Viernes, abril 19, 2024

Como taxidermia que diseca la cultura en Puebla califica Alberto López Cuenca lo ocurrido en 2017

Destacamos

El crítico y estudioso del arte Alberto López Cuenca realiza un balance cultural de 2017, revisando a las instituciones culturales, sus programas y políticas, pasando por el asunto económico, el ámbito privado, los creadores culturales jóvenes y las acciones que estos emprenden en la ciudad.

Bajo el nombre de “Hay algo aquí que va mal: un año de taxidermia cultural en Puebla”, el académico de la maestría en Estéticas y arte de la Universidad Autónoma de Puebla publica en el sitio electrónico http://ladobe.com.mx lo que él considera han sido los aspectos que marcaron el año anterior.

Para López Cuenca una constante en 2017 fueron los “asaltos”: aquellos que se dieron a inicios del año como protesta al aumento de precio de la gasolina, y el que se suscitó a final del año, un asalto al “patrimonio común” con un concierto multitudinario organizado por una marca de cerveza a los pies de la pirámide de Cholula, que reunió a unas 40 mil personas “haciendo temblar los cimientos de la zona arqueológica”.

Lo que ocurrió en 2017, añade el también curador, deriva de lo ocurrido en los últimos años pues “las instituciones municipales y estatales han estado desde 2011 acorralando la ciudad a vista de pájaro, alejándose de ella para hacerla un mero territorio del que apropiarse”, escribe. Refiere que ello se refleja en ocurrencias como el teleférico, la rueda de la fortuna, los parques lineales, los puentes innecesarios y carriles bici elevados y, “para remate, un helicóptero zumbando y espantando a todo ser viviente a golpe de sirena que, si algo hace con eficacia, es recordar el estado de excepción en el que vivimos”.

Expone además que se “ha puesto en marcha un proceso de taxidermia –de evisceración y disecación– que pasa por aniquilar y privatizar la cultura viva para exhibir su pellejo”, algo que es evidente en exposiciones como la de Picasso, lo hecho en la ex fábrica textil La Constancia, el Museo Internacional del Barroco que es concebido como la “verdadera obra de arte”, las copias de trabajos de Miguel Ángel o la vida de Tina Modotti, así como “los hoteles boutique, restaurantes de postín, turibuses y el boato inmobiliario”.

El MIB: máximo ejemplo de taxidermia cultural

Para Alberto López Cuenca, el ejemplo claro del “proceso de taxidermia” cultural es el Museo Internacional del Barroco, con sus 28 millones de pesos de costo para el erario público mensual, hasta sobrepasar “los 7 mil 200 millones de pesos pagados a un conglomerado de empresas encabezado por La Peninsular Compañía Constructora de la familia Hank Rhon…, y una subsidiaria del consentido Grupo Higa de Juan Armando Hinojosa Cantú”.

Expone que para imaginar el tamaño del monto que maneja el MIB vale compararlo con los 38.9 millones de pesos con los que operará el Instituto Municipal de Arte y Cultura en el año. Añade otra comparación con el Museo del Prado que en 2017 utilizó 45 millones de euros), de los cuales solo 30 por ciento era de procedencia pública y el resto de recursos propios.

En ese sentido, afirma que “al estado de Puebla le saldría más barato mantener una pinacoteca de referencia mundial con varios centenares de empleados, más de 30 mil obras y 40 mil metros cuadrados”, sobre todo cuando el MIB “carece de proyecto institucional, programación anual, colección propia, patronato, reporte anual de actividades, curadores, programa educativo, concurso público para ocupar la plaza de director/a y, desde luego, no se asemeja al Prado en transparentar sus cuentas y datos duros, como el referente al número de visitas o a su estructura organizacional y la identidad de las personas que ocupan un cargo”.

En ese sentido, López Cuenca cuestiona que si en el MIB no ocurre lo anterior entonces a qué se dedica. Enseguida responde que lo que hace es una “taxidermia”, y va aniquilando “lo que de importante e interesante pueda haber en el arte para interrogar…”, a la par de ir convirtiendo en un espectáculo vacuo.

“El MIB requiere 28 millones de pesos mensuales para exponer… las obritas de consultorio dental de Pepe Lazcarro, una trasnochada selección de pinturas de la colección de arte del Grupo Milenio presentadas bajo el ingeniosísimo título digno de un festival de kínder de Luna y sol, dualidad supervisada por la delirante Avelina Lésper y la prescindible Magos y magia de Puebla de Amador Montes, aunque nada de eso sea en el fondo tan deplorable como ocupar el museo con autos de Audi o cederlo como salón de fiestas”.

El IMACP, en un proceso de banalización

El filósofo por la Universidad Autónoma de Madrid añade que el IMACP en 2017 “compite por el galardón a los mayores despropósitos artísticos” con el MIB. Ello, explica, porque las “apuestas” hechas desde este organismo municipal han ido en un “proceso de banalización generalizada con el que los burócratas de la cultura pretenden imbecilizar a la ciudadanía”.

Como ejemplos, enlistó las “exposiciones de desconocidos y prometedores artistas locales como Pepe Lazcarro, o las copias de obras de Miguel Ángel Buonarroti o la infumable Esteban Fuentes de María”.

“El trabajo que ha hecho el IMACP es increíble, la verdad, así se entiende que se pretendiera presupuestar una bonificación para el cierre de su impecable gestión en 2018. Dinero, corrupción, copias, sobresueldos… más parece el vocabulario propio de una investigación judicial que el de un instituto de arte y cultura”.

De todo lo hecho por el instituto dirigido por Anel Nochebuena, Alberto López Cuenca aborda el Programa de Artistas Urbanos (PAU), que significó la máxima “expropiación y la capitalización que de las prácticas artísticas” se ha hecho por el casting, la cuota, la ocupación de 13 espacios, y la formación que implicaba.

Da cuenta además del rechazo, los plantones, la defensa del espacio, los amparos y los foros hechos por los afectados. “La cuestión… es que dicha normativa forma parte de un ambicioso y violento proceso de conversión de Puebla en un destino turístico en el que la cultura sea la nueva fábrica de valor económico y las prácticas artísticas, el patrimonio y las tradiciones sus precarizados recursos”.

Luces en un panorama desolador

El académico universitario expone que en el panorama desolador se dieron algunas iniciativas que “intentaron reivindicar con más o menos fortuna y eficacia el modo más relevante y significativo, menos complaciente y vanidoso, que sin duda ha tomado el arte contemporáneo desde los años 60: como estrategia para pensar críticamente e imaginar maneras de intervenir en el presente”.

Anota la “frustrada y boicoteada exposición según su curador Iñaki Herranz en la Capilla del Arte, Ímpetu de coraje en la era del yo”, además de Alerta de género, que se expuso entre diciembre de 2017 y enero de 2018 en el Complejo cultural de San Pedro Cholula bajo la curaduría general de Iván Mejía.

Por último, Alberto López Cuencua destaca que “la muestra más relevante de 2017 por su ejercicio de arqueología de la historia cultural local, por el trabajo de rescate de archivo y por el contundente recordatorio de la capacidad de autogestión y organización que las prácticas artísticas pueden poner en marcha en situaciones críticas, fue sin duda Grupo Mira. Una contrahistoria de los 70 en México, organizada en el Museo Amparo”.

Ultimas

Regresa Sheinbaum a Puebla por tercera ocasión; visitará Zacatlán y Huauchinango

La morenista anticipa que estará el próximo jueves 25 de abril en la entidad, donde estará acompañada por el candidato a gobernador, Alejandro Armenta Mier
- Anuncios -
- Anuncios -