Jueves, marzo 28, 2024

Ignacio Hermoso vivió de manera intensa la micología y su vida: Cony Galina

Destacamos

Mientras su mujer Cony Galina García recogía cuidadosamente con sus guantes blancos la mayor cantidad posible de hongos de todos colores y tamaños, en los bosques de Fontainebleau, región ubicada al sureste de París,  Ignacio Hermoso Núñez (1950 – 2014) estaba encantado y paralizado al mismo tiempo.

Ese ejercicio, cuenta su compañera de vida, formaba parte de la práctica y la residencia médica que Ignacio Hermoso, llamado por su familia como Nacho y mejor conocido por sus amigos como el Güero, realizaba en los años 80 del siglo anterior en el Instituto Pasteur de París, de donde se graduó con el primer lugar de su clase.

El instante era, también, la manera en que podría explicarse el esfuerzo, la dedicación y el empeño académico que Ignacio Hermoso había depositado en la micología. “El amor a los hongos fue porque los vivió intensamente, como toda su vida”, afirma Cony García durante una entrevista.

Este jueves 15 de marzo, en la Facultad de Medicina de la UAP dio inicio el segundo Congreso de micología médica en homenaje al doctor Ignacio Hermoso Núñez, que continúa hoy.

Ahí, en el acto de inauguración, los jóvenes estudiantes escucharon hablar -acaso por primera vez- de este médico que fue el fundador, tras su regreso de Francia, del Departamento de Micología de la universidad autónoma, que sigue vigente.

Teresa Camacho, representante del director de la Facultad de Medicina, José Luis Gandara, señaló que Ignacio Hermoso “fue querido por muchos” y aunque ya no está de manera física, sigue presente en las aulas.

“Muchos de los que estamos aquí formamos parte de sus enseñanzas; su equipo que su trabajo sigue rindiendo frutos.

“Sembró una semilla que sigue creciendo. Aquí está el ejemplo con este segundo congreso que lleva su nombre. Nos sentimos contentos y felices”, expuso para entregar, momentos después, un reconocimiento póstumo a Ignacio Hermoso, que recibió su viuda Cony García en su memoria.

“Es más que un marco con un papel: tiene mucha energía de nosotros y recuerdos de las poblaciones de la Sierra Norte, de Cuetzalan, en donde él estuvo presente”, confió Camacho.

Los hongos, un mundo fascinante

Siendo jóvenes, como pareja, Cony Galina e Ignacio Hermoso tenían un objetivo claro: irse becados a Francia. Para ello trabajaron, no sin sortear algunas trancas, y lograron vivir, estudiar y formarse en aquel país, desde un departamento de 32 metros cuadrados ubicado en Montmartre.

“Desde que nos unimos queríamos irnos becados a Francia. Vivimos en México y él entro a Dermatología al Centro Médico Nacional y yo entré al Instituto Francés de América Latina a estudiar la lengua y la cultura francesa”, recordó la escritora.

Añadió que en el camino de cumplir su objetivo existieron varios problemas que lograron ser resueltos. Uno de ellos, quizá el principal, la manera en que Ignacio Hermoso tuvo que renunciar a la plaza que tenía en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) si es que quería obtener una beca para continuar sus estudios.

Galina García señala que, animado por Ernesto Macotela, del Centro Médico Nacional, su esposo Nacho se decidió por el Instituto Pasteur de París y se enfrentó al bloqueo que Arsenio Farell Cubillas, el entonces director general del IMSS, quien le puso una excusa: que el instituto no invertiría en apoyar a un médico que solamente iría a curar tiñas.

No obstante la sinrazón burocrática, Ignacio Hermoso cumpliría su sueño gracias al apoyo de personajes como Gastón García Cantú, entonces director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y Edmundo Flores, director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, quien le daría su aval.

Así, un 2 de junio de 1980, tras un vuelo en primera clase otorgado por Aeroméxico, la línea aérea en que trabajaba Cony Galina, la pareja arribó a París para cumplir sus sueños.

