“El que se junta con piojosos,
se le pegan los pijos.” Señor Meade.
Para el Sr. José Antonio
Meade Kuribreña, sinceramente.
Durante la audiencia trifásica o desahogo de pruebas y alegatos del juicio por daño moral que infructuosamente intentó Javier Lozano Alarcón en contra de mi mentor, amigo y patrocinado Manuel Bartlett Díaz, en el juzgado Décimo de lo Civil de esta capital, al desahogarse las pruebas ofrecidas por el actual senador del PT, MBD, a través del que esto escribe, como su abogado patrono, tuve oportunidad de interrogar al inefable José Córdoba Montoya, súper asesor de Salinas de Gortari, presentado como testigo por parte del falsario, zalagarda y camandulero convertido en el peor error de Pepe Meade al entronizarlo en su equipo de campaña. En efecto, Lozano Alarcón borró lo poquito de “ciudadano” que podría tener el precandidato del PRIAN a la presidencia de la república, dándole el beso del diablo al aspirante Meade.
Lo anterior lo relato, porque cuento con copias certificadas de mi aserto, emanadas de aquel procedimiento en el que terminamos por vencer al equipo de abogados del personaje a quien dedico esta entrega JLA. Al tema.
A preguntas expresas del que esto escribe el señor Javier Lozano Alarcón respondió ante autoridad judicial en los términos siguientes: CMV. ¿Es usted abogado? JLA. No lo soy; CMV, ¿Tiene usted licenciatura en Derecho?, JLA: no; CMV, ¿Tiene usted maestría en Derecho?, JLA: no; CMV, ¿Tiene usted un posgrado en Derecho?, JLA: No; CMV, ¿Estudió Usted la carrera de Derecho?, JLA: No.
Cualquiera de mis lectores, aun siendo legos en Derecho, podrían pensar para sí que bastaba con la primera pregunta para que las demás se hicieran innecesarias, empero, conociendo el percal del personaje era importante que no quedara duda de que, a sabiendas de que había estudiado en la Libre de Derecho, era licenciado en Derecho, compañero del entonces malogrado presidente (Calderón Hinojosa) a quien Lozano Alarcón traicionó en su momento dándole la espalda para cobijarse en Rafael Moreno Valle, a quien una y otra vez traicionó al extremo de augurarle días nefastos en su posicionamiento político frente a Anaya.
El falsario de marras entonces, incurrió en el delito de falsedad en declaraciones judiciales y precisamente después del desahogo de aquella prueba, sugerí a mi patrocinado Manuel Bartlett Díaz, denunciarlo penalmente sin importar el fuero del que goza en términos del artículo 61 de la Carta Magna y consecuentemente de inmunidad, querella que solo proponía para que quedara constancia, como de cierto va a suceder en breve; repito, solo para que opere el dicho de que, “lo que se escribe se lee” y una constancia documentada con sendas copias certificadas de que, el hoy vocero de José Meade, es un falsario. Hasta aquí lo que pronto acontecerá.
Por no tener desperdicio la columna del talentoso Jenaro Villamil publicada el día de ayer en la revista Proceso, páginas 24, 25 y 26, a retales ofrezco parte del análisis que describe de cuerpo entero al desafecto nacional Lozano Alarcón, veamos.
“…Desde que Javier Lozano Alarcón llegó a los altos niveles de la política ha saltado de un bando a otro, según sus intereses del momento. Su reciente cambio de la bancada del PAN en el Senado al equipo de campaña de José Antonio Meade confirma que el iracundo personaje no es leal ni a sí mismo –como asesor jurídico ha combatido acciones que realizó como funcionario– y que su principal habilidad es la traición…”
“…En la primavera de 2006, en vísperas de la aprobación de la Ley Televisa en el Senado, una conversación telefónica entre Javier Tejado Dondé y Joaquín Balcárcel, altos ejecutivos de la televisora, reveló que el efímero asesor de la Comisión de Comunicaciones, Javier Lozano Alarcón, ya había cambiado de opinión a favor de las reformas en telecomunicaciones que beneficiaban al monopolio…”
“…En efecto, Lozano cambió de bando. Había sido contratado por el entonces senador Javier Corral para asesorar en materia de telecomunicaciones a la bancada del PAN, pero terminó apoyando los intereses de Televisa…”
“… Lozano vivió en el ostracismo durante el sexenio foxista… Fue rescatado por su viejo amigo de la Escuela Libre de Derecho Felipe Calderón, quien lo incorporó a su equipo de campaña en 2006, después de su apoyo a la Ley Televisa. Como muestra de “lealtad”, Lozano renunció a su militancia al PRI…”
“… En el sexenio de Enrique Peña Nieto, Lozano siguió siendo “leal” a Felipe Calderón, pero pronto se acomodó con el núcleo de funcionarios del peñismo responsables de impulsar las reformas estructurales, y se convirtió en el jefe de facto de la telebancada en el Senado, como presidente de la Comisión de Comunicaciones…”
“… Desde esas reformas, quienes conocen a Lozano señalan que estableció una alianza con el equipo peñista, especialmente con el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray; con el jefe de la Oficina de la presidencia, Aurelio Nuño; y con el consejero jurídico de los Pinos, Humberto Castillejos, gracias a la intermediación de Ernesto Cordero…”
Debe quedarle claro al “ciudadano” Sr. Meade, que Lozano Alarcón es un falsario, traidor irredento, un pobre mindundi Fouché bizarro que solo quiere sobrevivir en la política nacional y para hacerlo hoy vuelve a ser el salto del chapulín en un acto circense pueblerino. Vale la pena que tome nota del tweet de la excelsa politóloga Denisse Dresser para darse cuenta que de lo poco de ciudadano que usted tenía Sr. Meade no queda ni los rescoldos. Arriésguese usted. Este es ¡Lozano Alarcón!