“El mundo está como está porque todo tiene mala voluntad. Somos la chusma inconsciente, incapaz de tener opinión. Somos los malafama. Los malpensados. Los malvestidos. Los malnacidos. Los que queremos librar al gato que está encerrado. Somos los rotos de mierda, de piel morena y la cabeza negra. Somos los resentidos. Fumamos pito y nos gusta el vino”.
Esas son las primeras letras de La chusma inconsciente, tema de la cantautora Evelyn Cornejo que le da nombre a su segundo disco en el cual, fiel a la vena musical de su natal Chile, transita músicas críticas que abordan historias del campo a la par de la realidad política y social de la región latinoamericana.
En pasados días, la cantante chilena estuvo en Puebla para ofrecer un concierto como parte de su primera visita a México, en una ruta que continuó con otras presentaciones en la capital del país, en foros pequeños y alternativos.
Previo a su presentación en esta ciudad, Cornejo señaló que a sus composiciones podría definirla como una “música popular, folklórica y contemporánea” que es cambiante y reconoce las diferentes influencias.
Durante una entrevista, la compositora oriunda de Caliboro, en los campos del Maule, recuerda que sus andanzas comenzaron en el transporte público de su ciudad, en “los micros”, donde interpretaba su música y temas de Violeta Parra, ícono de la música latinoamericana.
Como ella, señala la cantante, hay muchos cantautores que están haciendo una música de protesta y de contenido social que es necesaria “porque es así como las personas pueden decir las cosas”.
“Somos a quienes nadie les hace justicia. Vivo en un reino de impunidad y de avaricia. Somos a quienes el futuro le robaron. De mis hermanos todos, sus sangres derramaron. Soy de los poblacionales, hablo chuchá y no tengo modales”, como canta en La chusma inconsciente.
Esa forma de decir, apunta, fue lo que le llamó a interpretar desde muy joven: “fue una vía de escape, una forma de decir lo que sucede, la forma de expresarme”
Incluso, consideró que eso a lo que le canta, la desigualdad, los abusos y la corrupción política, a la par de las ilusiones y desilusiones amorosas, son los vasos comunicantes entre países latinoamericanos como México y Chile.
“Canto canciones pronunciando muy mal, soy panfletaria, canción contestataria porque la música oficial no acepta crítica social. Soy panfletaria, canción contestataria, la canción negra de puro sufrimiento por este pueblo sin reconocimiento canción de calle, de micro y de mercado”, refleja en La chusma…
Evelyn Cornejo destacó que su música ha encontrado eco en el internet y las redes sociales, desde donde se ha promocionado y posicionado, logrando que sus temas sean tocados en la radio comercial. Principalmente, mencionó que han sido los jóvenes quienes se han sentido identificados con sus temas.
En ese sentido, consideró que entre ese sector “hay una necesidad de sentirse identificados”, por lo que entre la amplia variedad del internet, han elegido su música la cual se da sin filtro y de manera gratuita aprovechando la tecnología.
La también autora de los 11 temas del disco La chusma… incluido La golondrina, un manifiesto que reúne la sabiduría ecológica del pueblo mapuche, señaló que canta estos temas porque lamentablemente siguen vigentes y es necesario seguirlos visibilizando: “el pueblo trabajador y sus derechos incumplidos, el Estado y su afán de sometimiento, y la desigualdad”.
Todos estos, apunta Cornejo, están sostenidos en la libertad de escribir y cantar, de ir contra la hegemonía cultural, de ser independiente y autogestiva. “Somos a quienes le negaron la cultura por eso ahora te compongo esta basura. Somos a quienes nadie les habló del arte es por eso que yo ahora te compongo este desastre”, resuena su voz en La chusma inconsciente.