Mientras Ignacio Hermoso seguía sus estudios en micología en el Instituto Pasteur, la maestra en Letras Cony Galina perfeccionaba su lengua francesa en La Sorbonne.

“Ignacio tenía un carácter especial y particular. Le enojaba ser confundido con un francés por ser rubio. Y le molestaba además aprender la lengua”, señala con una sonrisa Cony Galina, ella, quien fue su maestra.

Acota que el mundo de los hongos se abrió de forma fascinante para el estudioso, quien absorbió lo que pudo durante su estancia en Francia para luego regresar a México y “pagar” la beca al gobierno mexicano.

“Hizo un examen de oposición en la UAP cuando no había especialistas del tema. Entró e inició la cátedra en micología y los años que tenía que cubrir se volvió más tiempo, con varias generaciones y un reconocimiento como el de hoy”, concluyó Galina García, antes de atestiguar el homenaje a su compañero de vida.

Ignacio Hermoso, magister

El reconocido médico y colaborador de esta casa editorial, José Gabriel Ávila Rivera, fue el encargado de hacer el homenaje a Ignacio Hermoso, su profesor, compañero de trabajo en el grupo médico Aldebarán y amigo personal durante más de 30 años.

Conmovido, mencionó que no era cuestión fácil hacer un recuento, una semblanza de una persona como el micólogo quien fue un padre, un hijo, un esposo y un hijo ejemplar e intachable.

“Hay varias cosas que debo mencionar y cargar con la responsabilidad de una semblanza. Me traslado a una historia de vida que es conmovedora…”, dijo al micrófono, visiblemente emocionado.

“Nacho no usaba un reloj y era puntual, no prendió una computadora y sabía donde buscar, nunca fue un youtuber y enseñó todo el tiempo. Era un gran lector y un amante de las artes. Su meta era ser feliz”, expuso de manera pronta para describir no cualidades, sino características de su profesor y amigo.

Del profesor, Ávila Rivera reconoció que Ignacio Hermoso fue uno de esos maestros con el que se podía dialogar y con un aspecto humano que se ha perdido y se refleja en aspectos como el youtuber, con el que se ha roto el concepto del magister, un concepto latino para refirir al maestro que de verdad instruye.

“Ahora hay un aislamiento virtual. Es mas fácil, por la violencia, comunicarse por WhatsApp en lugar de hacer grupos de reunión en el salón o en el laboratorio”, refirió y recordó los maratones, las olimpiadas y el periódico mural con el que Ignacio Hermoso planteaba un “reto diagnóstico” para conocer sobre las enfermedades más raras y complicadas de esa rama médica.

A Ignacio Hermoso y su homenaje, Gabriel Ávila Rivera lo comparó con lo hecho por un médico griego, hace más dos mil años, cuando escuchó hablar de otro médico que curaba y hasta resucitaba, y que despertó la curiosidad necesaria para irle a buscar.

Se trata, expuso, de una referencia bíblica -que más que una lectura religiosa tuvo que ver con su genuina curiosidad-, que le llevó a saber sobre Lucas y su evangelio, un personaje que siendo médico se empeñó en reconstruir la vida de “un sanador” que no conoció, pues al llegar a Jerusalem, éste ya había sido crucificado.

“La historia no es más que los sucesos referidos. Que en la UAP haya un congreso en homenaje a Ignacio Hermoso resulta que, emulando a un Lucas actual, el organizador Omar Rodríguez Espinosa, hurgó en los anales de la historia para saber quién fundó el Departamento de micología.

“Deduzco que no fue fácil pero encontró a Nacho para sus amigos, al doctor Hermoso para sus pacientes, y a Ignacio Hermoso para la posteridad”, concluyó José Gabriel Ávila.

Ultimas

SOAPAP amaga con proceder legalmente en contra de los comités de Xoxtla y Mihuacán por obstruir excavación de pozo

Así lo dio a conocer la alcalde Guadalupe Siyancan Peregrina, quien solicitó licencia a su cargo para buscar su reelección
- Anuncios -
- Anuncios -