Candida Höfer (Eberswalde, 1944) pone orden en el caos. A la exuberancia del barroquismo que encontró en México en interiores como el templo de Santa María Tonantzinta, o la Biblioteca Palafoxiana, aquí en Puebla, que son distintos en su estética a su natal Alemania, les dio una visión distinta.
En ese orden, que responde a su forma de trabajo sistemática con la que es fiel a su formación dada bajo el nuevo objetivismo alemán y la cátedra Becher, la fotógrafa les buscó “un alma” a esos edificios.
Lo hizo y tomo cada palco, cada interior, cada portada y mirada frontal de los edificios, tomando “el alma, buscando la huella de los humanos, de su presencia”, como señaló Patricia Ortiz Monasterio.
Fue “como cuando uno habla de una persona cuando ella ya no está”, agregó parafraseando a un dicho de la propia Candida Höfer.
En el Museo Amparo de Puebla, bajo el nombre de Candida Höfer en México, se exhiben un total de 15 fotografías de gran formato producto de la visita que la fotógrafa alemana hizo en 2015.
Esos “retratos espaciales”, informó el director del museo Ramiro Martínez, se verán desde este sábado 17 de marzo a las 12 horas en las salas de exposición temporal, tras una charla entre la curadora Patricia Ortiz Monasterio y la crítica de arte Laurence Le Bouhellec.
Antes mostrada en el Colegio de San Ildefonso, en la Ciudad de México, la muestra toma un carácter distinto en el Museo Amparo, advirtió la curadora, quien agregó que es esa una cualidad de la obra: el sentido distinto que adquiere en cada espacio de exposición.
Durante una rueda de prensa, dijo que el proyecto de traer a México a la reconocida fotógrafa fue largo, hasta que se logró en 2015 con apoyo del Instituto Goethe en México, para ser producida en el marco del año dual México – Alemania 2016-2017, con apoyo de ASMA, la galería OMR y el Museo Amparo.
“Candida vino con cinco asistentes más y todo su equipo para estar 20 días en México. De la selección de unos 150 edificios, y luego una bien estudiada con 40, se hicieron 15 por logística”, narró Ortiz Monasterio.
Así, una vez en el país, la fotógrafa visitó Jalisco, Guanajuato, Estado de México, Puebla, Oaxaca y Ciudad de México, estados en los que fotografió espacios como el Teatro Degollado, Palacio de Bellas Artes, el Hospicio Cabañas, Teatro Juárez, el Museo Nacional de Antropología, y los ya citados templo de Tonantzintla y Biblioteca Palafoxiana.
Dichos espacios, expuso la curadora, son impresos fotográficamente en gran formato, con una mirada que Candida Höfer pone al centro, cuidando su punto de fuga, con luz natural.
Acotó que en el proyecto hay edificios públicos y privados, como el Museo Nacional del Virreinato, la Catedral de México.
Recordó que Tonantzintla significó “una tarea complicada” debido a que es un templo cuidado por la comunidad, a través de los mayordomos. Con ellos, contó Patricia Ortiz Monasterio, se tuvo que “negociar” pese a que el equipo llevaba los permisos respectivos de los institutos nacionales de Antropología e Historia y Bellas Artes.
“Al entrar a Tonantzintla se paralizó, (Candida) estaba atónita y puso orden, porque necesitaba una visión distinta” expuso.
Otra complicación, añadió, pasó en la Biblioteca Palafoxiana en donde al solicitar un andamio, el equipo recibió un andamio sucio y peligroso, que tuvo que ser sustituido por otro improvisado hecho con dos mesas viejas y sillas colocadas a manera de pirámide.
La curadora destacó que en la exposición del Museo Amparo a la par de las fotografías en gran formato se incluyen otras 13 imágenes pequeñas en las que Candida Höfer experimenta para dar una suerte de contexto de los lugares retratados.
También se incluyen un par de proyecciones, Carreteras y Muros, que la artista alemana hizo con una cámara mientras iba viajando, que dan contexto y color a la obra.
La exposición Candida Höfer en México estará abierta hasta el lunes 9 de julio del presente año.