Fortalece. Es el fondo para el fortalecimiento de la infraestructura estatal y municipal que junto con el de Apoyo en Infraestructura y Productividad (FAIP), se convirtieron en la fuente de ingresos de los diputados federales a través de una práctica bautizada como moche.
Mochar significa quitar, cortar o arrancar a una cosa la punta o la parte superior. Los diputados federales ante su incapacidad para cumplir con su tarea principal que es legislar privilegian la gestión.
La ciudadanía elige a los representantes populares que integran la soberanía. Sin embargo, no saben a qué se dedica un diputado. La imagen que se tiene de ellos es que van a sentarse, a levantar el dedo o a dormir en las curules.
De ahí que los diputados en un asomo de creatividad. Se inventan un ramo en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para dejar recursos suficientes que les permite gestionar obras para los municipios que integran su distrito electoral.
Para aprobar el PEF –PEE en Tlaxcala– los diputados se asignan una cantidad, la cual ofrecen a cambio de un “moche”, aunque en algunos casos, llegan al grado de decidir la empresa que debe realizar el trabajo.
Los recursos del fondo se asignan para pavimentación de calles y avenidas, alumbrado público, drenaje y alcantarillado; construcción, rehabilitación y remodelación de espacios educativos, entre otras acciones de infraestructura urbana y social.
Los moches se hicieron públicos cuando el candidato presidencial de Por México al Frente era coordinador de los legisladores azules. Y resurge cuando éste asume la dirigencia nacional del partido.
Se fortalece la idea que ahí puede estar el hilo de la madeja del problema que enfrenta el candidato presidencial. Puede que esa sea uno de los materiales que emerjan en la guerra por el Palacio Nacional. Los diputados federales de Tlaxcala también participan de los moches.