismo y competitividad de nuestra economía”, y añaden que “ello nos ha colocado como potencia exportadora manufacturera y que exportamos más que todos los países juntos del resto de América Latina”; sin embargo, ello no se ha traducido en mayor desarrollo industrial, ni en mayor generación de empleo ni en mejor balanza de comercio exterior manufacturera. Gran parte de dicha IED ha sido para adquirir acciones en la BMV, y se contabiliza como IED, ya que tiene el control de las empresas a través de las acciones, por lo que es inversión financiera, y no se traduce en mayor desarrollo de la capacidad productiva nacional.

Otra parte de la IED es la que adquiere empresas ya existentes, o viene a invertir donde el gobierno deja de hacerlo (como es el caso de Pemex y en infraestructura), por lo que tampoco aumenta la capacidad productiva. Y otra parte de la IED está ligada a las exportaciones de manufactura, pero cabe señalar que éstas tienen un alto componente importado, que nos lleva a importar más de lo que se exporta de manufactura, por lo que no tiene impacto positivo sobre la industria, el empleo y el sector externo, lo que refleja que la economía no tiene potencial competitivo ni de crecimiento. Se insiste además en la Reforma Laboral “para hacer posible que los desempleados tengan acceso al trabajo”. Cree Calderón que a través de la contratación por horas, como legalizando la contratación a través de terceros, y la reducción de prestaciones laborales y de salarios aumentará el empleo. Por más que tales reformas se han venido instrumentando en diversos países, y en el nuestro tales prácticas operan ya desde hace tiempo, no ha habido crecimiento de empleo alguno, sino prosigue el crecimiento del desempleo debido a la disminución de demanda que ello ocasiona. Tal reforma sólo viene a favorecer a los empresarios frente a los trabajadores, y a polarizar la mala distribución del ingreso existente. Informes van y vienen, y el país sigue hundiéndose y extranjerizándose.